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Conversación para terminar


Gonzalo Mallarino Flórez
19 de junio de 2024 - 05:05 a. m.

Hace unos días, al finalizar una reunión de trabajo, se instaló en la sala el asunto político. Alguien dijo entonces que el ejército debía enviar sus aviones y bombardear todos los lugares en los que hubiera presencia guerrillera o de cualquier grupo armado ilegal. “Hasta borrarlos a todos”, dijo.

Yo me apresuré a decir que eso era imposible sin ocasionar una tragedia de proporciones inconcebibles, pues los criminales estaban enquistados en la población civil, en las comunidades. Entonces esta persona dijo, con la misma firmeza, con la misma frialdad, con la misma altisonancia, que eso no importaba, que los mataran a todos.

Unos minutos después ya nos despedimos y cada uno tomó su camino. Yo quedé helado. Sentí una enorme tristeza, una total desmoralización. Quedé completamente vencido. Me copó una honda desesperanza.

Pensé que era explicable que casi todos los días de la semana en Colombia cayeran asesinados los líderes sociales, los campesinos, los indígenas, los desmovilizados y que no pasara nada. Que eso no cesara, no terminara nunca y que no pasara nada.

Como ese señor de la reunión de trabajo, pensé, debe de haber muchos más en Colombia. Cientos, miles. Es decir, muchas personas en este país están a gusto, les parece bien, no tienen ningún problema con que sean asesinados por los ejércitos criminales, prácticamente todos los días, hombres, mujeres, jóvenes y niños. Incluso les parece bien. Se sonríen, como este señor, se relamen. Creen que se han puesto en una posición de lucidez extrema, de comodidad extrema, se han librado de toda reflexión moral y humana, de todo prurito, de toda clemencia y bondad. Eso es la maldad y el cinismo y la deshumanización, pensé.

Por eso es que como nación, como sociedad, somos capaces de contemplar esta barbarie todos los días y no hacemos nada. Ya no nos toca, ya no nos afecta. No tenemos ninguna relación con esa barbarie, no tenemos ninguna responsabilidad delante de ella. No es de nuestro resorte, para nada. Después de todo, eso le pasa, en opinión de cientos, de miles de colombianos, a unas personas y a unas comunidades que están por allá lejos en los campos, en el pintoresco pero despreciable mundo rural. Que los maten a todos, no pasa nada, seguro se lo merecían.

Yo creo que este Gobierno se equivocó letalmente con su política de seguridad, se equivocó dolorosamente, trágicamente y expandió y propagó la violencia. Esa es su responsabilidad histórica, ese error de apreciación elemental de la realidad, que acaso tuvo origen en la candidez o la desviación ideológica y la demagogia. No lo sé, la historia lo dirá.

Pero esta sociedad nuestra, sobre todo esta clase dirigente nuestra, tiene unos cánceres y unas llagas que nos están quitando, irremediablemente, cualquier esperanza de sanarnos, de encontrar la paz, la convivencia y un destino decente como nación.

En verdad, oyendo a este señor, se da uno cuenta de lo terriblemente mal que estamos.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas

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Bernardo(31155)20 de junio de 2024 - 11:40 p. m.
En este asunto, como en el robo de la Custodia de Badillo (según Escalona), hay que "comenzá del cura pa´bajo a requisá"...
Duncan Darn(84992)20 de junio de 2024 - 07:28 p. m.
¿ Más bombardeos? Así empezaron las Farc. Campesinos bombardeados. Hace medio siglo. No jodan más con eso.
Héctor(20578)20 de junio de 2024 - 03:01 p. m.
Tristeza .
Ángel Guardián(62526)20 de junio de 2024 - 11:33 a. m.
Ahora los mentirosos presidentes andan como güarichas echándose culpas mientras los burros y mulas que les siguen, les aplauden! ing en Dubai
Ángel Guardián(62526)20 de junio de 2024 - 11:31 a. m.
Jum… 1)Las estadísticas de la Violencia en Colombia -antes del acuerdo entre cachiporros y chulavitas muestran que el 90% de los muertos los puso la población civil. 2) Con “El Bollito de La Paz” desde la monja Belisario hasta el actual demagogo Illuminati: Todos subieron al poder a montar el negocio de la guerra -que no es formal, pero los enriquece a esos falsos presidentes. Ing en Dubai
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