Ramón Jesurún, el presidente de la Federación de Fútbol, está conminado por los hechos a tomar decisiones urgentes y definitivas. Decisiones grandes en torno a la Dimayor y al técnico de la selección de Colombia. Hoy se vence el contrato de José Néstor Pékerman. Y a partir de este miércoles la Federación es libre de empezar a buscar un nuevo técnico o de iniciar contactos con el argentino para un nuevo período como adiestrador nacional.
Jesurún platicará con el técnico para ver su disponibilidad a iniciar un nuevo ciclo, pero ese diálogo incluirá algunos cambios en el modus operandi. Se le echa la culpa de los casos molestos de las últimas épocas al empresario de Pékerman, el inefable Pascual Lezcano, pero los críticos olvidan algo claro: Lezcano no actuaría así, contraticos, prebendas, uso privilegiado de la información, manejo autoritario y total de la selección, maltrato al periodismo, amenazas a medios y a periodistas que no tragan entero, sin el consentimiento expreso del técnico. Pékerman sabe y admite, no lo duden un segundo, lo que hace Pascual. Es imposible pensar que pasen tantas cosas desagradables sin que el técnico las conozca.
Jesurún sabe también que Álvaro González y sus dos miembros de la Difútbol en el comité ejecutivo de la Federación están en contra de la continuidad de Pékerman. Primero, porque no gustan del argentino, que ha mostrado absoluta indiferencia hacia González y no les rinde pleitesía a él y sus periodistas amiguetes, como le gustaría al “poderoso” señor de la Difútbol. Y segundo, porque González y sus amigos ya tienen candidato: Juan Carlos Osorio, a quien están remolcando hacia el cargo de técnico de la selección. Osorio hace rato está promocionando su nombre y haciendo campaña llamando a periodistas amigos. Está en todo su derecho de postularse y tiene méritos para hacerlo.
Jesurún no gusta del nombre de Osorio ni de sus métodos y tampoco de su “mentor”, pero está en la encrucijada que hoy por hoy González y la Difútbol son el único soporte válido que tiene en el cargo.
La Dimayor no tiene presidente “amigo” de Ramón —hoy lo eligen y su candidato no parece tener mucho chance— y los otros dos miembros de la profesional al momento de abordar el tema, Pastrana y Pineda, son un tiro al aire, y de su lealtad hacia Jesurún hay muchas dudas, por lo que el camino conduce hacia González y Osorio y sus periodistas amiguetes.
El tema preocupa tanto a Ramón que hasta preferiría renovar a Pékerman antes que entregarles la selección a González y su combo. A menos que tenga un as guardado y lo saque en el momento justo.
Ramón Jesurún, el presidente de la Federación de Fútbol, está conminado por los hechos a tomar decisiones urgentes y definitivas. Decisiones grandes en torno a la Dimayor y al técnico de la selección de Colombia. Hoy se vence el contrato de José Néstor Pékerman. Y a partir de este miércoles la Federación es libre de empezar a buscar un nuevo técnico o de iniciar contactos con el argentino para un nuevo período como adiestrador nacional.
Jesurún platicará con el técnico para ver su disponibilidad a iniciar un nuevo ciclo, pero ese diálogo incluirá algunos cambios en el modus operandi. Se le echa la culpa de los casos molestos de las últimas épocas al empresario de Pékerman, el inefable Pascual Lezcano, pero los críticos olvidan algo claro: Lezcano no actuaría así, contraticos, prebendas, uso privilegiado de la información, manejo autoritario y total de la selección, maltrato al periodismo, amenazas a medios y a periodistas que no tragan entero, sin el consentimiento expreso del técnico. Pékerman sabe y admite, no lo duden un segundo, lo que hace Pascual. Es imposible pensar que pasen tantas cosas desagradables sin que el técnico las conozca.
Jesurún sabe también que Álvaro González y sus dos miembros de la Difútbol en el comité ejecutivo de la Federación están en contra de la continuidad de Pékerman. Primero, porque no gustan del argentino, que ha mostrado absoluta indiferencia hacia González y no les rinde pleitesía a él y sus periodistas amiguetes, como le gustaría al “poderoso” señor de la Difútbol. Y segundo, porque González y sus amigos ya tienen candidato: Juan Carlos Osorio, a quien están remolcando hacia el cargo de técnico de la selección. Osorio hace rato está promocionando su nombre y haciendo campaña llamando a periodistas amigos. Está en todo su derecho de postularse y tiene méritos para hacerlo.
Jesurún no gusta del nombre de Osorio ni de sus métodos y tampoco de su “mentor”, pero está en la encrucijada que hoy por hoy González y la Difútbol son el único soporte válido que tiene en el cargo.
La Dimayor no tiene presidente “amigo” de Ramón —hoy lo eligen y su candidato no parece tener mucho chance— y los otros dos miembros de la profesional al momento de abordar el tema, Pastrana y Pineda, son un tiro al aire, y de su lealtad hacia Jesurún hay muchas dudas, por lo que el camino conduce hacia González y Osorio y sus periodistas amiguetes.
El tema preocupa tanto a Ramón que hasta preferiría renovar a Pékerman antes que entregarles la selección a González y su combo. A menos que tenga un as guardado y lo saque en el momento justo.