Mucho se dice sobre los efectos directos e indirectos de la pandemia: la enfermedad, la pérdida de familiares y amigos, el sistema de salud colapsado, la crisis social y económica, el incremento del desempleo y la informalidad laboral, la pérdida de libertades, el aumento del autoritarismo y, en repetidas ocasiones, por lo menos en esta columna, el gran retroceso en materia educativa y los trágicos efectos que tendrá en las condiciones de vida de las generaciones venideras. Sin embargo, poco se discute sobre la grave situación de la salud mental de niños, jóvenes y adultos, una consecuencia no menor, pero que es, incluso en épocas normales, un incomprensible tabú en las sociedades occidentales.
Tú y yo estamos locos, Lucas
17 de noviembre de 2021 - 05:30 a. m.