Su pinta de niño aplicado, de esos que las tías orgullosas hacen sonrojar cuando los sacan a bailar en la cena de nochebuena, nos llegó con la masificación de la televisión por cable en el país. Era el colombiano que trabajaba para CNN. “Sale por la parabólica”, decían en el barrio. Y aunque su fuerte era dar consejos sobre la administración de unas finanzas ajenas a la pobreza del arrabal, representaba cierta cercanía con el potrero porque Carlos Antonio Vélez, su padre, con sus amores y desamores, era uno de los atizadores de la polémica futbolística en la nación.
Luis Carlos Vélez, con su dicción perfecta para los estándares que...