
“No se trata de querer o no querer a Petro. Se trata de saber quién es”: Héctor Abad Faciolince.
Foto: Andrea Puentes
Si el presidente Petro tuviera sentido del humor uno podría decir que es un marxista de la escuela de Groucho Marx. Pero qué va, su humor es tan pobre y pedestre que no le sale esa comparación. El izquierdismo de Petro es de otro cuño: una mezcla de populismo, matoneo verbal y amigotes corruptos que hacen el trabajo sucio. De todos los apuntes geniales del cuarto de los hermanos Marx, hay uno solo que se le puede aplicar: “Estos son mis principios, si no te gustan, tengo otros”.
Hace ocho días defendí aquí una tesis muy sencilla: que Petro pretende ser la solución de los desastres que él mismo crea. Su respuesta, por la red social...
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