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                                                                                                                                Son los días de la derrota

                                                                                                                                Tal vez fue Aristóteles quien dijo que no se puede pensar con un dolor de muela, pero lo que nunca imaginó el filósofo es lo difícil que se pone la tarea cuando te toca pensar, escribir y producir cargando en tus entrañas con un dolor no de muelas sino de patria, como una tusa insoportable.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Una nación enferma que en el plebiscito de 2016 rechazó la paz, en la elección presidencial de 2018 votó por continuar la guerra y el día de la consulta anticorrupción les dará un sonoro espaldarazo a los políticos corruptos para que sigan robándose el país a manos llenas, porque les harán creer que las promotoras del referendo son un par de lesbianas que van a acabar con las buenas costumbres, y todas esas recuas de ignorantes en disciplinadas filas se tragarán entero el pánico al rayo homosexualizador… y los criminales ganarán de nuevo la partida.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Si se presenta la lluvia se desbordan los ríos.

                                                                                                                                Si encendemos la chimenea se quema la casa.

                                                                                                                                Si abrimos la ventana se nos entra un murciélago.

                                                                                                                                No es que el Señor haya perdido el control del planeta.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Es que mi amada (patria) está enferma.

                                                                                                                                Son además los días en que descubres que la selección que tu memoria hizo de ese poema no fue fortuita, porque no es que tu amada esté enferma, sino que justo en medio de la tormenta decidió dejarte como Ulises atado al mástil de su propio infierno, y ruegas al Altísimo que vengan días mejores para la patria o que al menos tu amada te perdone por haber dicho lo que nunca debiste decir en el momento menos indicado…

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Es cuando presientes que te estás metiendo en camisa de once varas al permitir que en cada inevitable nuevo trazo de tu pluma quede la huella inerme de tu corazón adolorido, de tu insufrible desazón, porque has desconocido que la procesión debe ir por dentro y a contrario sensu dejaste escapar al viento tu congoja por partida doble, por la desgracia de país que te tocó sobrellevar y por la tragedia del amor ausente.

                                                                                                                                ¡Es el hastío! 

                                                                                                                                ¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!

                                                                                                                                A los objetos sórdidos les hallamos encanto

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                e, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas,

                                                                                                                                bajamos hacia el Orco un escalón diario.

                                                                                                                                (…)

                                                                                                                                Lector, tu bien conoces al delicado monstruo

                                                                                                                                -¡Hipócrita lector- mi prójimo- mi hermano!

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Charles BaudelaireAu lecteur

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Son los días en que anocheces tarareando el estribillo de Miguel Hernández, en la versión de Serrat: “Menos tu vientre, todo es confuso”. Ante el delirio del absurdo, embotado por un hálito poético-romántico-depresivo, te entran unas ganas irresistibles de rematar con los dos tercetos finales de un soneto perteneciente al mismo poeta español que fue condenado a pena de muerte por el régimen del dictador Francisco Franco pero se le conmutó a 30 años de cárcel que no pudo cumplir porque murió de tuberculosis en una prisión de Alicante:

                                                                                                                                Me callaré, me apartaré, si puedo

                                                                                                                                con mi pena constante, instante, plena,

                                                                                                                                a donde ni has de oírme ni he de verte.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Me voy, amor, me voy pero me quedo,

                                                                                                                                pero me voy, desierto y sin arena:

                                                                                                                                adiós, amor, adiós hasta la muerte.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                DE REMATE: Imagino las reacciones uribistas a esta columna: “Supérelo, mamerto, deje gobernar, váyase pa’ México”. A lo cual podría responder que “me parece buena idea, pediré asilo en México. O les venderé aguacates hass. Allá sí se impuso la cordura, manitos”. 

                                                                                                                                En Twitter: @Jorgomezpinilla

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                http://jorgegomezpinilla.blogspot.com/

                                                                                                                                Tal vez fue Aristóteles quien dijo que no se puede pensar con un dolor de muela, pero lo que nunca imaginó el filósofo es lo difícil que se pone la tarea cuando te toca pensar, escribir y producir cargando en tus entrañas con un dolor no de muelas sino de patria, como una tusa insoportable.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Una nación enferma que en el plebiscito de 2016 rechazó la paz, en la elección presidencial de 2018 votó por continuar la guerra y el día de la consulta anticorrupción les dará un sonoro espaldarazo a los políticos corruptos para que sigan robándose el país a manos llenas, porque les harán creer que las promotoras del referendo son un par de lesbianas que van a acabar con las buenas costumbres, y todas esas recuas de ignorantes en disciplinadas filas se tragarán entero el pánico al rayo homosexualizador… y los criminales ganarán de nuevo la partida.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Son los días en que descubres que necesitas cambiar de tema en tu próxima columna para no volverte loco, y te acuerdas de un poema de Jotamario Arbeláez que se amolda como traje a la medida de la malparidez existencial que te asiste, pero agregándole una palabra entre paréntesis:

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Si se presenta la lluvia se desbordan los ríos.

                                                                                                                                Si encendemos la chimenea se quema la casa.

                                                                                                                                Si abrimos la ventana se nos entra un murciélago.

                                                                                                                                No es que el Señor haya perdido el control del planeta.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Son además los días en que descubres que la selección que tu memoria hizo de ese poema no fue fortuita, porque no es que tu amada esté enferma, sino que justo en medio de la tormenta decidió dejarte como Ulises atado al mástil de su propio infierno, y ruegas al Altísimo que vengan días mejores para la patria o que al menos tu amada te perdone por haber dicho lo que nunca debiste decir en el momento menos indicado…

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Es cuando presientes que te estás metiendo en camisa de once varas al permitir que en cada inevitable nuevo trazo de tu pluma quede la huella inerme de tu corazón adolorido, de tu insufrible desazón, porque has desconocido que la procesión debe ir por dentro y a contrario sensu dejaste escapar al viento tu congoja por partida doble, por la desgracia de país que te tocó sobrellevar y por la tragedia del amor ausente.

                                                                                                                                ¡Es el hastío! 

                                                                                                                                ¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!

                                                                                                                                A los objetos sórdidos les hallamos encanto

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                e, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas,

                                                                                                                                bajamos hacia el Orco un escalón diario.

                                                                                                                                (…)

                                                                                                                                Lector, tu bien conoces al delicado monstruo

                                                                                                                                -¡Hipócrita lector- mi prójimo- mi hermano!

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Charles BaudelaireAu lecteur

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Son los días en que anocheces tarareando el estribillo de Miguel Hernández, en la versión de Serrat: “Menos tu vientre, todo es confuso”. Ante el delirio del absurdo, embotado por un hálito poético-romántico-depresivo, te entran unas ganas irresistibles de rematar con los dos tercetos finales de un soneto perteneciente al mismo poeta español que fue condenado a pena de muerte por el régimen del dictador Francisco Franco pero se le conmutó a 30 años de cárcel que no pudo cumplir porque murió de tuberculosis en una prisión de Alicante:

                                                                                                                                Me callaré, me apartaré, si puedo

                                                                                                                                con mi pena constante, instante, plena,

                                                                                                                                a donde ni has de oírme ni he de verte.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Me voy, amor, me voy pero me quedo,

                                                                                                                                pero me voy, desierto y sin arena:

                                                                                                                                adiós, amor, adiós hasta la muerte.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                En Twitter: @Jorgomezpinilla

                                                                                                                                No ad for you

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