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Columna de Hernán Peláez: Barahúnda

Hernán Peláez Restrepo
11 de septiembre de 2022 - 02:00 a. m.

Ciertamente el fútbol de hoy es una barahúnda. Significa la palabra, entre otras acepciones, un grupo de personas hablando, opinando sin orden ni respeto por el uso de la palabra. Por estos días saturados de fútbol de aquí y allá, se presentan circunstancias comunes en el trajinar de los equipos.

Elegí un tema, con varios ejemplos disponibles. ¿Por qué Liverpool recibió paliza del Nápoles teniendo tan buen sistema defensivo? ¿Por qué Flamengo pareció dormido en el primer tiempo ante Vélez Sarsfield? ¿Por qué Millonarios lució desorientado en la inicial delante del Medellín?

Hurgando en los tres asuntos, se puede deducir que desatención y excesiva confianza los llevaron a esa situación. Liverpool, con Luis Díaz anotador del único gol, creyó seguramente ganarle o plantarse ante un equipo que en el papel estaba lejos del nivel exigido en esta Champions. Oh, sorpresa. Cuando se despabilaron era tarde y no parecieron capaces de superar el momento. Por supuesto que en las primeras fechas de la Premier han estado alejados del orden. Creo que la ausencia de Thiago Alcántara es esencial. Quizás no sea el gran jugador, pero sí muy equilibrado, con pensamiento claro y que sabe darle salida al equipo. Y a la partida de Mané también obliga a replantear el plan de juego y en eso Klopp tiene la palabra.

Flamengo, con ventaja en goles, quizás entró a jugar cediendo la iniciativa a los argentinos y creyendo que se gana de camiseta. Ya en la segunda etapa tomó conciencia de su obligación, habida cuenta de los 67 mil espectadores presentes y, con apoyo constante de Rodinei por derecha y la sutileza en el manejo del balón por Everton Ribeiro y el olfato goleador de Pedro, justificó el favoritismo.

A Millonarios le pasó algo parecido. Su defensa pestañeó y en minutos estaba perdiendo dos a cero y creando ambiente de pesimismo dentro de su clientela, pero creo que Alberto Gamero, viejo zorro de estos pasajes y sabiendo que no era la primera vez que le pasaba, en el entretiempo sacudió y motivó a sus dirigidos.

Siempre se dice que las parejas arreglan problemas y desavenencias en las cobijas. En el fútbol, en los 15 minutos de descanso entre períodos de juego también se arreglan toda clase de situaciones.

En general ningún equipo sostiene el mismo ritmo e intensidad en los 90 minutos. El fútbol, por lo dinámico, expone subidas y bajadas, del grupo o de determinado futbolista. Muchas veces el juego colectivo debe ser eficaz, aunque debe tener recursos en sus valores individuales. Por eso el golazo del pelao Daniel Ruiz, que devolvió el alma al cuerpo a sus hinchas. De hecho, cuando mencioné lo del pesimismo, algún hincha azul pudo haber pensado: “Hacemos todo bien y en el momento crucial fallamos”, pero no fue así. El fútbol lleva a la gloria o al drama. Igual que en la vida, continuaremos en esta barahúnda y disfrutando esta oleada de todo tipo de partidos.

 

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