Es bueno saber que el Partido Liberal en cabeza de Horacio Serpa manifestó que se opondrá al referendo que impulsa Viviane Morales para prohibirles a parejas homosexuales o a solteros adoptar hijos; pero no es suficiente.
Y no lo es porque si un miembro de esa bancada abraza una ideología contraria al pensamiento liberal, lo conducente es que le abran un proceso disciplinario interno o al menos la inviten a buscar unas toldas acordes con las tesis de su iglesia, Casa sobre la Roca. Se trata de exigir coherencia.
La senadora Morales respondió con altanería que “yo no entiendo por qué un partido como el Liberal se niega a la solicitud de dos millones 300 mil ciudadanos”, cifra correspondiente al número de firmas que la senadora recogió en apoyo a su iniciativa. Basta brindar claridad en que Colombia es un país católico desde los tiempos de la colonia española, y ese catolicismo fue incorporado como un chip a fuerza de púlpito en las mentes de criollos y nativos, e incluyó el reclutamiento de generaciones y generaciones de ‘fieles’ a partir del bautismo, cuando eran bebés, sin su consentimiento. O sea que esperar un resultado diferente en el referendo sería como si a los hinchas de Santa Fe se les preguntara si quieren que el campeón del torneo rentado de fútbol sea Millonarios.
La señora Morales se niega a aceptar que en Colombia rige desde 1991 una Constitución que define a Colombia como un Estado laico. Su visión según la cual solo existe la familia instituida por Dios en la Biblia y por tanto los matrimonios compuestos por parejas homosexuales no pueden adoptar hijos, corresponde íntegramente a un postulado religioso. Ella sabe que eso es así –porque bruta no es- y que de ser aprobado su referendo en el Congreso no pasará luego en la Corte Constitucional, pero se mantiene en su posición porque le da votos. Y esos votos son ‘sagrados’.
Igual ocurre con la diputada santandereana Ángela Hernández, elegida por La U (el partido de Santos) pero afecta al uribismo, a la que Armando Benedetti como copresidente de esa agrupación no se atreve a tocar porque sabe que la victimiza y la crece más. Circula un video en el que ella invita a un “Plantón de Oración” el 30 de septiembre “para pedirle a Dios por Colombia y contra las asechanzas del enemigo mayor, el demonio” (ver video). Allí se ve a Humberto de La Calle hablar con entereza de concepción de género (diferente a “ideología de género”, que no existe), y le dan a su voz una entonación demoníaca, y luego se escucha a Hernández decir que “la única alternativa que nos queda es tomarnos a Colombia en oración. Solo Dios sabe qué va a pasar el 2 de octubre, a él es al que le pertenece nuestra nación”. Y remata diciendo que su mensaje va dirigido “a todos los patriotas que entienden las palabras del que murió en la cruz”.
Por simple coincidencia, ocho horas antes del histórico 26 de septiembre Álvaro Uribe trinó esto: “Estaremos a las 8 de la mañana en la cadena humana de Cartagena, con la ayuda de Dios”. Al día siguiente la bancada uribista quiso formar una cadena humana que nunca se dio, y en versión default decidieron rezar “una oración por el bien de la Patria”, y en ella se vio a Uribe acompañado del inefable Alejandro Ordóñez, lo cual se prestó para ingeniosos memes.
A lo anterior se suman dos videos publicados por Noticias Uno, donde aparecen dos cristianos sin identificar diciendo que “este país se lo quieren entregar al comunismo”, y lanzan amenazas en caso de que gane el Sí en el plebiscito. “A todos los líderes gais, el pueblo cristiano les dice: ‘No harán lo que se les dé la gana’. Estamos dispuestos a soltar la Biblia y a tomar las armas” (ver videos).
Para acabar de condimentar la sopa del radicalismo está el ‘concejal de la familia’, Marco Fidel Ramírez, a quien Las 2 Orillas mostró en un congreso de pastores evangélicos sermoneando con que “el acuerdo con las FARC tiene una indiscutible motivación ateo-marxista que nos lleva de narices a una peligrosa dictadura homosexual”, y “cuando venga la implementación de esa atrocidad, las primeras víctimas seremos los pastores y las iglesias” (ver video).
