Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                13 de octubre de 2015 - 09:33 p. m.

                                                                                                                                Quién paga: ¿el violador o la Iglesia?

                                                                                                                                A raíz de la sanción de 800 millones de pesos que la Corte Suprema de Justicia le impuso a la Iglesia Católica por el caso de dos niños usados como esclavos sexuales por el sacerdote Luis Enrique Duque en Líbano (Tolima), el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro puso el grito en el cielo, la consideró “una ofensa” y agregó: “¿qué culpabilidad puede haber para la Iglesia frente a una cosa privada de un individuo, que no está de ninguna manera dentro de lo que la Iglesia pide a sus sacerdotes?". (Ver reacción).

                                                                                                                                La declaración del alto prelado daría para pensar que en esa congregación el abuso sexual es una rareza, y más si compara a los sacerdotes con los maestros cuando pregunta “cuántos profesores no pudieron estar implicados en esto, y jamás se ha dicho que queda castigado el ministerio de Educación o el Gobierno, porque son actos individuales".

                                                                                                                                Actos individuales, sí, pero hay una protuberante diferencia: a los profesores ninguna autoridad les impide casarse ni tener novia (o novio), mientras que a los sacerdotes sí se les impone el celibato, entendido este como la prohibición de unirse en matrimonio o tener vida sexual.

                                                                                                                                Equiparar a curas con maestros solo obra cuando ambos ejercen una labor pedagógica pero no en las relaciones que establecen con sus superiores, pues es solo a los religiosos a quienes les aplican una norma ‘contra natura’, para usar un término de la cosecha eclesiástica: la obligación de reprimir un instinto básico.

                                                                                                                                No hay duda en que si al magisterio también le obligara el celibato se dispararían los abusos en las aulas, porque es solo cuando al deseo no se le permite desahogarse por cauces naturales que el hormonado sujeto se ve impelido a saciar su instinto recurriendo al abuso o a la seducción mediante dádivas o halagos (“el que paga por la peca”), y forzando a su víctima a que mantenga el secreto por la vía de la amenaza o el chantaje.

                                                                                                                                El sexo es algo humano, demasiado humano, y es la prohibición de su práctica la que en gran medida propicia los abusos. Es por ello que a la Iglesia Católica le cobija gran parte de la culpa frente a algo que se extendió como una pandemia dentro del clero, en todos los continentes, y cuya manifestación más notoria habla de los 25.000 niños y niñas pobres de entre 10 y 15 años que fueron abusados en Irlanda desde 1950 por unos 400 religiosos y religiosas acusados por las víctimas (todos pertenecientes a la congregación de los Hermanos Cristianos); pasando por el caso del mexicano Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo y protegido por Juan Pablo II cuando se destaparon sus múltiples abusos; hasta el caso “individual” que hoy nos ocupa, el del cura Luis Enrique Duque que tuvo a su cuidado a dos niños de seis y ocho años que al cabo de tres semanas de maltrato presentaban “lesiones en el ano y desgarro en los genitales”. (Ver noticia).

                                                                                                                                Ochocientos millones de pesos son una suma insignificante para resarcir el daño físico, moral y psicológico causado a esos niños y a su familia de por vida. En lugar de asumir una actitud cristiana de humildad, en lugar de reconocer que –como sentenció la Corte- el delito ocurrió “en razón y ocasión de su función pastoral”, en lugar de pedir perdón a nombre del cura victimario, asombra hasta el escándalo ver que monseñor Castro se declara ofendido porque a su iglesia la obligan a indemnizar con dinero a las víctimas. Ante tan mezquina reacción, vienen a la memoria las palabras de Jesucristo en Lucas 17: “Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que ofender a uno de estos pequeños”. O como le dijo el Papa Francisco a la periodista Valentina Alazraki: “un solo cura que abuse de un menor, es suficiente para mover toda la estructura de la Iglesia y enfrentar el problema”.

                                                                                                                                Si de abusos se ha de hablar, el primero es contra los mismos clérigos a los que se les prohíbe casarse y/o tener sexo. Dicen amar a Dios sobre todas las cosas, pero a los sacerdotes y a las monjas les está negado el verdadero amor, el amor a una pareja. Un segundo abuso es el que se comete cuando un bebé es bautizado en el catolicismo o en cualquier otra religión contra su voluntad. Como dijo el eminente médico y científico Richard Dawkins, introductor del término ‘memética’ para referirse a la difusión de ideas y fenómenos culturales como si fueran genes: “no existen niños cristianos sino hijos de padres cristianos, de modo que la imposición de creencias a temprana edad debería considerarse abuso infantil”.

