“El fenómeno Rodolfo Hernández es una muestra de lo ahíto que está el pueblo de la clase política colombiana” - Mauricio Reina
Hoy me acompaña una gran preocupación: ¿Cómo puedo contribuir al fortalecimiento de nuestra democracia, en medio de un proceso político con las características actuales? Para tal efecto invito a leer cuidadosamente este conjunto de preguntas inquietantes.
i) ¿Teniendo en cuenta el análisis de contenido realizado al interior de las diversas intervenciones, escritos y avisos publicitarios, podremos inferir que el señor ingeniero no tiene un conocimiento apropiado a propósito de lo que conlleva la implementación del Acuerdo de Paz, más allá de afirmar que lo impulsará? ¿Olvida acaso que este es el problema histórico-estructural más importante, para resolver en la Colombia de hoy y de los próximos decenios?
ii) ¿Tendrá el ingeniero capacidad y conocimiento de lo que implica ser comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y de Policía? Ó, por la fuerza de los acontecimientos, sería convertido en un títere?
iii) Los comentarios ingenuos, limitados e imprudentes que ha expresado Rodolfo Hernández, sobre el manejo de la Cancillería colombiana y nuestras relaciones internacionales ¿no son una prueba suficiente de su desconocimiento en torno a cómo se debe manejar ese tema, desde la Presidencia de la República?
iv) ¿Tiene el candidato información seria sobre lo que es en la práctica dentro de los presupuestos del régimen presidencial colombiano- el proceso de la toma de las decisiones en la Casa de Nariño?
v) ¿Qué versión técnica actualizada posee Rodolfo Hernández, sobre el papel del Departamento Nacional de Planeación, el Ministerio de Hacienda y los COMPES?
vi) ¿Sabe el señor ingeniero que para ser estadista, en nuestros días, es necesario tener criterios sólidos correlacionados y apropiados, para la orientación de las variables política, económica, social, cultural, ambiental e internacional?
vii) ¿Qué conoce el candidato realmente, sobre las finanzas públicas y sus relaciones con el Ministerio de Hacienda, la Junta Directiva del Banco de la República, el DNP y sobre las políticas macro-económicas colombianas?
viii) ¿Ha demostrado Hernández que tiene un conocimiento riguroso en torno a los cambios que hay que formular e implementar, en relación con el manejo del sector rural colombiano?
ix) ¿Será cierto que su machismo y autoritarismoo auguran un manejo desueto y arbitrario de la administración pública? x) ¿Qué pensar de sus simplismos e ignorancias para la dirección de las políticas públicas, a la manera del capitán Bolsonaro?
xi) ¿Sabe Hernández, que no está exonerado de respetar los preceptos constitucionales que consagran el Estado Social de Derecho? y xii) ¿Qué definiciones presupuestales estructurales hay que tomar, para fortalecer la variable: Ciencia, Tecnología e Innovación? (1)
Complementemos estas preguntas con las siguientes reflexiones. Analizando la gravedad de la situación de la Colombia contemporánea, cuyo destino democrático se decidirá en 11 días, me parece de una gran utilidad tener en cuenta las observaciones puntuales de la sensata colombiana que es Piedad Bonnett quien, al referirse a Rodolfo Hernández, sostuvo: “Encarna un mito más “moderno”, el del negociante mañoso, hábil y pragmático, hecho a pulso”. Y cita una crónica de Ana León afirmando que: “Hernández intentó gobernar Bucaramanga con los mismos criterios que ha manejado su empresa”. “En ocasiones era grosero con su equipo. Los gritaba y humillaba en público” por eso no es tan disparatado que lo comparen con Trump: Un tosco populista de derechas, en este caso, disfrazado de progresista”.
Finalmente, con toda la responsabilidad de ciudadano, profesor universitario, periodista de opinión y con la información que poseo sobre su inexperiencia político-administrativa pública, debo sostener que el régimen político colombiano, en medio de las grandes dificultades que poseemos, no resistiría un gobierno de este personaje a quien considero, técnicamente, incapacitado para dirigir los destinos de nuestra Nación. Su designación como Presidente, sería un verdadero salto al vacío que no se merece la historia de la democracia colombiana(2). roasuarez@yahoo.com
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Referencias
1. Para quienes deseen ampliar la fundamentación de los contenidos aquí plasmados, me permito invitarlos a revisar mis columnas en elespectador.com, vinculadas con los temas aquí planteados; las “Pullas” presentadas por María Paulina Baena en El Espectador; las fundamentadas y valientes columnas de Daniel Coronel en La W, especialmente relacionadas con Rodolfo Hernández; los tres últimos programas de Los Danieles; y el concepto expedido por la médica especialista, santandereana y bumanguesa Claudia Pérez, sobre los comportamientos y la salud de Hernández.
2. Como lo he sugerido en otras Preguntas inquietantes, me permito insinuar al lector dialogar en torno a ellas y elaborar nuevas, que nos permitan profundizar el conocimiento del tema.
