El Partido Liberal, más reaccionario que nunca
La semana pasada, presentó el ministro Juan Fernando Cristo las bases de lo que el actual Gobierno llama un “Acuerdo Nacional”. Los elementos de dicho acuerdo serían apaciguar la virulencia del debate político, comprometerse con el respeto a las leyes y la Constitución, darle fuerza a los procesos que busquen la implementación del acuerdo de La Habana, combatir el desempleo, la pobreza y la desigualdad y, por último, disponer a todas las bancadas en el Congreso a discutir con serenidad las reformas sociales que ha propuesto el presidente Gustavo Petro.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
La semana pasada, presentó el ministro Juan Fernando Cristo las bases de lo que el actual Gobierno llama un “Acuerdo Nacional”. Los elementos de dicho acuerdo serían apaciguar la virulencia del debate político, comprometerse con el respeto a las leyes y la Constitución, darle fuerza a los procesos que busquen la implementación del acuerdo de La Habana, combatir el desempleo, la pobreza y la desigualdad y, por último, disponer a todas las bancadas en el Congreso a discutir con serenidad las reformas sociales que ha propuesto el presidente Gustavo Petro.
¿Quién puede negarse a eso? Son unos presupuestos elementales para la convivencia política y el progreso social. ¿Quién puede no estar de acuerdo con eso? Todavía no se está aprobando ninguna reforma, ningún proyecto de ley, solo se está buscando un acuerdo inicial y general. ¿Quién puede oponerse a eso?
¡Pues César Gaviria y el Partido Liberal!
Así como lo leen. Más se demoró el ministro de Gobierno en anunciar la propuesta política, que Gaviria en reaccionar negativamente a ella. Le tomó unos segundos. Inmediatamente sacó un comunicado con el membrete de su partido, del partido que él representa, y dijo, palabras más o menos, que él y el Partido Liberal no acompañarían esa iniciativa. Y la razón fue bastante peregrina: dijo que lo hacía porque él y su partido no podían acompañar a un Gobierno que no respetara los fallos judiciales y a los entes de control.
¿Pero qué babosada es esa? Nadie acompañaría a un Gobierno que no obedezca los fallos judiciales y falte a la Constitución. ¿Qué es esa pendejada que está diciendo Gaviria?
Lo que realmente parece estar pasando es que Gaviria, como otras figuras del Establecimiento, está aterrado con Petro, desconfía de él y le tiene pavor. ¿Por qué? Porque en el fondo Gaviria también es un reaccionario y se muere del susto de que en Colombia tengan lugar cambios que eliminen las ventajas seculares y los privilegios de los poderosos, y le den un chance a los que han estado en la miseria durante siglos. Eso es lo que realmente pasa. Lo de que “Petro quiere convertir el país en una Venezuela y perpetuarse en el poder” y todas esas majaderías es una disculpa, un subterfugio.
Gaviria es retardatario y reaccionario, siempre lo ha sido. Y lo más doloroso es que lo siguen eligiendo en las convenciones como cabeza del Partido Liberal, que se suponía que era el partido de los pobres y los débiles y marginados. Siguen eligiendo a la figura más enterrada en el pasado. Al más reaccionario.
Yo dudo mucho, dicho sea de paso, de que Petro logre solucionar en su mandato los problemas de violencia y miseria que padecen tantos sectores de nuestra población. No creo que eso vaya a pasar, pero esa es otra discusión. Aquí se trataba de un acuerdo elemental de buenas intenciones, de “nobles propósitos”, nada más. Y ya salió Gaviria a dañarlo.
¡Qué inferior es a un López Pumarejo, a un Gaitán, a un Santos! Muy inferior. Qué mal anda ese partido.