De Ana María Echeverri, un libro apasionante: “Yo soy yo”, ni hombre ni mujer
Es un texto que no pasa desapercibido. Una historia fuerte, con altos y bajos, como la propia vida, pero con prominentes picos. Hay sufrimiento, al igual que el goce de los hallazgos y la construcción personal de quien, luego de luchar con su cuerpo, que fue ultrajado durante la infancia y la adolescencia, se enfrenta y se encuentra a sí mismo y opta por seguir su propio camino: “Yo soy yo, ni hombre ni mujer”.
¿Qué es lo que tiene este libro que ha tocado a tantos? Uno de sus secretos es que, al tiempo que aborda la lucha persistente de un ser particular en un medio adverso, alguien que sobrevive en ambientes hostiles, muestra a la vez el entorno, la realidad de un país atravesado por guerras, intolerancias y también oportunidades si entregándose a la vida posee la fortaleza para transitarla, en este caso, a través de escarpados senderos con peligrosos precipicios.
Mediante un lenguaje claro, sencillo, directo, cautivador y una narración cuyas partes encajan como en un mecanismo de precisión, el libro permite que emerja una voz sincera, que nos va contando episodios que a veces parecen poco creíbles, por lo abruptos o por lo mágicos, pero que gracias al tono y a la forma se sienten sinceros y se hacen creíbles.
Un texto que apasiona y se lee en pocas horas, que nos aproxima a un universo poco conocido o que trata de desconocer buena parte de la población: el mundo de las personas no binarias, quienes no encajan en los prototipos de hombre o mujer, que sienten que su identidad de género no corresponde con su sexo biológico, y que en medio de su búsqueda y del rechazo familiar y social, se acercan a mundos impregnados de violencias originadas por la intolerancia de muchos, que se sienten agredidos al ver confrontados sus prejuicios, sus dogmas, sus creencia binarias de que el mundo está conformado solo por hombres y mujeres, y que más allá de esto, no existe nada, o es algo anormal que hay que combatir e incluso aniquilar.
Aquí se habla del gran tabú de la especie humana, la sexualidad, ante el cual se tropiezan tantos, sin distinción de creencias políticas, establecen un muro impenetrable y viven en la mentira y el calvario del ocultamiento.
¿De dónde proviene el libro “Yo soy yo, la asombrosa transformación de Yazmín en Martín?”. De encontrar un ser singular, como pocos, que tiene una potente voz, gran experiencia y que encarna la vida de tantos, la voz de muchas voces, como diría Alfredo Molano *.
Ahora, no bastaría ese hallazgo si le faltara quien contarlo. Y, quien lo hace, es una curtida periodista de bajo perfil -algo extraño hoy en una profesión atacada por superlativos egos-; una narradora e investigadora con más de cuatro décadas de experiencia que sabe escuchar, respeta la voz del interlocutor, sabe contar historias y cómo construirlas. La autora hizo una inmersión profunda de siete años con el fin de conocer la vida de Martín.
Para contar la historia, Ana María tuvo numerosos diálogos, entrevistas y vivencias compartidas, logrando así que Martín abriera alma y corazón para desnudar momentos profundos e íntimos de su vida.
Finalmente, Ana María relata esta vida, que es la vida de muchos y de un país, con una prosa plena de giros, en la que cabalgan emociones, suspenso, aventuras. En pocas palabras logra sintetizar complejas situaciones, momentos significativos de la historia, a través de las peripecias del protagonista.
El libro es una síntesis del país, pues Martín, quien habla en primera persona, tiene marcas de todas las violencias: las intrafamiliares, las del afán por poseer, las guerras por el poder que llevan ya ochenta años, el rechazo violento a lo diferente, la discriminación, la violencia en las calles contra los desamparados. Atraviesa por esas violencias que arrasan con las comunidades, con los lazos de convivencia. Se ve aquí cómo una cultura patriarcal y machista lleva a que los niños sean los paganinis de las rabias y los abusos de los adultos.
Es la vida de un ser que luego de padecer todo tipo de atropellos, no pierde la fe en la vida, se encuentra consigo mismo y sigue adelante. A veces no se entiende de dónde saca la fuerza interior que desde los diez o doce años le ha permitido sobrellevar y sobrevivir a los más crueles vejámenes. Martín ya terminó su carrera en la universidad y acaba de cursar una maestría en el exterior con tesis laureada.
El día de su lanzamiento en Bogotá, en Ficciones-Bar de libros, más de un centenar de asistentes participaron en una especie de ritual de amor y diversidad, presidido por su autora, Ana María Echeverri, y por Brigitte Baptiste, la presentadora.
Personas no binarias, transgénero, madres y padres que luego de rechazar y sufrir, por fin habían aceptado acompañar a sus hijos al tránsito hacía un género distinto al biológico con el que habían nacido. También, una legión de amigos de Ana María, quien es una mujer ganadora de varios premios, que ha dedicado su vida a buscarse interiormente, a querer y cobijar a los suyos, y a husmear y meterse de lleno en los temas más insospechados de la existencia humana. (Presentación del libro " Yo soy yo" en Ficciones Bar de libros.
* Alfredo Molano Bravo, el narrador por excelencia de la Colombia profunda, contó que cuando investigaba sobre un enredado tema, para hacer su tesis de doctorado, encontró en un estadio, donde se refugiaban desplazados, la voz de una mujer que sintetizaba la voz de todos. Ahí cambio su perspectiva de la investigación y de la vida, y se dedicó a recorrer el país; así que mientras aprendía de sus protagonistas, iba relatando un país desconocido a través de las historias de vida de quienes no habían tenido voz.
