Trump vs. Xi Jinping
Javier Ignacio Niño Cubillos
La primera administración de Trump inició una guerra comercial con China, que no se aminoró con Biden y que partir del 20 de enero de 2025 tendrá un mayor contraataque.
El elegido presidente prometió en campaña un aumento en los aranceles para China en más del 60 %. Al igual que en la pasada confrontación comercial, la potencia asiática responderá con restricciones similares para los productos norteamericanos.
En su momento, el enfrentamiento trajo un incremento en los precios para la población estadounidense y afectó la producción china, que presentó su mayor reducción en las últimas tres décadas y desencadenó una crisis económica interna, pero abrió espacio a otras economías emergentes.
Esta experiencia, producto de las restricciones occidentales a China como potencia global, la llevó a reforzar su estrategia de la Franja Económica de la Ruta de la Seda, iniciativa creada por Xi Jinping en 2013 e inspirada en la antigua Ruta de la Seda, de la cual hay registros desde el siglo I d. C.
Según el Foro Económico Mundial esta iniciativa ha superado en una década el billón de dólares en créditos, apalancada por el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (también creado por Xi Jinping) y ha firmado más de 200 acuerdos de cooperación con más de 150 países y 30 organizaciones internacionales.
La consolidación de la Franja ha exigido obras de infraestructura terrestres desde las zonas industriales de China, atravesando Asia y Europa del Este hasta llegar a París; por ejemplo, en el corredor Económico China-Pakistán ha construido aeropuertos, ferrocarriles, autopistas y oleoductos por más de U$60.000 millones. Además, construyó el primer tren de alta velocidad del Sudeste Asiático que conecta Yakarta con Bandung en un recorrido de 350 km; en África, aparte de puertos y autopistas, ha financiado la televisión por satélite a mil aldeas en Mozambique.
En Suramérica, una muestra de la Ruta es el mega puerto de Chancay en Perú, que costará en su totalidad U$3.600 millones e inaugura el presidente Xi Jinping, el 14 de noviembre de 2024, en el marco de la cumbre Asia Pacific Economic Cooperation, APEC. Estados Unidos acusa este tipo de macroproyectos de doble propósito, mercantil y militar, lo cual aumenta las tensiones. Sin embargo, son obras que demuestran la ventaja global tomada por China, quizás la única potencia que ha previsto los riesgos geopolíticos de una imprevisible segunda administración Trump.
javier.nino01@javeriana.edu.co
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En su momento, el enfrentamiento trajo un incremento en los precios para la población estadounidense y afectó la producción china, que presentó su mayor reducción en las últimas tres décadas y desencadenó una crisis económica interna, pero abrió espacio a otras economías emergentes.
Esta experiencia, producto de las restricciones occidentales a China como potencia global, la llevó a reforzar su estrategia de la Franja Económica de la Ruta de la Seda, iniciativa creada por Xi Jinping en 2013 e inspirada en la antigua Ruta de la Seda, de la cual hay registros desde el siglo I d. C.
Según el Foro Económico Mundial esta iniciativa ha superado en una década el billón de dólares en créditos, apalancada por el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (también creado por Xi Jinping) y ha firmado más de 200 acuerdos de cooperación con más de 150 países y 30 organizaciones internacionales.
La consolidación de la Franja ha exigido obras de infraestructura terrestres desde las zonas industriales de China, atravesando Asia y Europa del Este hasta llegar a París; por ejemplo, en el corredor Económico China-Pakistán ha construido aeropuertos, ferrocarriles, autopistas y oleoductos por más de U$60.000 millones. Además, construyó el primer tren de alta velocidad del Sudeste Asiático que conecta Yakarta con Bandung en un recorrido de 350 km; en África, aparte de puertos y autopistas, ha financiado la televisión por satélite a mil aldeas en Mozambique.
En Suramérica, una muestra de la Ruta es el mega puerto de Chancay en Perú, que costará en su totalidad U$3.600 millones e inaugura el presidente Xi Jinping, el 14 de noviembre de 2024, en el marco de la cumbre Asia Pacific Economic Cooperation, APEC. Estados Unidos acusa este tipo de macroproyectos de doble propósito, mercantil y militar, lo cual aumenta las tensiones. Sin embargo, son obras que demuestran la ventaja global tomada por China, quizás la única potencia que ha previsto los riesgos geopolíticos de una imprevisible segunda administración Trump.
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