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Los indígenas del Parque Nacional

Gonzalo Mallarino Flórez
25 de septiembre de 2024 - 05:05 a. m.
“Es un milagro que los pueblos indígenas hayan podido mantener vivas sus culturas”: Gonzalo Mallarino
“Es un milagro que los pueblos indígenas hayan podido mantener vivas sus culturas”: Gonzalo Mallarino
Foto: El Espectador - José Vargas

El periodista español Joaquim Elcacho escribió en 2019 un artículo en La Vanguardia, de Cataluña, en el que señala que estudios científicos han establecido que en los cien años posteriores al llamado “descubrimiento de América”, y como resultado directo de la colonización española, murieron 56 millones de indígenas.

La mortandad fue de tal magnitud que se alteró el clima mundial. Sí, así como lo oyen. El casi exterminio de los pueblos indígenas produjo el abandono de millones y millones de hectáreas de cultivo, que se poblaron gradualmente de árboles. Los árboles redujeron la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y la temperatura del planeta se redujo. Sin embargo, con lo extraordinario que es esto, es lo menos importante.

Lo que es estremecedor es que los españoles hayan ocasionado la muerte de 56 millones de indígenas en su sed de ampliar los dominios de su imperio. Les hicieron la guerra con armas más eficaces y mortales, los expoliaron y a través de inventos como las encomiendas, los explotaron salvajemente  y los esclavizaron. Todavía, hacia el final del siglo XVI, muchos indígenas eran sujetados y conducidos por sus “amos” españoles como si fueran animales, mediante las llamadas colleras de hierro. Además, los españoles desataron horribles epidemias entre la población aborigen, cuyo sistema inmunitario no podía combatir las enfermedades que los invasores traían de Europa en su piel y en su sangre.

Sobra decir que no solo los desposeyeron por completo. También destruyeron su cultura, sus sociedades, su sentido de familia y comunidad, sus hábitos y rituales, y por poco los borran de la historia. Así fueron todos los procesos colonizadores de siglos pasados. El que llegaba se imponía y aplastaba al que estaba ahí tranquilo, en paz, sin hacer daño a nadie.

Cuando la población indígena empezó a disminuir, los españoles encontraron una solución “perfecta”: trajeron esclavos de África. Estudiosos de este asunto han señalado que, solo entre 1500 y mediados de 1600, llegaron a Cartagena más de 190.000 esclavos africanos, la mayoría provenientes de las costas de Angola.

Durante el resto de la colonia y después de la Independencia, hasta entrar a la “modernidad” y el siglo XX, los grupos indígenas han estado siempre en la más profunda desventaja social y económica en Colombia. El Estado los ha confinado -como hacían los españoles con los antiguos pueblos de indios-, a ciertos territorios, lejanos, abandonados, olvidados, de forma que no tenga que lidiar con ellos ni incorporarlos verdaderamente a la sociedad como ciudadanos con plenos derechos.

Entonces, cuando viendo cómo quedó el parque Nacional -sucio y ajetreado, sin duda- tengamos la compulsión de maldecir y despreciar a los indígenas, tal vez convenga que recordemos todo esto y pensemos  que es un milagro que hayan podido mantener vivas sus culturas, sus saberes y su  historia. Y que todavía no los hayan borrado del mapa.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas

 

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