Es un texto que no pasa desapercibido. Una historia fuerte, con altos y bajos, como la propia vida, pero con prominentes picos. Hay sufrimiento, al igual que el goce de los hallazgos y la construcción personal de quien, luego de luchar con su cuerpo, que fue ultrajado durante la infancia y la adolescencia, se enfrenta y se encuentra a sí mismo y opta por seguir su propio camino: “Yo soy yo, ni hombre ni mujer”.
¿Qué es lo que tiene este libro que ha tocado a tantos? Uno de sus secretos es que, al tiempo que aborda la lucha persistente de un ser particular en un medio adverso, alguien que sobrevive en ambientes hostiles, muestra a la vez el entorno, la realidad de un país atravesado por guerras, intolerancias y también oportunidades si entregándose a la vida posee la fortaleza para transitarla, en este caso, a través de escarpados senderos con peligrosos precipicios.
Mediante un lenguaje claro, sencillo, directo, cautivador y una narración cuyas partes encajan como en un mecanismo de precisión, el libro permite que emerja una voz sincera, que nos va contando episodios que a veces parecen poco creíbles, por lo abruptos o por lo mágicos, pero que gracias al tono y a la forma se sienten sinceros y se hacen creíbles.
Un texto que apasiona y se lee en pocas horas, que nos aproxima a un universo poco conocido o que trata de desconocer buena parte de la población: el mundo de las personas no binarias, quienes no encajan en los prototipos de hombre o mujer, que sienten que su identidad de género no corresponde con su sexo biológico, y que en medio de su búsqueda y del rechazo familiar y social, se acercan a mundos impregnados de violencias originadas por la intolerancia de muchos, que se sienten agredidos al ver confrontados sus prejuicios, sus dogmas, sus creencia binarias de que el mundo está conformado solo por hombres y mujeres, y que más allá de esto, no existe nada, o es algo anormal que hay que combatir e incluso aniquilar.
Aquí se habla del gran tabú de la especie humana, la sexualidad, ante el cual se tropiezan tantos, sin distinción de creencias políticas, establecen un muro impenetrable y viven en la mentira y el calvario del ocultamiento.
¿De dónde proviene el libro “Yo soy yo, la asombrosa transformación de Yazmín en Martín?”. De encontrar un ser singular, como pocos, que tiene una potente voz, gran experiencia y que encarna la vida de tantos, la voz de muchas voces, como diría Alfredo Molano *.
Ahora, no bastaría ese hallazgo si le faltara quien contarlo. Y, quien lo hace, es una curtida periodista de bajo perfil -algo extraño hoy en una profesión atacada por superlativos egos-; una narradora e investigadora con más de cuatro décadas de experiencia que sabe escuchar, respeta la voz del interlocutor, sabe contar historias y cómo construirlas. La autora hizo una inmersión profunda de siete años con el fin de conocer la vida de Martín.
Para contar la historia, Ana María tuvo numerosos diálogos, entrevistas y vivencias compartidas, logrando así que Martín abriera alma y corazón para desnudar momentos profundos e íntimos de su vida.
Finalmente, Ana María relata esta vida, que es la vida de muchos y de un país, con una prosa plena de giros, en la que cabalgan emociones, suspenso, aventuras. En pocas palabras logra sintetizar complejas situaciones, momentos significativos de la historia, a través de las peripecias del protagonista.
El libro es una síntesis del país, pues Martín, quien habla en primera persona, tiene marcas de todas las violencias: las intrafamiliares, las del afán por poseer, las guerras por el poder que llevan ya ochenta años, el rechazo violento a lo diferente, la discriminación, la violencia en las calles contra los desamparados. Atraviesa por esas violencias que arrasan con las comunidades, con los lazos de convivencia. Se ve aquí cómo una cultura patriarcal y machista lleva a que los niños sean los paganinis de las rabias y los abusos de los adultos.
Es la vida de un ser que luego de padecer todo tipo de atropellos, no pierde la fe en la vida, se encuentra consigo mismo y sigue adelante. A veces no se entiende de dónde saca la fuerza interior que desde los diez o doce años le ha permitido sobrellevar y sobrevivir a los más crueles vejámenes. Martín ya terminó su carrera en la universidad y acaba de cursar una maestría en el exterior con tesis laureada.
El día de su lanzamiento en Bogotá, en Ficciones-Bar de libros, más de un centenar de asistentes participaron en una especie de ritual de amor y diversidad, presidido por su autora, Ana María Echeverri, y por Brigitte Baptiste, la presentadora.
Personas no binarias, transgénero, madres y padres que luego de rechazar y sufrir, por fin habían aceptado acompañar a sus hijos al tránsito hacía un género distinto al biológico con el que habían nacido. También, una legión de amigos de Ana María, quien es una mujer ganadora de varios premios, que ha dedicado su vida a buscarse interiormente, a querer y cobijar a los suyos, y a husmear y meterse de lleno en los temas más insospechados de la existencia humana. (Presentación del libro " Yo soy yo" en Ficciones Bar de libros.
* Alfredo Molano Bravo, el narrador por excelencia de la Colombia profunda, contó que cuando investigaba sobre un enredado tema, para hacer su tesis de doctorado, encontró en un estadio, donde se refugiaban desplazados, la voz de una mujer que sintetizaba la voz de todos. Ahí cambio su perspectiva de la investigación y de la vida, y se dedicó a recorrer el país; así que mientras aprendía de sus protagonistas, iba relatando un país desconocido a través de las historias de vida de quienes no habían tenido voz.