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Escrito con inteligencia artificial

Héctor Abad Faciolince y Inteligencia artificial
08 de enero de 2023 - 05:00 a. m.

A veces, sobre todo en estos días de enero en que todo parece difícil de arrancar, los escritores sentimos la necesidad de una ayuda. Como no existe el doping para escribir, he resuelto acudir a otra herramienta: la inteligencia artificial (AI). Para mi primer artículo del año había planeado ocuparme de dos temas de actualidad. El primero era la impuntualidad constante del presidente de la república (la última que tuvo que esperarlo cinco horas fue la vice, Francia Márquez, en el Chocó, para la ceremonia en que se creaba el Ministerio de la Igualdad). Como mis envejecidos sesos no me decían nada, acudí, pues, a un programa de AI. Esto fue lo que escribió por mí en menos de cinco segundos:

“Había una vez un presidente llamado Gustavo que había prometido visitar el pequeño pueblo de Istmina para crear un nuevo ministerio muy importante para la población negra del país. Miles de personas se habían reunido para verlo y escuchar su discurso, pero Gustavo llegó cinco horas tarde.

Los habitantes de Istmina comenzaron a impacientarse y a murmurar entre sí. Algunos decían que el presidente los estaba despreciando y que no le importaba su pueblo. Otros decían que debía haber tenido algún problema grave que lo había retrasado. Cuando Gustavo finalmente llegó, parecía agitado. Estaba muy sudoroso. No se disculpó por su tardanza y comenzó a hablar de inmediato, como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, algo en su mirada hizo que la gente sintiera un escalofrío de miedo. No pudieron explicar por qué, pero algo en su apariencia parecía... diferente. Cuando Gustavo terminó su discurso y regresó a la capital, algunos habitantes de Istmina comenzaron a desaparecer sin dejar rastro. Los rumores comenzaron a circular sobre una maldición que había caído sobre el pueblo por la tardanza del presidente. Se decía que aquellos que esperaban demasiado tiempo al señor presidente corrían el riesgo de ser arrastrados a un mundo oscuro y aterrador”.

Debo reconocer que este programa de AI escribió de un modo fantástico lo que yo habría escrito de un modo realista y anodino. Si lo quieren probar, se llama openAI ChatGPT. Como el resultado me gustó, resolví dejar en sus manos también el segundo tema que quería tratar en mi primer artículo del año. El argumento era también actual, y muy obvio, la inflación. Esto fue lo que escribió mi nuevo auxiliar:

“La inflación se había apoderado del país. Los precios de los productos básicos habían aumentado tanto que la gente se veía obligada a trabajar día y noche solo para poder comprar un pan o un litro de leche. Las personas estaban desesperadas y empezaron a robar y saquear para poder sobrevivir. Las calles se volvieron peligrosas y nadie podía confiar en nadie.

Un día, un hombre decidió que ya había tenido suficiente y que no podía seguir viviendo en ese mundo de locura. Así que se dirigió a la única persona que sabía podría ayudarle: el banquero local. El banquero le recibió con una sonrisa amable y le ofreció un asiento. ‘¿En qué puedo ayudarle?’, preguntó. El hombre le explicó su situación y cómo la inflación estaba destruyendo su vida. El banquero asintió comprensivo y le dijo que tenía una solución.

‘Puedo ofrecerle un préstamo a una tasa de interés muy baja’, dijo. ‘Solo tendrá que devolver el dinero en unos pocos años y todo volverá a la normalidad’. El hombre aceptó agradecido y firmó el contrato sin leerlo. Pero pronto se dio cuenta de que había cometido un grave error. La tasa de interés era tan alta que no podía devolver el préstamo y, para colmo, el banquero le exigía la tasa de usura por no pagar a tiempo.

La inflación galopante había destruido su vida y el banquero se había aprovechado de su desesperación para sacarle todo su dinero. Y así, el hombre se quedó sin nada y sin nadie a quien acudir”.

Termino mi primer artículo del año muy preocupado. Sé que muy pronto El Espectador me va a reemplazar por el programa de escritura gratuito de openAI.

Por Inteligencia artificial

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