“El testigo”: presidente Duque, la guerra es imposible de ocultar
Señor presidente Iván Duque, allí frente a la Casa de Nariño, donde usted habita con su familia, en el Claustro de San Agustín, se abrió el pasado sábado la exposición más impresionante que se ha hecho sobre el conflicto colombiano. Se trata de la magistral muestra de fotografías El testigo, del reportero gráfico Jesús Abad Colorado, quien a lo largo de cuatro décadas ha recorrido el país a pie documentando las barbaries que han cometido los actores del conflicto. Sus imágenes y sus textos, que cubren la totalidad de las salas del segundo piso del claustro, son el testimonio inocultable, irrefutable, a veces crudo, pero a la vez estético y humano, de cómo paramilitares, guerrillas y Fuerzas Armadas del Estado se han ensañado en contra de la población civil y han desplazado, robado, humillado, violado, asesinado, quemado y desmembrado a seres humanos cuyo “delito” ha sido pertenecer a estratos populares de la población colombiana y ser propietarios de tierras y bienes codiciados por agentes de los poderes.
Las imágenes de Jesús Abad son un grito que parece decir: “Señores de la guerra, basta ya”. Son un homenaje a las víctimas del conflicto armado que algunos aún tratan de desconocer.
Señor presidente Iván Duque, visite la exposición en compañía de su esposa y de sus hijos; sienta, al igual que la mayoría de personas que hemos recorrido las diversas salas, cómo el cuerpo y el alma se sobrecogen agobiados por sentimientos de indignación, ira, tristeza, impotencia. Piense en sus hijos, no les deje a ellos un país que, a punto de superar un capítulo de sus guerras, entre a otro para satisfacer la codicia y el odio de algunos.
Señor presidente Iván Duque, la realidad de la guerra colombiana está profusamente documentada; ya es imposible ocultarla. No pase usted a la historia, a nivel nacional e internacional, como quien dio sepultura al proceso de paz que más esperanzas ha despertado en medio siglo en el país. Su bancada, y quienes ponen a diario cargas de profundidad contra la implementación del proceso de paz, están en lo suyo. Pero quien cargará el peso de la historia será su gobierno, y en cabeza de él, usted.
De nada servirá que traten de desmantelar el Centro de Memoria Histórica; su labor es intachable y goza de gran prestigio internacional; poner en su dirección a un enemigo de la reconciliación, como los son varios de los postulados, sólo traería el descrédito internacional de su gobierno. De nada servirá que traten de acabar con la Comisión de la Verdad, pues la verdad de las atrocidades del conflicto, sus perpetradores y sus cómplices está en éstas y en muchas otras imágenes, en ciento de libros, expedientes, investigaciones, documentales y artículos periodísticos; pero, nuevamente, acabar con ella o cambiarle sus objetivos sólo traerá nuevas demoras en conocer más a fondo la verdad de la guerra, y la perdida de credibilidad en su gobierno y su bancada. De nada servirá tratar de recortar el alcance de la Justica Especial para la Paz; la verdad está ya expuesta y cada día se conocen nuevos documentos y testimonios; únicamente se lograría que se demore más tiempo la justicia ordinaria en alcanzar a los perpetradores, y acarrearía desprestigio para su gobierno. Y si logran cambiar el sentido de la Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras, será la nueva gasolina para más violencia y más muertos.
Señor presidente Iván Duque: este y no otro es su momento histórico, aún puede optar por una política independiente que, sin traicionar sus principios, enaltezca la dignidad de los suyos y del país, logrando implementar la reconciliación y alejándose de las voces que claman para que nuestro país se siga tiñendo de sangre
Nota. También es recomendable ver la película: El testigo, que sobre el trabajo de Jesús Abad Colorado se pasa esta semana en salas de cine.
Señor presidente Iván Duque, allí frente a la Casa de Nariño, donde usted habita con su familia, en el Claustro de San Agustín, se abrió el pasado sábado la exposición más impresionante que se ha hecho sobre el conflicto colombiano. Se trata de la magistral muestra de fotografías El testigo, del reportero gráfico Jesús Abad Colorado, quien a lo largo de cuatro décadas ha recorrido el país a pie documentando las barbaries que han cometido los actores del conflicto. Sus imágenes y sus textos, que cubren la totalidad de las salas del segundo piso del claustro, son el testimonio inocultable, irrefutable, a veces crudo, pero a la vez estético y humano, de cómo paramilitares, guerrillas y Fuerzas Armadas del Estado se han ensañado en contra de la población civil y han desplazado, robado, humillado, violado, asesinado, quemado y desmembrado a seres humanos cuyo “delito” ha sido pertenecer a estratos populares de la población colombiana y ser propietarios de tierras y bienes codiciados por agentes de los poderes.
Las imágenes de Jesús Abad son un grito que parece decir: “Señores de la guerra, basta ya”. Son un homenaje a las víctimas del conflicto armado que algunos aún tratan de desconocer.
Señor presidente Iván Duque, visite la exposición en compañía de su esposa y de sus hijos; sienta, al igual que la mayoría de personas que hemos recorrido las diversas salas, cómo el cuerpo y el alma se sobrecogen agobiados por sentimientos de indignación, ira, tristeza, impotencia. Piense en sus hijos, no les deje a ellos un país que, a punto de superar un capítulo de sus guerras, entre a otro para satisfacer la codicia y el odio de algunos.
Señor presidente Iván Duque, la realidad de la guerra colombiana está profusamente documentada; ya es imposible ocultarla. No pase usted a la historia, a nivel nacional e internacional, como quien dio sepultura al proceso de paz que más esperanzas ha despertado en medio siglo en el país. Su bancada, y quienes ponen a diario cargas de profundidad contra la implementación del proceso de paz, están en lo suyo. Pero quien cargará el peso de la historia será su gobierno, y en cabeza de él, usted.
De nada servirá que traten de desmantelar el Centro de Memoria Histórica; su labor es intachable y goza de gran prestigio internacional; poner en su dirección a un enemigo de la reconciliación, como los son varios de los postulados, sólo traería el descrédito internacional de su gobierno. De nada servirá que traten de acabar con la Comisión de la Verdad, pues la verdad de las atrocidades del conflicto, sus perpetradores y sus cómplices está en éstas y en muchas otras imágenes, en ciento de libros, expedientes, investigaciones, documentales y artículos periodísticos; pero, nuevamente, acabar con ella o cambiarle sus objetivos sólo traerá nuevas demoras en conocer más a fondo la verdad de la guerra, y la perdida de credibilidad en su gobierno y su bancada. De nada servirá tratar de recortar el alcance de la Justica Especial para la Paz; la verdad está ya expuesta y cada día se conocen nuevos documentos y testimonios; únicamente se lograría que se demore más tiempo la justicia ordinaria en alcanzar a los perpetradores, y acarrearía desprestigio para su gobierno. Y si logran cambiar el sentido de la Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras, será la nueva gasolina para más violencia y más muertos.
Señor presidente Iván Duque: este y no otro es su momento histórico, aún puede optar por una política independiente que, sin traicionar sus principios, enaltezca la dignidad de los suyos y del país, logrando implementar la reconciliación y alejándose de las voces que claman para que nuestro país se siga tiñendo de sangre
Nota. También es recomendable ver la película: El testigo, que sobre el trabajo de Jesús Abad Colorado se pasa esta semana en salas de cine.