Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                16 de enero de 2018 - 09:00 p. m.

                                                                                                                                Empleadas sobreexplotadas, ¿hasta cuándo?

                                                                                                                                Hace unos meses me ocurrió algo más cercano a la literatura que a la cruda realidad, y lo consigno aquí como abrebocas a la verdadera historia: llegué a un almacén de un importante centro comercial del norte de Bogotá a comprar algo de ropa, y mientras probaba diferentes prendas observé que la empleada que me atendía me observaba con especial curiosidad, hasta que dijo: “Tengo la impresión de haberlo visto antes, pero no recuerdo dónde”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Cuando le dije que soy periodista y agregué mi nombre, de inmediato recordó: “Ah, ¡usted es el que le da tanto palo a Uribe! Yo lo leo los miércoles en El Espectador. Mi ego quedó inflado hasta la estratosfera no solo porque conocía el día de mi columna, sino porque lo usual es que la gente reconozca a personajes de la farándula, no a un pinche columnista de prensa.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El asunto es que a partir de ese día comenzamos a charlar con relativa frecuencia, más a chatear que a vernos, debido a un horario de trabajo que a ella solo le permite un día de descanso a la semana, el cual le fue retirado en diciembre. Esto se traduce en que durante ese mes, del 1° al 31, Milena debió cumplir agotadoras jornadas de mínimo diez horas, a veces 12 (10 a.m. a 10 p.m.), todo el tiempo de pie atendiendo clientes con su mejor sonrisa, sin un solo día de descanso.

                                                                                                                                Uno de esos escasos días en que pudimos conversar al calor de una cerveza, Milena (su nombre aquí es lo único ficticio) me dijo: “Lo que escribes deja ver que llevas una vida emocionante; por eso te leo. Dices cosas tenaces, te agarras con unos, te admiran o te insultan otros, te defiendes atacando o argumentando. Es emocionante. En cambio mi vida es del trabajo a la casa, de la casa al trabajo”.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Milena vive en un barrio de estrato tres, estudió dos semestres de Idiomas pero debió abandonar por falta de plata. Forma parte de una familia muy unida —tres hermanas y sus padres—, a la que además del amor filial los une el pago compartido de una deuda que todavía están pagando, después de que todos (o mejor, todas) juntaron sus ahorros y montaron un almacén… y quebraron. 

                                                                                                                                A falta de almacén propio hoy Milena trabaja en uno muy afamado que tiene sucursales regadas por todo el país, con un sueldo apenas cercano al millón de pesos y el horario ya descrito, que la tiene “del trabajo a la casa y de la casa al trabajo”.

                                                                                                                                Tal vez por la situación que de primera mano conocí en Milena, ahora cuando entro a un supermercado de esos que llaman “grandes superficies” les pongo especial atención a los empleados que atienden y a sus condiciones materiales de trabajo.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Como resultado de esas “inspecciones” he observado, por ejemplo, que las tiendas D1 y Justo & Bueno, que hoy compiten entre sí y en apariencia manejan precios bajos, ese bajo costo lo trasladan a la reducción del mobiliario al mínimo, cual si fueran tiendas cubanas.

                                                                                                                                Es así como, si uno se fija, a los empleados —en su inmensa mayoría mujeres— que atienden en las cajas no les es permitido sentarse durante sus ocho horas diarias de trabajo, por una razón sencilla: no tienen sillas, todo el tiempo deben permanecer de pie. ¿A qué puede obedecer esta situación, a todas luces injusta? (Ver foto).

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Basta hacer cuentas para llegar al intríngulis: solamente D1 posee casi 600 tiendas en Colombia y si a cada una le calculamos por bajito tres cajas, serían tres sillas por tienda que, vistas en su conjunto, completan 1.800. Si a las sillas les ponemos un precio —también por lo bajito— de 100.000 pesos cada una, el resultado es contundente: por mantener en permanente incomodidad a sus cajeras, esa sola empresa se está ahorrando unos 180 millones de pesos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                No sabemos si frente a situaciones como esta podría —o debería— intervenir el Ministerio del Trabajo, lo mismo que frente a los agotadores horarios que les hacen padecer a empleadas como Milena, sin tiempo siquiera para compartir con su familia… ¡y menos con sus amigos!

                                                                                                                                No sabemos tampoco si por esto nos van a acusar de castrochavistas o de simpatizantes de la Farc, pero no podíamos terminar esta columna sin dejar sentada una enérgica voz de protesta por las deplorables condiciones de trabajo y los bajos sueldos que reciben todas esas legiones de operarias —y operarios— que con su abnegada labor contribuyen a enriquecer las arcas de los voraces dueños de esas grandes tiendas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Solo esperamos que esta denuncia contribuya para que a las cajeras de Justo & Bueno y D1 les den sillas dónde sentarse (sería emocionante que así pasara), y rogamos al Altísimo para que no ocurra lo contrario: que otras cadenas comerciales como Metro, Jumbo o Carulla decidan seguir el ejemplo del ahorro y… les retiren sus sillas a las cajeras que ya las tienen.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                DE REMATE: ¿Será que la influencia de la columnista conservadora María Isabel Rueda en la Fiscalía General está sirviendo hasta para que no judicialicen —como hasta ahora ha ocurrido— a Francisco y Catalina Uribe Noguera, hermanos de Rafael, el asesino y violador de Yuliana Samboní? ¿Será cierto además que tan eficaz intermediación obedece a que María Isabel es gran amiga (además del fiscal Néstor H. Martínez) de Sergio Arboleda Casas, padre de la esposa de Francisco? Noticia en desarrollo.

