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                                                                                                                                El crimen más horrible

                                                                                                                                Los falsos positivos no fueron 2.248 entre 1988 y 2014, sino 6.402 entre 2002 y 2008. Este es el motivo del escándalo.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                La víctima de un falso positivo fue cualquier NN cuyo cadáver sirviera para inflar las estadísticas de las Fuerzas Armadas y para recibir una prima, un ascenso o unos días de licencia. Es un crimen que por eso no se puede comparar ni tratar de la misma manera que las desapariciones forzadas, las torturas, las masacres, las pipetas de gas, las motosierras, los sicarios en moto, los secuestros, las violaciones, las voladuras de oleoductos o los incendios.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Ese crimen es peor que el del guerrillero o el del paramilitar porque uno y otro son bandidos declarados, en tanto que al soldado le confiamos las armas a condición absoluta de no violar la ley. Y es peor porque 2.248 o 6.402 muertes no pueden ser casos aislados, ni acontecer sin un gran número de cómplices, sin que los mandos se enteren, sin que el Gobierno note que algo raro está pasando.

                                                                                                                                Pero ninguno de los siete presidentes y sus ministros de Defensa en 24 años ha asumido la responsabilidad y en todo caso no hicieron lo bastante para ponerle punto final a esa monstruosidad. El presidente que ganó la guerra, el que pasó a la historia por su atención obsesiva a todos los detalles de la acción militar, el que mandaba cuando murieron los 6.402 NN se defiende diciendo que apenas fueron algo más de 4.000 y que a la JEP no hay que creerle porque sus jueces “fueron nombrados por las Farc”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                * Director de la revista digital “Razón Pública”.

                                                                                                                                Los falsos positivos no fueron 2.248 entre 1988 y 2014, sino 6.402 entre 2002 y 2008. Este es el motivo del escándalo.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                La víctima de un falso positivo fue cualquier NN cuyo cadáver sirviera para inflar las estadísticas de las Fuerzas Armadas y para recibir una prima, un ascenso o unos días de licencia. Es un crimen que por eso no se puede comparar ni tratar de la misma manera que las desapariciones forzadas, las torturas, las masacres, las pipetas de gas, las motosierras, los sicarios en moto, los secuestros, las violaciones, las voladuras de oleoductos o los incendios.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Ese crimen es peor que el del guerrillero o el del paramilitar porque uno y otro son bandidos declarados, en tanto que al soldado le confiamos las armas a condición absoluta de no violar la ley. Y es peor porque 2.248 o 6.402 muertes no pueden ser casos aislados, ni acontecer sin un gran número de cómplices, sin que los mandos se enteren, sin que el Gobierno note que algo raro está pasando.

                                                                                                                                Pero ninguno de los siete presidentes y sus ministros de Defensa en 24 años ha asumido la responsabilidad y en todo caso no hicieron lo bastante para ponerle punto final a esa monstruosidad. El presidente que ganó la guerra, el que pasó a la historia por su atención obsesiva a todos los detalles de la acción militar, el que mandaba cuando murieron los 6.402 NN se defiende diciendo que apenas fueron algo más de 4.000 y que a la JEP no hay que creerle porque sus jueces “fueron nombrados por las Farc”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                * Director de la revista digital “Razón Pública”.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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