Qué buena iniciativa que busquemos entre todos más recursos para la salud, en especial para prevenir y atender la principales causas de enfermedad y muerte de los colombianos, tales como la obesidad, la diabetes, el infarto y el cáncer.
Sin embargo, no estoy seguro de qué tan sensato y qué tan útil sea aumentar los impuestos a un sector de la industria que ha sido satanizado por algunos fanáticos del tema con pobre evidencia científica, para solucionar un problema de salud tan complejo y multifactorial como la obesidad.
¿Sabía usted, por ejemplo, que los seres humanos hemos comido cerca de 2.000 calorías por muchas décadas y que tan solo desde la aparición de los automóviles, las motos, los ascensores, la televisión y la revolución industrial se disparó la epidemia de sobrepeso y obesidad? ¿Conoce, como yo, a miles de personas que han dejado el azúcar y otros placeres para el paladar y se siguen engordando? Más aún, ¿conoce pacientes pre diabéticos y diabéticos que no comen azúcar y tienen niveles cada vez peores de azúcar en la sangre?
Algunas de las respuestas a estas observaciones están en la preocupante falta de ejercicio en nuestra vida cotidiana. La verdadera epidemia no es comer mucho. De hecho, no hay estudios que demuestren que comemos mucho más que nuestros antepasados y sin embargo nos engordamos cada día más. Por el contrario, está bien documentado que nos movemos mucho menos que nuestros antepasados.
Pero la magnitud económica del problema de salud asociado a la obesidad es innegable y sin duda debe ser abordado también desde el sector productivo. Más aun, es posible que los aportes de cada individuo al sector salud deban ser ajustados muy pronto, no solo a sus ingresos, sino a los gastos que va a ocasionar cada individuo al sector debido a sus propios hábitos. Este concepto ya ha sido implementado por pólizas y seguros privados, donde un individuo fumador u obeso debe pagar más para amortizar de alguna manera los costos en salud que va a generar a su pagador en los próximos años. Quizás lo más racional y equitativo para el país sea que cada persona, familia, comunidad o empresa reflexione y asuma los gastos ocasionados al sector salud como consecuencia de sus comportamientos poco saludables.
* PhD en Medicina del Deportewww.johnduperly.com.
Qué buena iniciativa que busquemos entre todos más recursos para la salud, en especial para prevenir y atender la principales causas de enfermedad y muerte de los colombianos, tales como la obesidad, la diabetes, el infarto y el cáncer.
Sin embargo, no estoy seguro de qué tan sensato y qué tan útil sea aumentar los impuestos a un sector de la industria que ha sido satanizado por algunos fanáticos del tema con pobre evidencia científica, para solucionar un problema de salud tan complejo y multifactorial como la obesidad.
¿Sabía usted, por ejemplo, que los seres humanos hemos comido cerca de 2.000 calorías por muchas décadas y que tan solo desde la aparición de los automóviles, las motos, los ascensores, la televisión y la revolución industrial se disparó la epidemia de sobrepeso y obesidad? ¿Conoce, como yo, a miles de personas que han dejado el azúcar y otros placeres para el paladar y se siguen engordando? Más aún, ¿conoce pacientes pre diabéticos y diabéticos que no comen azúcar y tienen niveles cada vez peores de azúcar en la sangre?
Algunas de las respuestas a estas observaciones están en la preocupante falta de ejercicio en nuestra vida cotidiana. La verdadera epidemia no es comer mucho. De hecho, no hay estudios que demuestren que comemos mucho más que nuestros antepasados y sin embargo nos engordamos cada día más. Por el contrario, está bien documentado que nos movemos mucho menos que nuestros antepasados.
Pero la magnitud económica del problema de salud asociado a la obesidad es innegable y sin duda debe ser abordado también desde el sector productivo. Más aun, es posible que los aportes de cada individuo al sector salud deban ser ajustados muy pronto, no solo a sus ingresos, sino a los gastos que va a ocasionar cada individuo al sector debido a sus propios hábitos. Este concepto ya ha sido implementado por pólizas y seguros privados, donde un individuo fumador u obeso debe pagar más para amortizar de alguna manera los costos en salud que va a generar a su pagador en los próximos años. Quizás lo más racional y equitativo para el país sea que cada persona, familia, comunidad o empresa reflexione y asuma los gastos ocasionados al sector salud como consecuencia de sus comportamientos poco saludables.
* PhD en Medicina del Deportewww.johnduperly.com.