                                                                                                                                En Twitter: @Jorgomezpinilla

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                http://jorgegomezpinilla.blogspot.com.co/

                                                                                                                                Hace unos meses me ocurrió algo más cercano a la literatura que a la cruda realidad, y lo consigno aquí como abrebocas a la verdadera historia: llegué a un almacén de un importante centro comercial del norte de Bogotá a comprar algo de ropa, y mientras probaba diferentes prendas observé que la empleada que me atendía me observaba con especial curiosidad, hasta que dijo: “Tengo la impresión de haberlo visto antes, pero no recuerdo dónde”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Cuando le dije que soy periodista y agregué mi nombre, de inmediato recordó: “Ah, ¡usted es el que le da tanto palo a Uribe! Yo lo leo los miércoles en El Espectador. Mi ego quedó inflado hasta la estratosfera no solo porque conocía el día de mi columna, sino porque lo usual es que la gente reconozca a personajes de la farándula, no a un pinche columnista de prensa.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El asunto es que a partir de ese día comenzamos a charlar con relativa frecuencia, más a chatear que a vernos, debido a un horario de trabajo que a ella solo le permite un día de descanso a la semana, el cual le fue retirado en diciembre. Esto se traduce en que durante ese mes, del 1° al 31, Milena debió cumplir agotadoras jornadas de mínimo diez horas, a veces 12 (10 a.m. a 10 p.m.), todo el tiempo de pie atendiendo clientes con su mejor sonrisa, sin un solo día de descanso.

                                                                                                                                Uno de esos escasos días en que pudimos conversar al calor de una cerveza, Milena (su nombre aquí es lo único ficticio) me dijo: “Lo que escribes deja ver que llevas una vida emocionante; por eso te leo. Dices cosas tenaces, te agarras con unos, te admiran o te insultan otros, te defiendes atacando o argumentando. Es emocionante. En cambio mi vida es del trabajo a la casa, de la casa al trabajo”.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Milena vive en un barrio de estrato tres, estudió dos semestres de Idiomas pero debió abandonar por falta de plata. Forma parte de una familia muy unida —tres hermanas y sus padres—, a la que además del amor filial los une el pago compartido de una deuda que todavía están pagando, después de que todos (o mejor, todas) juntaron sus ahorros y montaron un almacén… y quebraron. 

                                                                                                                                A falta de almacén propio hoy Milena trabaja en uno muy afamado que tiene sucursales regadas por todo el país, con un sueldo apenas cercano al millón de pesos y el horario ya descrito, que la tiene “del trabajo a la casa y de la casa al trabajo”.

                                                                                                                                Tal vez por la situación que de primera mano conocí en Milena, ahora cuando entro a un supermercado de esos que llaman “grandes superficies” les pongo especial atención a los empleados que atienden y a sus condiciones materiales de trabajo.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Como resultado de esas “inspecciones” he observado, por ejemplo, que las tiendas D1 y Justo & Bueno, que hoy compiten entre sí y en apariencia manejan precios bajos, ese bajo costo lo trasladan a la reducción del mobiliario al mínimo, cual si fueran tiendas cubanas.

                                                                                                                                Es así como, si uno se fija, a los empleados —en su inmensa mayoría mujeres— que atienden en las cajas no les es permitido sentarse durante sus ocho horas diarias de trabajo, por una razón sencilla: no tienen sillas, todo el tiempo deben permanecer de pie. ¿A qué puede obedecer esta situación, a todas luces injusta? (Ver foto).

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Basta hacer cuentas para llegar al intríngulis: solamente D1 posee casi 600 tiendas en Colombia y si a cada una le calculamos por bajito tres cajas, serían tres sillas por tienda que, vistas en su conjunto, completan 1.800. Si a las sillas les ponemos un precio —también por lo bajito— de 100.000 pesos cada una, el resultado es contundente: por mantener en permanente incomodidad a sus cajeras, esa sola empresa se está ahorrando unos 180 millones de pesos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                No sabemos si frente a situaciones como esta podría —o debería— intervenir el Ministerio del Trabajo, lo mismo que frente a los agotadores horarios que les hacen padecer a empleadas como Milena, sin tiempo siquiera para compartir con su familia… ¡y menos con sus amigos!

                                                                                                                                No sabemos tampoco si por esto nos van a acusar de castrochavistas o de simpatizantes de la Farc, pero no podíamos terminar esta columna sin dejar sentada una enérgica voz de protesta por las deplorables condiciones de trabajo y los bajos sueldos que reciben todas esas legiones de operarias —y operarios— que con su abnegada labor contribuyen a enriquecer las arcas de los voraces dueños de esas grandes tiendas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Solo esperamos que esta denuncia contribuya para que a las cajeras de Justo & Bueno y D1 les den sillas dónde sentarse (sería emocionante que así pasara), y rogamos al Altísimo para que no ocurra lo contrario: que otras cadenas comerciales como Metro, Jumbo o Carulla decidan seguir el ejemplo del ahorro y… les retiren sus sillas a las cajeras que ya las tienen.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                DE REMATE: ¿Será que la influencia de la columnista conservadora María Isabel Rueda en la Fiscalía General está sirviendo hasta para que no judicialicen —como hasta ahora ha ocurrido— a Francisco y Catalina Uribe Noguera, hermanos de Rafael, el asesino y violador de Yuliana Samboní? ¿Será cierto además que tan eficaz intermediación obedece a que María Isabel es gran amiga (además del fiscal Néstor H. Martínez) de Sergio Arboleda Casas, padre de la esposa de Francisco? Noticia en desarrollo.

                                                                                                                                En Twitter: @Jorgomezpinilla

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                http://jorgegomezpinilla.blogspot.com.co/

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar