Desde agosto de 1990 la empresa colombiana Protabaco apoya el fútbol colombiano con el patrocinio del campeonato profesional con su producto Mustang y posteriormente con otro, Premier, se vinculó a la Primera B.
No se conoce todavía, no ha existido, un solo motivo de queja por injerencia indebida o presiones incorrectas a favor de determinado equipo. Protabaco ha sido un patrocinador ejemplar, cumplido, serio, respetuoso de las decisiones internas que toma la Dimayor, buenas o malas, jamás han tenido críticas hacia el producto y su conducta y seriedad merecen ser recordadas, más hoy cuando tan sólo quedan ocho días para que se termine el contrato.
A ellos, a sus directivos y ejecutivos, es obligatorio darles las gracias por su valiosa colaboración cuando nadie creía en el fútbol y cuando patrocinar el torneo era un tema quijotesco y no muy bien visto en el área empresarial. Ellos tuvieron la visión, aprovecharon el momento, se quedaron con el nombre y durante estos 19 años han sido magníficos colaboradores. Mil gracias y ojalá en las esferas directivas de la Dimayor haya algún reconocimiento público para quien les tendió la mano.
Llega Postobón al patrocinio de todos los torneos. El campeonato profesional de la categoría A se llamará La Liga. La Primera B será el Torneo y el Sub-18 se denominará el Campeonato. Sus razones tendrán ellos y su departamento de mercadeo en estas denominaciones, los estudios deben haber sido serios y profundos, pero en primera instancia eso va a ser una confusión y está por verse el resultado de la política institucional.
Postobón no puede pretender que sus productos comerciales, Liga-Torneo-Copa-Campeonato, sean movidos solamente por las empresas adscritas a la organización Ardilla Lülle. Si creen que con RCN, radio y televisión, les basta, están equivocados. Con frecuencia la prepotencia de algunos ejecutivos los ha llevado a pensar que no necesitan a los otros medios. No se equivoquen, si no irrigan publicidad en otros medios masivos el producto no tendrá los efectos comerciales adecuados. Desconocer el poder de la competencia sería un error de orgullo y soberbia terrible. Y tampoco se vayan a equivocar en esto: compraron el nombre de unos torneos, no compraron el manejo, las determinaciones, las políticas de la Dimayor. En el reciente pasado algún funcionario de la organización se ‘descachó’ con unas veladas amenazas que cayeron mal , dejando entrever que por ser los dueños de la Copa Colombia había que favorecerlos. Cuidado, el hecho de ser propietarios del nombre de los torneos y dueños del Nacional son cosas distintas. Ojalá pasen otros 20 años, como Protabaco y Mustang, y se les pueda despedir con aplausos como a los tabacaleros.