Todas estas manifestaciones recientes de religiosidad extrema en políticos opuestos al gobierno de Santos no son simple coincidencia, no. Son la expresión del nuevo discurso que han confeccionado los partidarios del No en el plebiscito, al constatar lo apaleados que aparecen en las encuestas. Pareciera que se hubieran reunido y preguntado, parodiando al Chapulín Colorado: Y ahora, ¡¿quién podrá salvarnos?! Y hubieran encontrado la respuesta al unísono: ¡Dios!
Lo que se está viendo entonces es una cruzada político-religiosa donde la extrema derecha usa a Dios como su caballito de batalla. Bajo la fachada de combatir el “lobby gay” (que tampoco existe) quieren impedir que se consolide la paz, con un objetivo político embozado: llevar a la Presidencia de Colombia al ultra-católico, corrupto y clientelista exprocurador Alejandro Ordóñez, el mismo que le dedicó su tesis de grado “A nuestra señora la Virgen María, suplicándole la restauración del orden cristiano y el aplastamiento del comunismo ateo”.
Después de haber comprobado que las toneladas de montajes con propaganda negra que vertieron en las redes sociales no lograron su objetivo, han cambiado de estrategia: ahora han llamado en su auxilio a las iglesias cristianas y evangélicas. Conscientes de la estruendosa derrota política que les espera el 2 de octubre, convocan a sus rebaños de creyentes a supuestas jornadas de oración por todo el país, justo dos días antes del plebiscito. La nueva consigna apunta a satanizar el acuerdo de paz. Como saben que la religión ejerce gran poder en el imaginario colectivo, de ella se han agarrado como quien se aferra a un clavo ardiendo, para sembrar miedo.
¿Lograrán su propósito desestabilizador sacando a las calles a las masas más ignorantes y maleables mediante la exacerbación de sus pasiones religiosas? Aún no lo sabemos. En todo caso, Dios nos coja confesados. La caverna necesita guerra para justificar su existencia política en la encarnación de un enemigo demoníaco, y esa guerra la han convertido en cruzada religiosa, y si nos descuidamos hasta podría desembocar en una guerra civil. Casos se han visto.
DE REMATE: Un verdadero cristiano notaría de inmediato que están siendo blasfemos al usar a Dios con tan perverso objetivo, pero no les importa. Vienen de la escuela del ‘todo vale’.
En Twitter: @Jorgomezpinilla http://jorgegomezpinilla.blogspot.com.co/
Es bueno saber que el Partido Liberal en cabeza de Horacio Serpa manifestó que se opondrá al referendo que impulsa Viviane Morales para prohibirles a parejas homosexuales o a solteros adoptar hijos; pero no es suficiente.
Y no lo es porque si un miembro de esa bancada abraza una ideología contraria al pensamiento liberal, lo conducente es que le abran un proceso disciplinario interno o al menos la inviten a buscar unas toldas acordes con las tesis de su iglesia, Casa sobre la Roca. Se trata de exigir coherencia.
La senadora Morales respondió con altanería que “yo no entiendo por qué un partido como el Liberal se niega a la solicitud de dos millones 300 mil ciudadanos”, cifra correspondiente al número de firmas que la senadora recogió en apoyo a su iniciativa. Basta brindar claridad en que Colombia es un país católico desde los tiempos de la colonia española, y ese catolicismo fue incorporado como un chip a fuerza de púlpito en las mentes de criollos y nativos, e incluyó el reclutamiento de generaciones y generaciones de ‘fieles’ a partir del bautismo, cuando eran bebés, sin su consentimiento. O sea que esperar un resultado diferente en el referendo sería como si a los hinchas de Santa Fe se les preguntara si quieren que el campeón del torneo rentado de fútbol sea Millonarios.
La señora Morales se niega a aceptar que en Colombia rige desde 1991 una Constitución que define a Colombia como un Estado laico. Su visión según la cual solo existe la familia instituida por Dios en la Biblia y por tanto los matrimonios compuestos por parejas homosexuales no pueden adoptar hijos, corresponde íntegramente a un postulado religioso. Ella sabe que eso es así –porque bruta no es- y que de ser aprobado su referendo en el Congreso no pasará luego en la Corte Constitucional, pero se mantiene en su posición porque le da votos. Y esos votos son ‘sagrados’.
