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Columnismo literario

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John Galán Casanova
01 de marzo de 2025 - 05:05 a. m.
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El pasado seis de enero, inconforme porque Jaime Bayly había destinado su columna de ese día al recorte del 20 % que le hicieron a su salario, el forista Gines protestó: “No entiendo cómo un diario serio como El Espectador cuenta con este ‘periodista’ bobo y narciso, que no tiene tema sino para hablar de él”. El forista Helbert agregó: “Además de escribir bien, esto es, que sepa redactar, se debería tener ideas para contar con un espacio como columnista de opinión. No basta con dominar la técnica gramatical, se requiere algo más”.

Al abordar un texto, quien lo lee espera de quien lo escribe que cumpla con la convención genérica prometida. Si se supone que es un poema, debe ser un poema; si se trata de una novela, debe poder leerse como una novela; si se trata de una columna, debe ceñirse a lo que se espera de una columna. En este caso, la resistencia que generan las columnas de Bayly no tiene que ver con su expresión subjetiva; de hecho, de una columna justamente se espera que aporte un punto de vista original. El problema no está en la subjetividad, sino en el énfasis autobiográfico. Como lectores de prensa, Gines y Herbert no toleran que, en vez de enfocarse en la actualidad nacional o internacional, Bayly se dedique a hablarnos del odio que incubó por su padre, de la muerte de su gata o de que le salió una bola en la barriga que por fortuna resultó no ser un tumor sino una diástasis abdominal.

Independientemente de sus posturas políticas, que ventila en la televisión pero no en sus textos, valoro las columnas de Bayly como muestras de una modalidad específica del periodismo de opinión: el columnismo literario. Léase bien: no digo comunismo literario, digo columnismo literario. El comunismo literario es imposible, pues por lo general no hay nada más privado e individualista que la escritura. Lo que ocurre es que, paradójica y dialécticamente, la escritura particular se universaliza al ser publicada y leída. En palabras de Héctor Rojas Herazo, quien escribe es alguien que pone su soledad al servicio de las demás personas.

Como rama del periodismo literario, el columnismo literario rompe con la objetividad temática de una columna tradicional, plantea historias personales y emplea recursos como la minucia descriptiva, la polifonía, la parodia, la intertextualidad y la creación de imágenes, escenas, diálogos, introspecciones, digresiones o retrospecciones. Para un genio del periodismo literario norteamericano como Truman Capote, el reto consistía en aunar con éxito en una única forma ―reportaje, relato, novela, columna― todos los conocimientos acerca de otras formas de escribir: “Un escritor debería tener a su disposición todos los colores y todas sus habilidades en la misma paleta, y ser capaz de mezclarlos (y en los casos convenientes, aplicarlos simultáneamente)”.

Al columnismo literario no le faltan detractores. En España, donde a partir del regreso de la democracia en 1975 se dio un auge del periodismo de opinión, hay quienes consideran, como Rebeca Argudo, colaboradora del periódico digital The Objective, que hoy en día, entre más columnistas proliferan, menos columnas de opinión hay: “Confunden escribir con estilo, escribir bien, con escribir de cosas que solo les interesan a ellos, a sus amigos y a sus familiares de primer y segundo grado, con mucha subordinada, bien de anáforas, tres adjetivos por sustantivo y alguna esdrújula. Y a eso le llaman columnismo literario como lo podrían llamar mesa camilla con brasero”.

Personalmente, no veo porqué en las páginas editoriales de un periódico no pueda coexistir el columnismo literario junto a columnas de corte más crítico o coyuntural. Es más, muchas columnas autorreferenciales revelan una problemática determinada con la profundidad de un texto explícitamente objetivo. En “Moriré pobre”, al contar cómo intentó reducirle el salario a su jardinero en Miami, Bayly expuso el drama de la migración con la hondura que podrían hacerlo un reportaje o una perspectiva más analítica: “Le pregunté si estaba ahorrando. Me dijo que no. Le pregunté por qué, si le pago muy bien. Me dijo que debe mucho dinero. Le pregunté cuánto dinero debe. Me dijo que 20 mil dólares. Le pregunté a quién le debe tanto dinero. Me dijo que a las personas que lo trajeron escondido en camiones desde su país. Luego me dijo que la travesía fue una odisea, que los viajes en camiones duraban 20 o 30 horas, que debía ir escondido debajo de unas alfombras y no podía respirar y se asfixiaba. Me dijo que los sujetos que lo trajeron escondido le cobran ahora 20 mil dólares, además de unos intereses de usura. Me dijo que todos los meses tiene que pagarles. Si deja de hacerlo, tomarían represalias contra él y su familia”.

Por su grado de riesgo, exploración y elaboración, el columnismo literario procura trascender el periodismo desechable que, según canta Héctor Lavoe, deriva pronto en materia olvidada que nadie más procura ya leer. A vuelo de pájaro y a manera de abrebocas, con una serie de textos como “Dónde está el amor”, de Sorayda Peguero; “El detalle en literatura”, de Julio César Londoño; “Lavar es un placer”, de Pascual Gaviria; “La balada del gallo triste”, de Irene Vallejo; “La comida nunca pesa”, de Javier Ortiz Cassiani; “La retórica de un palabrero legendario”, de Weildler Guerra; “Los platos rotos”, de Jaime Bayly; o “Un genio ante el Chat GPT”, del suscrito escribidor, se podría proyectar una antología del columnismo literario en El Espectador.

