La pertenencia del general Leonardo Barrero a grupos criminales, según los descubrimientos de la Fiscalía al respecto, es un hecho gravísimo que no se circunscribe a su responsabilidad personal, sino que involucra igualmente la de quienes lo han apoyado durante años hasta el presente. Es espeluznante saber que alguien que ostentara entre 2013 y 2014 la máxima autoridad en las Fuerzas Armadas de Colombia, como comandante general de las Fuerzas Militares, ha estado delinquiendo antes, durante y después de ese cargo en estrecha relación con las Auc, el Clan del Golfo y otros grupos paramilitares. Su actuación más reciente no se limitaba a una intervención aislada: era el máximo articulador de una red de militares, algunos en retiro, muchos de ellos altos oficiales, que aseguraban desde 2019, al menos, la realización de las operaciones de compra, procesamiento y exportación de cocaína en Nariño por el grupo ilegal la Cordillera. Por eso allí lo llamaban el Padrino.
¿Quién apadrina al “Padrino”?
24 de febrero de 2022 - 05:30 a. m.