La puja competitiva en el turismo

La actividad turística en el mundo sigue alzando vuelo, a la velocidad de una industria que muestra una marcada recuperación, acomodándose a las nuevas tendencias de viaje, derivadas de la crisis sanitaria y de los cambios de comportamiento por parte de los viajeros. Al término de este año, por fin, se recobrarían completamente los flujos de turistas previos a la pandemia, con ligeros altibajos en algunos países. Los estimativos apuntan hacia un crecimiento del 3% con respecto al azaroso y turbulento 2019.

Las compañías aéreas, por ejemplo, vuelven a tener rentabilidad, luego de tres años consecutivos de pérdidas y buscan sacar provecho de los buenos vientos que soplan sobre el sector. Durante la presente vigencia esperan transportar 4.700 millones de pasajeros, cifra récord que superaría los 4.540 millones registrados antes de que el Coronavirus se extendiera por el planeta y pusiera en tierra la aviación y la economía mundial.

Al paso de esa oscura página en la historia de la humanidad, que derivó en costosas consecuencias para la actividad turística, gobiernos y empresarios vienen empleando estrategias disruptivas para incentivar el turismo, tanto en lo doméstico como en lo internacional. El marketing ha sido utilizado como instrumento para promover su reactivación. Las campañas de promoción se han convertido en plataforma de una renovada dinámica, trasladada a toda clase de eventos, académicos, feriales y comerciales, con los que los destinos buscan fortalecer su imagen de marca, para enfrentar la reñida competencia que se desata en el mercado global.

Autoridades nacionales y locales afinan políticas públicas para reactivar el turismo, en procura de posicionar propuestas competitivas, fortalecer su participación en los portafolios de viajes y atraer la atención de las corrientes turisticas. Dentro de los destinos internacionales que se perfilan entre los favoritos de la industria por el atractivo de su propuesta, está Bilbao Bizkaia, fascinante territorio español, el más poblado del País Vasco, que, con hoja de ruta y cronograma en mano, ha salido a la conquista de nuevos mercados, incluso, saltando al Océano para llegar a América.

Esta provincia de la comunidad autónoma viene haciendo presencia planificada con delegaciones oficiales, dirigidas a sostener encuentros con turoperadores, profesionales locales y periodistas, con el propósito de impulsar una variada oferta de productos turísticos, que contempla las modernas tendencias de viajes, basadas, hoy día, en turismo de naturaleza, de bienestar, histórico-cultural y gastronómico, modalidades que ha puesto sobre la mesa, para aderezar un ramillete de hermosas ciudades, envuelto dentro de un fascinante entorno rural.

Bizkaia, cuya capital es Bilbao, se consolida en el llamado Eje Atlántico como uno de los destinos con mayor crecimiento de visitantes, dado al desarrollo acelerado que en los últimos años experimenta su sector turístico, impulsado por una combinación de factores, como su riqueza natural, cultural y gastronómica, pero, en particular, por la decidida acción política de autoridades y empresarios, una simbiosis que el sector ve reflejada en inversiones en infraestructura y campañas de promoción.

La industria turística de la región vasca se mantiene permanente vívida, gracias al contraste de su ciudades y pequeños pueblos; sus puertos pesqueros; el esplendor de sus paisajes, con acantilados, costas escarpadas, montañas boscosas y valles fértiles; playas de arena blanca, y la realización de concurridos eventos, entre los que se destacan la Semana Grande de Bilbao, la Tamborrada de San Sebastián y el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, junto a una variada propuesta gastronómica de reconocimiento mundial, avalada con catorce estrellas Michelín, repartidas en doce de sus más caracterizados restaurantes.

Bilbao, por su parte, dejó de ser un congestionado centro industrial para convertirse en un vibrante y cosmopolita destino turístico y un referente urbanístico por su moderna arquitectura, fruto de una audaz rehabilitación urbana, iniciada desde finales del siglo XX. El ícono de su transformación fue el emblemático Museo Guggenheim, de innovador diseño, inaugurado en 1997, la joya de la corona de esta magnífica urbe, a la que catapultó a las cumbres del mapa turístico internacional.

Esta renovada ciudad, con setecientos diez años de historia, clima generoso, gran belleza y pujante riqueza cultural, reúne una variada gama de atracciones turísticas, de las que sobresalen su casco antiguo, de calles adoquinadas; la Catedral Basílica de Santiago, cruce de un ramal costero del Camino de Santiago; la Ría, por la que llegaban los barcos en el pasado, y el Puente Bizkaia, modelo de arquitectura industrial y Patrimonio de la Humanidad.

La conectividad para el turismo es excepcional. Dispone de un puerto marítimo de amplios muelles; una red de trenes de alta velocidad; un metro inaugurado en 1995, considerado, en su momento, como el más avanzado técnicamente del mundo, y un espacioso aeropuerto internacional, por el que el año pasado entraron alrededor de 650 mil turistas colombianos.

Bilbao Bizkaia irradia un particular atractivo, resultado de un planeado modelo de desarrollo turístico y promocional que vale la pena considerar en nuestras regiones, sobradas en bellas postales, pero con trecho por recorrer para consolidar modelos competitivos que les permitan ganar terreno en la compleja puja competitiva del floreciente mercado turístico mundial. Será cuestión de priorizar nuestro sector turístico e inyectarle, al encanto de su magia, una mayor dosis de realismo.

En el sector 1: Hoy finaliza en Santa Marta, la llamada Perla del Caribe, la primera Cumbre Latinoamericana y del Caribe de Turismo Sostenible, organizada por el Consejo Global (GSTC, por sus siglas en inglés), en la que una veintena de países formalizará una red de acciones colaborativa, para promover la sostenibilidad y la responsabilidad de la industria, armonizando el turismo con la naturaleza y el disfrute de la vida.

En el sector 2: Villavicencio, capital mundial del coleo y el joropo, se erige, también, como un destino reconocido internacionalmente para el avistamiento de aves. De las 10.000 especies que existen en el planeta, Colombia tiene 1.965 y cerca de un millar elevan el vuelo sobre el Meta. La biodiversidad de sus pisos térmicos le permiten disponer de gran variedad de rutas de observación, privilegio que fue destacado durante el reciente Global Big Day, evento para el que contó con una concurrida presencia de participantes, que le reafirmó su liderazgo nacional en esta actividad.