                                                                                                                                Algún día el debate filosófico y ético tendrá que darse por donde debe ser, por señalar el dañino papel que han ejercido las religiones en el desarrollo de la humanidad, y por denunciar la forma en que domestican las mentes de los ‘fieles’ hasta llevarlos a un estado de esclavitud mental donde erigen a un ser todopoderoso que vigila hasta los pensamientos de la gente, al que deben dirigirle abyectas ‘súplicas’ e invocar su misericordia (“ten piedad de nosotros”) y del que se autonombran representantes en la Tierra para pasarla bien rico a costa de sus ‘rebaños’.

                                                                                                                                No he de negar que la mayoría de sacerdotes y miembros de la jerarquía católica cumplen de buena fe su misión pastoral, pero mientras a los abusadores lobos con piel de oveja les llega el castigo divino –cuya espera por cierto ha sido vana desde los tiempos de la Santa Inquisición- es hora de reflexionar no solo en torno a si la Iglesia debería indemnizar a las víctimas de sus curas violadores (¡por supuesto que sí!), sino sobre la conveniencia de derrocar estructuras obsoletas de poder para remplazarlas por el imperio de la razón y el sentido común. Solo así será posible abrirle paso a un estado sano de salud mental para las generaciones venideras, ya que las nuestras y las antepasadas llegaron y se irán contaminadas por la imposición de una autoridad eclesiástica irracional, abusiva y mandada a recoger.

                                                                                                                                DE REMATE: Llegará el día en que si la Corte Suprema lo juzgara por su participación en la masacre de El Aro, ahí sí aplicarán eso de “lo que es con Uribe es conmigo”. Pero no los borregos que salen a la calle con el letrerito de marras, no, sino los que tienen las armas… y las mañas.

                                                                                                                                @Jorgomezpinilla
                                                                                                                                http://jorgegomezpinilla.blogspot.com.co/

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                A raíz de la sanción de 800 millones de pesos que la Corte Suprema de Justicia le impuso a la Iglesia Católica por el caso de dos niños usados como esclavos sexuales por el sacerdote Luis Enrique Duque en Líbano (Tolima), el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro puso el grito en el cielo, la consideró “una ofensa” y agregó: “¿qué culpabilidad puede haber para la Iglesia frente a una cosa privada de un individuo, que no está de ninguna manera dentro de lo que la Iglesia pide a sus sacerdotes?". (Ver reacción).

                                                                                                                                La declaración del alto prelado daría para pensar que en esa congregación el abuso sexual es una rareza, y más si compara a los sacerdotes con los maestros cuando pregunta “cuántos profesores no pudieron estar implicados en esto, y jamás se ha dicho que queda castigado el ministerio de Educación o el Gobierno, porque son actos individuales".

                                                                                                                                Actos individuales, sí, pero hay una protuberante diferencia: a los profesores ninguna autoridad les impide casarse ni tener novia (o novio), mientras que a los sacerdotes sí se les impone el celibato, entendido este como la prohibición de unirse en matrimonio o tener vida sexual.

                                                                                                                                Equiparar a curas con maestros solo obra cuando ambos ejercen una labor pedagógica pero no en las relaciones que establecen con sus superiores, pues es solo a los religiosos a quienes les aplican una norma ‘contra natura’, para usar un término de la cosecha eclesiástica: la obligación de reprimir un instinto básico.

                                                                                                                                No hay duda en que si al magisterio también le obligara el celibato se dispararían los abusos en las aulas, porque es solo cuando al deseo no se le permite desahogarse por cauces naturales que el hormonado sujeto se ve impelido a saciar su instinto recurriendo al abuso o a la seducción mediante dádivas o halagos (“el que paga por la peca”), y forzando a su víctima a que mantenga el secreto por la vía de la amenaza o el chantaje.

