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En torno al futuro de Barrancabermeja hay por estos días dos noticias, una buena y otra mala.
La buena noticia es su reciente declaratoria como Distrito Especial, impulsada por la bancada santandereana en el Congreso, en tarea a la que contribuyeron Horacio José Serpa, Leonidas Gómez y Richard Aguilar, entre otros. Esto a la capital del petróleo le significa acceder a importantes recursos de regalías, incluso contemplar ahora sí el urgente y postergado Plan de Modernización de la Refinería, PMRB.
La mala noticia es que cierto candidato con opción de ser el próximo alcalde es alguien que se trae las peores mañas, y de ello da cuenta -para empezar- este dato: compitió hace cuatro años con el hoy destituido alcalde Darío Echeverri y construyó su prestigio haciéndole la más férrea oposición desde el primer día… pero hoy tras bambalinas es firme aliado suyo. Hablamos de Jonathan Stivel Vásquez Gómez, quien se pasó a vivir al mismo edificio Reserva Cardales donde vive Echeverri (en cómoda “casa por cárcel”), cuentan las malas lenguas que para no estar ambos expuestos a miradas indiscretas.
¿Por qué el mismo que según La Silla Vacía logró recoger buena parte del voto de opinión en Barranca con una campaña lejos de los políticos tradicionales, apoyó a Leonidas Gómez y ayudó a recoger firmas para Sergio Fajardo termina de pronto metamorfoseado en un vulgar politiquero? Muy sencillo: porque le vendió el alma al diablo.
Conviene advertirlo a tiempo, para luego no caer en el estribillo de “se les dijo y no hicieron caso”: detrás de Jonathan Vásquez se ha alineado lo peor de la corrupción y la politiquería, comenzando por José Alfredo Gnecco Zuleta, miembro de la temida casa Gnecco de Valledupar “asociada al paramilitarismo, bandas criminales, corrupción, contrabando de gasolina, ganado, armas, narcotráfico y otras actividades ilegales”, según Wikipedia. O sea que si gana Jonathan, esos mismos entrarían a gobernar a Barranca: personas de ingrata recordación, relacionadas con los grupos paramilitares que sembraron terror y zozobra en los años más oscuros del puerto petrolero.
Además de las vallas que profusa e ilegalmente comienzan a aparecer en las calles de Barranca con el nombre de Vásquez, el apoyo de los Gnecco se expresa también en la adopción de un modelo de la mexicana Cemex que dicho clan aplicó en el Cesar, consistente en una “bloquera solidaria” que pone los materiales y enseña a familias de escasos recursos a fabricar ladrillos, la mitad de los cuales usan en la construcción de sus viviendas y la otra mitad es comercializada por la empresa que los apoya. En el caso que nos ocupa, Barrancabermeja, la fórmula es ladrillos a cambio de votos.
(Paradójico paréntesis: fue la cercanía de su parentela política con Cemex la que le permitió a Vicky Dávila, cuñada de José Alfredo Gnecco, obtener la información que publicó en su última columna sobre un supuesto caso de corrupción de su muy odiado expresidente Juan Manuel Santos).
Para contrarrestar tan ominosa situación, la de un candidato apoyado por el billete grueso de una gente indeseable, hoy hay más de diez alternativas en la palestra. Pero quiero referirme a los dos que pueden hacerle contrapeso a Vásquez, para completar el trío de los que hoy lideran las encuestas.
Uno es el jovencito Nicolás Contreras, y lo de jovencito no es peyorativo, es porque tiene menos años (25) que el también joven Jonathan Vásquez (29). Contreras estudió Administración de Negocios Internacionales en Inglaterra, trabajó en Egipto con la ONU y en la OEA como delegado internacional, tiene posgrado en Finanzas, en fin, lo que llaman "un chino adelantado”. Se define independiente y se acaba de inscribir por firmas, estuve conversando con él e inspira confianza en el hablar. Pero viene de trabajar para el alcalde de Floridablanca, Héctor Mantilla, y por ello se le achaca línea directa con la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. No sobra darle un compás de espera, a ver cómo responde a la hora de demostrar independencia.
El tercero que asoma en la contienda es Alfonso Eljach, un hombre de talante liberal, profesor universitario, abogado y empresario (dueño de Yariguíes Stereo) con reconocido trabajo entre las comunidades, pionero en la creación de los Centros de Convivencia Ciudadana que tuvieron su origen en los barrios nororientales de Barrancabermeja y que tanto contribuyeron a asentar la paz. Puedo estar equivocado —en política nada queda en mármol—, pero Eljach podría encarnar una esperanza de renovación, unida a su experiencia como administrador de conflictos. Solo falta ver, como en los dos casos anteriores, con quién se junta. “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Pero hay un elemento que podría entrar a recomponer el tablero, y se relaciona con la posibilidad de que el tres veces alcalde Elkin Bueno Altahona se haya lanzado a buscar el aval de Cambio Radical a la Gobernación de Santander no porque esté interesado en quitarle esa credencial a quien muy seguramente se la darán, Nerthink Mauricio Aguilar Hurtado (hijo del coronel Hugo Aguilar, parapolítico condenado), sino porque quiere hacer bulla en todo el departamento para regresar fortalecido a buscar la Alcaldía de Barrancabermeja… por cuarta vez. Esto por supuesto debilitaría la candidatura de Jonathan Vásquez, pues los “inversionistas” preferirían a un malo conocido que a un bueno (igualmente malo) por conocer.
Sea como fuere, la consigna en lo atinente a mi natal Barrancabermeja es votar a conciencia. No a cambio de un tamal o unos ladrillos, sino en busca de un mejor futuro para la ciudad.
DE REMATE: En la noche de hoy miércoles 19 de junio se reúne en Bogotá la bancada santandereana del Partido Liberal —tres senadores y tres representantes a la Cámara— para dirimir una eventual posición unificada en torno a la Gobernación de Santander. Si me permiten opinar, lo ideal sería apoyar a alguien con ideas liberales, pues el palo no está pa’ hacer cucharas en cuanto a tener candidato propio. Y si de ideas liberales se trata, ¿quién creen que es el más afín? Ahí les dejo ese trompo…
En Twitter: @Jorgomezpinilla
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