“El fenómeno Rodolfo Hernández es una muestra de lo ahíto que está el pueblo de la clase política colombiana” - Mauricio Reina
Hoy me acompaña una gran preocupación: ¿Cómo puedo contribuir al fortalecimiento de nuestra democracia, en medio de un proceso político con las características actuales? Para tal efecto invito a leer cuidadosamente este conjunto de preguntas inquietantes.
i) ¿Teniendo en cuenta el análisis de contenido realizado al interior de las diversas intervenciones, escritos y avisos publicitarios, podremos inferir que el señor ingeniero no tiene un conocimiento apropiado a propósito de lo que conlleva la implementación del Acuerdo de Paz, más allá de afirmar que lo impulsará? ¿Olvida acaso que este es el problema histórico-estructural más importante, para resolver en la Colombia de hoy y de los próximos decenios?
ii) ¿Tendrá el ingeniero capacidad y conocimiento de lo que implica ser comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y de Policía? Ó, por la fuerza de los acontecimientos, sería convertido en un títere?
iii) Los comentarios ingenuos, limitados e imprudentes que ha expresado Rodolfo Hernández, sobre el manejo de la Cancillería colombiana y nuestras relaciones internacionales ¿no son una prueba suficiente de su desconocimiento en torno a cómo se debe manejar ese tema, desde la Presidencia de la República?
iv) ¿Tiene el candidato información seria sobre lo que es en la práctica dentro de los presupuestos del régimen presidencial colombiano- el proceso de la toma de las decisiones en la Casa de Nariño?
v) ¿Qué versión técnica actualizada posee Rodolfo Hernández, sobre el papel del Departamento Nacional de Planeación, el Ministerio de Hacienda y los COMPES?
vi) ¿Sabe el señor ingeniero que para ser estadista, en nuestros días, es necesario tener criterios sólidos correlacionados y apropiados, para la orientación de las variables política, económica, social, cultural, ambiental e internacional?
vii) ¿Qué conoce el candidato realmente, sobre las finanzas públicas y sus relaciones con el Ministerio de Hacienda, la Junta Directiva del Banco de la República, el DNP y sobre las políticas macro-económicas colombianas?
viii) ¿Ha demostrado Hernández que tiene un conocimiento riguroso en torno a los cambios que hay que formular e implementar, en relación con el manejo del sector rural colombiano?
ix) ¿Será cierto que su machismo y autoritarismoo auguran un manejo desueto y arbitrario de la administración pública? x) ¿Qué pensar de sus simplismos e ignorancias para la dirección de las políticas públicas, a la manera del capitán Bolsonaro?
xi) ¿Sabe Hernández, que no está exonerado de respetar los preceptos constitucionales que consagran el Estado Social de Derecho? y xii) ¿Qué definiciones presupuestales estructurales hay que tomar, para fortalecer la variable: Ciencia, Tecnología e Innovación? (1)
Complementemos estas preguntas con las siguientes reflexiones. Analizando la gravedad de la situación de la Colombia contemporánea, cuyo destino democrático se decidirá en 11 días, me parece de una gran utilidad tener en cuenta las observaciones puntuales de la sensata colombiana que es Piedad Bonnett quien, al referirse a Rodolfo Hernández, sostuvo: “Encarna un mito más “moderno”, el del negociante mañoso, hábil y pragmático, hecho a pulso”. Y cita una crónica de Ana León afirmando que: “Hernández intentó gobernar Bucaramanga con los mismos criterios que ha manejado su empresa”. “En ocasiones era grosero con su equipo. Los gritaba y humillaba en público” por eso no es tan disparatado que lo comparen con Trump: Un tosco populista de derechas, en este caso, disfrazado de progresista”.
Finalmente, con toda la responsabilidad de ciudadano, profesor universitario, periodista de opinión y con la información que poseo sobre su inexperiencia político-administrativa pública, debo sostener que el régimen político colombiano, en medio de las grandes dificultades que poseemos, no resistiría un gobierno de este personaje a quien considero, técnicamente, incapacitado para dirigir los destinos de nuestra Nación. Su designación como Presidente, sería un verdadero salto al vacío que no se merece la historia de la democracia colombiana(2). roasuarez@yahoo.com
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Referencias
1. Para quienes deseen ampliar la fundamentación de los contenidos aquí plasmados, me permito invitarlos a revisar mis columnas en elespectador.com, vinculadas con los temas aquí planteados; las “Pullas” presentadas por María Paulina Baena en El Espectador; las fundamentadas y valientes columnas de Daniel Coronel en La W, especialmente relacionadas con Rodolfo Hernández; los tres últimos programas de Los Danieles; y el concepto expedido por la médica especialista, santandereana y bumanguesa Claudia Pérez, sobre los comportamientos y la salud de Hernández.
2. Como lo he sugerido en otras Preguntas inquietantes, me permito insinuar al lector dialogar en torno a ellas y elaborar nuevas, que nos permitan profundizar el conocimiento del tema.