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En el diario El Colombiano se publicó el domingo 31 de mayo una entrevista con el exministro sudafricano, Roelf Meyer, quien trabajó con Nelson Mandela para ponerle fin al ‘apartehid’. A continuación algunas diferencias y similitudes entre Sudáfrica y Colombia.
El exministro Meyer sostiene que la paz de un país se logra solo cuando todos se incluyen, cuando todos ganan, cuando se procede con transparencia, abiertos a los medios de comunicación, donde todos puedan observar los errores y los aciertos. Que no conoce conflicto que llegue a su fin a través de la guerra. Por medio de distintos procesos, los que fueron responsables de atrocidades en el pasado, pudieron participar en futuros procesos políticos y algunos de ellos fueron elegidos en el Parlamento de Sudáfrica.
“Las negociaciones no detienen la violencia. En el caso de Sudáfrica, una vez que empezamos con las conversaciones a principios de 1990, después de que Mandela salió de la cárcel, estuvimos en negociaciones por cuatro años más. Y durante ese período numerosas personas murieron como resultado de la violencia”.
“Lo interesante es que en el caso de Sudáfrica, una vez llegamos al acuerdo, ni siquiera tuvimos que llamar a un referendo, porque todos estaban muy satisfechos con lo que habíamos logrado”. Hasta aquí la entrevista citada.
En Colombia, el presidente Juan Manuel Santos le mintió al electorado para ser elegido y una vez logrado este propósito, inició las conversaciones secretas por intermedio del su hermano Enrique, del cual, sostienen algunos, que Juan Manuel no pasa de ser su marioneta desde hace unos cinco años.
De esa época parece ser la ‘comprometedora cartica’ que el guerrillero de las Farc, Carlos Antonio Lozada, amenaza con publicar, “en la que Juan Manuel le escribe que acepta toda nuestra propuesta, que no encontraba objeción alguna en nuestra plataforma bolivariana, y que según él, no encontró nada que no se pudiera negociar. Por eso aceptamos negociar y empezó todo”.
Si esta comunicación aparece, se destacarían grandes diferencias con Sudáfrica, allá negociaron para fortalecer su democracia. Por acá se estaría aceptado otra ‘tenebrosa publicación’ la del guerrillero de las Farc, Jesús Santrich, apoyada, quizá, en la carta de Santos a Lozada, en la cual actualiza la plataforma bolivariana: impunidad total; reforma rural integral; el Estado como máximo responsable del conflicto; convocar una Asamblea Constituyente para refundar a Colombia; reconocimiento del partido político de las Farc; desmilitarización de la sociedad y del Estado; zonas de reserva campesina con la participación política, económica y social de las Farc; una Comisión de la Verdad…
Sugiero iniciar, para evitar el fracaso total de una paz sobre la plataforma bolivariana, por concentrar a las Farc en tres o cuatro zonas del país, con supervisión internacional, mas no la supervisión propuesta por Unasur. Alguna impunidad se podría conceder a cambio de que los cabecillas de las Farc no pudieran participar nunca más en política. Inaceptable una refundación con todo y Constituyente para adoptar el modelo del socialismo bolivariano. ‘Locura’, como afirmó el procurador Ordóñez, las desmilitarizaciones no verificables de las Farc y el cese el fuego bilateral mientras existan el narcotráfico, el ELN y las bacrim.