Parece que nos vamos a tener que acostumbrar a vivir y a morir con este nuevo virus, el que ya conmovió y cambió nuestras vidas para siempre. El misterioso COVID-19 no se deja comprender del todo ni por las mentes más brillantes ni por los modelos más perfectos. Ni siquiera hay seguridad de que su origen sea el salto de un animal a un humano, o de un laboratorio a todos los humanos. Cada vez la ciencia sale más humillada (humildada) por su comportamiento impredecible, y quizá lo único que puede asegurarse es que lo mejor es estar vacunados, usar mascarillas, mantener la distancia y lavarse las manos. Casi todo lo demás es incierto...
Alfa, Beta, Gamma, Delta, ¡Omega!
01 de agosto de 2021 - 05:30 a. m.