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Por el bien de Santander, esta columna tiene el propósito de mostrar quién es y qué hay detrás del señor José Alfredo Marín, candidato al Senado por el Partido Conservador y comodín político del coronel Hugo Aguilar, quien pretende tener al menos esa representación en el Congreso después de que se frustró la candidatura de su hijo, el exgobernador Richard Aguilar -del partido Cambio Radical-, por lo mismo que hoy le pasa al papá: porque lo metieron preso.
A Marín lo tenían para la Cámara, pero tras la captura de Richard les tocó “ascenderlo” al Senado.
¿Y por qué pusieron a Richard a compartir reclusión con su papá? Porque la Corte Suprema le comprobó que desde su gobernación había montado un sofisticado engranaje para obtener comisiones por contratos de infraestructura, como lo demostraron en parte las confesiones de los dos principales testigos de tantos sobornos y contratos amarrados, la exsecretaria de Infraestructura, Claudia Janeth Toledo, y su esposo Lenin Darío Pardo.
Según detallado informe de Noticias Caracol, ellos revelaron “la más feroz radiografía de la corrupción en Santander”, y entre sus revelaciones hay un detalle que hasta ahora ha pasado desapercibido por la Fiscalía y demás organismos de control.
El periodista Juan David Laverde cuenta ahí de un video hallado en la residencia de Julián Jaramillo Díaz, asesor de confianza de Richard Aguilar, el cual constituye prueba reina de los bultos de dinero que se repartieron en esa época. Según la Corte, “esto indica a todas luces el papel de Jaramillo en este carrusel de corrupción, como quien recibe y reparte dinero producto de coimas”.
Pues bien, el detalle desapercibido se encuentra a partir del minuto 7:40 de este video, donde se ve que alguien le muestra a Jaramillo tres inmensas bolsas repletas de fajos de billetes, y dice: “Doctor Julián, para contarle que ya le llegó la encomienda, mire. (…) Muchas gracias por el detalle. Ya le firmé el recibo a Marín”.
¿Quién es el Marín ahí mencionado? ¿Se trata del mismo José Alfredo Marín en el que hoy están puestos todos los anhelos y complacencias del clan Aguilar? ¿Mejor dicho, es posible acaso que sea otro Marín? Ahí les dejo ese trompo, para que lo bailen en una uña.
Podría pensarse que están ante una situación desesperada, y ello explicaría que en la actual gobernación de Santander -presidida por Mauricio Aguilar, de quien se dice estaría próximo a ser destituido por falsificación de documento público- tienen a su gente trabajando incansablemente para conseguirle votos a Marín.
Parte de la prueba sería un chat de WhatsApp donde Érika Yiseth Flórez Angarita, funcionaria de la Gobernación, invita a un grupo de contratistas “a nuestro proyecto político para que todos nos pongamos la camiseta y nos ayuden con cada uno de sus amigos, vecinos, en fin”. Y en uno posterior se lee: “Les recuerdo que para el día de hoy son las planillas que les compartí”. Y más adelante: “Buenos días, compañeros, les recuerdo los listados. ¿A qué horas puedo pasar?”. Listados de votantes por Marín, por supuesto. (Ver chat).
Pero no se trata de un hecho aislado, pues el periódico Vanguardia en su edición del domingo 6 de marzo cuenta desde su titular que “Con la maquinaria de la Gobernación de Santander a toda marcha, los Aguilar buscar mantener sus curules en el Congreso”. Para no alargar la pita, en este enlace se explica de qué modo “utilizando toda su maquinaria institucional, el gobernador Mauricio Aguilar se la juega en estas elecciones legislativas por mantener su representación en el Senado de la República y la Cámara de Representantes”.
En tal contexto de desesperación se inscribiría el permiso de 72 horas de libertad que el miércoles 2 de marzo le concedió el Inpec a Hugo Heliodoro Aguilar, justo a diez días de las elecciones legislativas. No existen pruebas para hacer esta aseveración, pero si de algo le es útil a Aguilar estar fuera de la cárcel tres días seguidos, sería para ‘ajustar los tornillos’ de la campaña en busca de que su pupilo logre ser elegido.
Si Julián Jaramillo era “el hombre del maletín” de Richard Aguilar, José Alfredo Marín sería el de Hugo Heliodoro, y el video en mención mostraría la conexión entre uno y otro, ambos como miembros activos del mismo clan. Es mucho lo que está en juego, y en este contexto el permiso de salida se explicaría en que busca evitar que su pupilo se le queme, pues en diversos círculos políticos de Santander se rumora que la candidatura de José Alfredo Marín no ha logrado despegar.
Por último, así se trate de un saludo a la bandera, sería de esperar que tanto la Procuraduría como la Fiscalía entren a adoptar las medidas de control y fiscalización pertinentes.
¿Es mucho pedir? Amanecerá y veremos, como dijo el ciego.
Post Scriptum: No es por posar de adivino, pero me atrevo a aventurar que un miembro de otro clan al parecer también mafioso, Alejandro Char, será el ganador de la coalición de la derecha. Esto sería reflejo de la cada vez más creciente banalización de la corrupción en Colombia, o sea la consolidación del ethos mafioso, para decirlo en términos de Germán Ayala. Y es la ocasión para señalar algo en apariencia absurdo: ¿cómo así que en Colombia la gran mayoría de la población se define como “de centro”, pero una encuesta de Guarumo muestra que la segunda consulta más votada será la del Equipo por Colombia, detrás de la del Pacto Histórico? Ahí hay gato encerrado, intentan crecer a la derecha desde las encuestas.
Posdata II: Como dije en columna anterior, mi voto para el Senado será por el número 9 en la lista del Movimiento Fuerza Ciudadana, Emiro Arias. Aunque no veía por quién votar a la Cámara, lo haré por Jorge Flórez, abogado y exconcejal de Bucaramanga, segundo en la lista de Alianza Verde. Votaré además por Alejandro Gaviria en la consulta del centro y por Gustavo Petro a la presidencia en primera vuelta.