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                                                                                                                                Quemar iglesias

                                                                                                                                El lunes pasado, 8 de marzo, fui a Bogotá para hacerle una entrevista a un sacerdote que está terminando su doctorado en teología. Después de hablar con él varias horas sobre muchos temas –él defiende, por ejemplo, la tesis de que el celibato sacerdotal debe ser voluntario y no obligatorio; está de acuerdo con la ordenación de las mujeres– me quedó tiempo para ir al centro a una librería que me encanta, la Merlín, porque ahí uno puede hallar libros agotados.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                En cuanto a Madame de Staël, esta fue quizá la persona más inteligente de su tiempo. Su agudeza y su intuición política la convirtieron en la más temible enemiga de Napoleón, pues ella supo ver, desde el mismo día en que se lo presentaron, al déspota y al tirano que se escondía detrás de la sonrisa fingida del gran general. Napoleón le temía más que a Wellington y la odió y persiguió toda la vida. Nadie tuvo palabras más precisas para desenmascararlo: “Napoleón no soporta la libertad de prensa, pero le encanta aprovecharse de la prensa esclava”. A él “las mujeres le desagradan porque no se someten de inmediato al temor o a la esperanza que él provoca. Hay en ellas algo desinteresado que le disgusta. Son, en cierto modo, como el clero, que no depende más que del cielo. Quizá lo viéramos desterrarlas de este mundo si no necesitara a sus hijos como soldados”.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                En cuanto a Madame de Staël, esta fue quizá la persona más inteligente de su tiempo. Su agudeza y su intuición política la convirtieron en la más temible enemiga de Napoleón, pues ella supo ver, desde el mismo día en que se lo presentaron, al déspota y al tirano que se escondía detrás de la sonrisa fingida del gran general. Napoleón le temía más que a Wellington y la odió y persiguió toda la vida. Nadie tuvo palabras más precisas para desenmascararlo: “Napoleón no soporta la libertad de prensa, pero le encanta aprovecharse de la prensa esclava”. A él “las mujeres le desagradan porque no se someten de inmediato al temor o a la esperanza que él provoca. Hay en ellas algo desinteresado que le disgusta. Son, en cierto modo, como el clero, que no depende más que del cielo. Quizá lo viéramos desterrarlas de este mundo si no necesitara a sus hijos como soldados”.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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