Igual ocurre con la diputada santandereana Ángela Hernández, elegida por La U (el partido de Santos) pero afecta al uribismo, a la que Armando Benedetti como copresidente de esa agrupación no se atreve a tocar porque sabe que la victimiza y la crece más. Circula un video en el que ella invita a un “Plantón de Oración” el 30 de septiembre “para pedirle a Dios por Colombia y contra las asechanzas del enemigo mayor, el demonio” (ver video). Allí se ve a Humberto de La Calle hablar con entereza de concepción de género (diferente a “ideología de género”, que no existe), y le dan a su voz una entonación demoníaca, y luego se escucha a Hernández decir que “la única alternativa que nos queda es tomarnos a Colombia en oración. Solo Dios sabe qué va a pasar el 2 de octubre, a él es al que le pertenece nuestra nación”. Y remata diciendo que su mensaje va dirigido “a todos los patriotas que entienden las palabras del que murió en la cruz”.
Por simple coincidencia, ocho horas antes del histórico 26 de septiembre Álvaro Uribe trinó esto: “Estaremos a las 8 de la mañana en la cadena humana de Cartagena, con la ayuda de Dios”. Al día siguiente la bancada uribista quiso formar una cadena humana que nunca se dio, y en versión default decidieron rezar “una oración por el bien de la Patria”, y en ella se vio a Uribe acompañado del inefable Alejandro Ordóñez, lo cual se prestó para ingeniosos memes.
A lo anterior se suman dos videos publicados por Noticias Uno, donde aparecen dos cristianos sin identificar diciendo que “este país se lo quieren entregar al comunismo”, y lanzan amenazas en caso de que gane el Sí en el plebiscito. “A todos los líderes gais, el pueblo cristiano les dice: ‘No harán lo que se les dé la gana’. Estamos dispuestos a soltar la Biblia y a tomar las armas” (ver videos).
Para acabar de condimentar la sopa del radicalismo está el ‘concejal de la familia’, Marco Fidel Ramírez, a quien Las 2 Orillas mostró en un congreso de pastores evangélicos sermoneando con que “el acuerdo con las FARC tiene una indiscutible motivación ateo-marxista que nos lleva de narices a una peligrosa dictadura homosexual”, y “cuando venga la implementación de esa atrocidad, las primeras víctimas seremos los pastores y las iglesias” (ver video).
Todas estas manifestaciones recientes de religiosidad extrema en políticos opuestos al gobierno de Santos no son simple coincidencia, no. Son la expresión del nuevo discurso que han confeccionado los partidarios del No en el plebiscito, al constatar lo apaleados que aparecen en las encuestas. Pareciera que se hubieran reunido y preguntado, parodiando al Chapulín Colorado: Y ahora, ¡¿quién podrá salvarnos?! Y hubieran encontrado la respuesta al unísono: ¡Dios!
Lo que se está viendo entonces es una cruzada político-religiosa donde la extrema derecha usa a Dios como su caballito de batalla. Bajo la fachada de combatir el “lobby gay” (que tampoco existe) quieren impedir que se consolide la paz, con un objetivo político embozado: llevar a la Presidencia de Colombia al ultra-católico, corrupto y clientelista exprocurador Alejandro Ordóñez, el mismo que le dedicó su tesis de grado “A nuestra señora la Virgen María, suplicándole la restauración del orden cristiano y el aplastamiento del comunismo ateo”.
Después de haber comprobado que las toneladas de montajes con propaganda negra que vertieron en las redes sociales no lograron su objetivo, han cambiado de estrategia: ahora han llamado en su auxilio a las iglesias cristianas y evangélicas. Conscientes de la estruendosa derrota política que les espera el 2 de octubre, convocan a sus rebaños de creyentes a supuestas jornadas de oración por todo el país, justo dos días antes del plebiscito. La nueva consigna apunta a satanizar el acuerdo de paz. Como saben que la religión ejerce gran poder en el imaginario colectivo, de ella se han agarrado como quien se aferra a un clavo ardiendo, para sembrar miedo.
¿Lograrán su propósito desestabilizador sacando a las calles a las masas más ignorantes y maleables mediante la exacerbación de sus pasiones religiosas? Aún no lo sabemos. En todo caso, Dios nos coja confesados. La caverna necesita guerra para justificar su existencia política en la encarnación de un enemigo demoníaco, y esa guerra la han convertido en cruzada religiosa, y si nos descuidamos hasta podría desembocar en una guerra civil. Casos se han visto.
DE REMATE: Un verdadero cristiano notaría de inmediato que están siendo blasfemos al usar a Dios con tan perverso objetivo, pero no les importa. Vienen de la escuela del ‘todo vale’.
En Twitter: @Jorgomezpinilla http://jorgegomezpinilla.blogspot.com.co/