Si a esta casa editorial le suena la idea, me pido llevar a cabo la selección.

CODA

La antología de columnismo imperecedero debe incluir “Saber morir” y “Se acabó la fiesta”, de la socióloga Tatiana Andia (1979-2025), quien se hizo columnista del itinerario de su muerte.

John Galán Casanova

Por John Galán Casanova

Poeta y ensayista bogotano. Premio nacional de poesía joven Colcultura, 1993. Premio internacional de poesía "Villa de Cox", 2009.
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RichiRey(618ua)02 de marzo de 2025 - 02:59 p. m.
Completamente de acuerdo con la necesidad del columnismo literario. Pero, en lo que al comunismo literario respecta, me parece que hay nociones equivocas tanto de lo que es el comunismo como del proceso escritural. Por un lado, no hay nada puramente individual para el ser humano; y, por el otro, el propósito del comunismo no es acabar con la vida privada de los individuos, por el contrario, les invita a criticar el producto de su acción, a reflexionar sobre sí y el mundo que habitan.
Gines de Pasamonte(86371)01 de marzo de 2025 - 08:12 p. m.
No pude evitar el prurito de volver sobre tu columna, John. Expresas que valoras las columnas del señor bayly, pues son una muestra de “columnismo literario”. No he podido encontrar, qué de literario tienen unas columnas en donde solo se habla de sí mismo. Ahora, que esto se haga de vez en cuando par matizar su periplo periodístico, vaya y venga, pero..., que sea la misma cantinela, deviene en memorias no pedidas. ¡Por favor! Dirás que es mi criterio y seguro estoy que es el de muchos aquí.
  • John Galán Casanova(88407)02 de marzo de 2025 - 12:32 p. m.
    ... por último, en la selección de textos que presenté al final, incluí una columna muy confesional de Bayly, "Los platos rotos" que me parece estremecedora. En suma, lo invito a leerla y a reconsiderar la idea de que por ser autorreferencial una columna carece necesariamente de valor. ¡Buen día!
  • John Galán Casanova(88407)02 de marzo de 2025 - 12:27 p. m.
    ... creo que para encontrarle valor a este tipo de columnas (y a la literatura en general) hay que lograr abstraer lo universal a partir de lo particular. En los textos autobiográficos de Bayly, logro abstraer problemáticas como la de la migración ya mencionada, la del cambio en la producción de contenidos de televisión, la homofobia paterna o la obesidad...
  • John Galán Casanova(88407)02 de marzo de 2025 - 12:23 p. m.
    ... luego añadí que "muchas columnas autorreferenciales revelan una problemática determinada con la profundidad de un texto explícitamente objetivo", y cité como ejemplo que, en el caso de la columna "Moriré pobre", allí se logra poner de presente la problemática de la migración con la profundidad que podría hacerlo un reportaje o un texto más objetivo...
  • John Galán Casanova(88407)02 de marzo de 2025 - 12:20 p. m.
    Estimado Gines, para ponderar las columnas de Bayly intenté presentar tres argumentos. Dije que, por inscribirse en el columnismo literario, son columnas donde se "rompe con la objetividad temática de una columna tradicional, plantea historias personales y emplea recursos como la minucia descriptiva, la polifonía, la parodia, la intertextualidad y la creación de imágenes, escenas, diálogos, introspecciones, digresiones o retrospecciones"... .
Caliche(62305)01 de marzo de 2025 - 07:49 p. m.
Gracias, John Galán, por su punto de vista y la breve compilación. Bayly es de un estilo empalagoso en su prosa, me gusta que se burla de sí mismo. Me llama la atención que no apliquen textos de algunos escritores de El Espectador: Abad, Gamboa y Bonnet. En efecto, escriben obviedades y les falta estilo, viven de un apellido. En cambio, mi admirado Julio César Londoño, se nota que en sus piezas ensayísticas las ensaya durante la semana. Se respeta y respeta a los lectores.
  • Gines de Pasamonte(86371)01 de marzo de 2025 - 08:13 p. m.
    ¡De acuerdo, Caliche!
Alberto Rincón Cerón(3788)01 de marzo de 2025 - 06:06 p. m.
Interesante.
Contrapunteo (18670)01 de marzo de 2025 - 03:09 p. m.
Cuando empecé su columna pensé que iba a poner el dedo en la llaga sobre lo que escribe el narcisista peruano, al final aprueba todo. Cuestión diferente y para ponderar la actitud en vida de la profesora cuyo nombre es digno de recordar: Tatiana Andia, que desde DeJusticia libró una lucha muy grande por el precio y la llegada de medicina a gente de escasos recursos y su ejemplo para morir dignamente. Una Cátedra en la U. de Los Andes debe llevar su nombre. Y qué asco lo de Bealy.
  • Gines de Pasamonte(86371)01 de marzo de 2025 - 04:54 p. m.
    En esto no contrapunteo contigo. !Asco lo del maricón bayly! ! De acuerdo!
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