                                                                                                                                El sexo es algo humano, demasiado humano, y es la prohibición de su práctica la que en gran medida propicia los abusos. Es por ello que a la Iglesia Católica le cobija gran parte de la culpa frente a algo que se extendió como una pandemia dentro del clero, en todos los continentes, y cuya manifestación más notoria habla de los 25.000 niños y niñas pobres de entre 10 y 15 años que fueron abusados en Irlanda desde 1950 por unos 400 religiosos y religiosas acusados por las víctimas (todos pertenecientes a la congregación de los Hermanos Cristianos); pasando por el caso del mexicano Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo y protegido por Juan Pablo II cuando se destaparon sus múltiples abusos; hasta el caso “individual” que hoy nos ocupa, el del cura Luis Enrique Duque que tuvo a su cuidado a dos niños de seis y ocho años que al cabo de tres semanas de maltrato presentaban “lesiones en el ano y desgarro en los genitales”. (Ver noticia).

                                                                                                                                Ochocientos millones de pesos son una suma insignificante para resarcir el daño físico, moral y psicológico causado a esos niños y a su familia de por vida. En lugar de asumir una actitud cristiana de humildad, en lugar de reconocer que –como sentenció la Corte- el delito ocurrió “en razón y ocasión de su función pastoral”, en lugar de pedir perdón a nombre del cura victimario, asombra hasta el escándalo ver que monseñor Castro se declara ofendido porque a su iglesia la obligan a indemnizar con dinero a las víctimas. Ante tan mezquina reacción, vienen a la memoria las palabras de Jesucristo en Lucas 17: “Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que ofender a uno de estos pequeños”. O como le dijo el Papa Francisco a la periodista Valentina Alazraki: “un solo cura que abuse de un menor, es suficiente para mover toda la estructura de la Iglesia y enfrentar el problema”.

                                                                                                                                Si de abusos se ha de hablar, el primero es contra los mismos clérigos a los que se les prohíbe casarse y/o tener sexo. Dicen amar a Dios sobre todas las cosas, pero a los sacerdotes y a las monjas les está negado el verdadero amor, el amor a una pareja. Un segundo abuso es el que se comete cuando un bebé es bautizado en el catolicismo o en cualquier otra religión contra su voluntad. Como dijo el eminente médico y científico Richard Dawkins, introductor del término ‘memética’ para referirse a la difusión de ideas y fenómenos culturales como si fueran genes: “no existen niños cristianos sino hijos de padres cristianos, de modo que la imposición de creencias a temprana edad debería considerarse abuso infantil”.

                                                                                                                                Algún día el debate filosófico y ético tendrá que darse por donde debe ser, por señalar el dañino papel que han ejercido las religiones en el desarrollo de la humanidad, y por denunciar la forma en que domestican las mentes de los ‘fieles’ hasta llevarlos a un estado de esclavitud mental donde erigen a un ser todopoderoso que vigila hasta los pensamientos de la gente, al que deben dirigirle abyectas ‘súplicas’ e invocar su misericordia (“ten piedad de nosotros”) y del que se autonombran representantes en la Tierra para pasarla bien rico a costa de sus ‘rebaños’.

                                                                                                                                No he de negar que la mayoría de sacerdotes y miembros de la jerarquía católica cumplen de buena fe su misión pastoral, pero mientras a los abusadores lobos con piel de oveja les llega el castigo divino –cuya espera por cierto ha sido vana desde los tiempos de la Santa Inquisición- es hora de reflexionar no solo en torno a si la Iglesia debería indemnizar a las víctimas de sus curas violadores (¡por supuesto que sí!), sino sobre la conveniencia de derrocar estructuras obsoletas de poder para remplazarlas por el imperio de la razón y el sentido común. Solo así será posible abrirle paso a un estado sano de salud mental para las generaciones venideras, ya que las nuestras y las antepasadas llegaron y se irán contaminadas por la imposición de una autoridad eclesiástica irracional, abusiva y mandada a recoger.

                                                                                                                                DE REMATE: Llegará el día en que si la Corte Suprema lo juzgara por su participación en la masacre de El Aro, ahí sí aplicarán eso de “lo que es con Uribe es conmigo”. Pero no los borregos que salen a la calle con el letrerito de marras, no, sino los que tienen las armas… y las mañas.

                                                                                                                                @Jorgomezpinilla
                                                                                                                                http://jorgegomezpinilla.blogspot.com.co/

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar