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Adiós a las barras bravas

Jorge Tovar
08 de agosto de 2021 - 11:42 p. m.
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Recuerdo aquella tarde de primavera de 1985. Entonces vivía en España y llegando de algún lugar, cuyo nombre no recuerdo, entré emocionado a prender el televisor, presto a gozar de la final de la Copa de Europa. En Heysel jugaban la Juventus de Michel Platini y el Liverpool de Kenny Dalglish. Lo que vi en la pantalla me horrorizó. Esta semana, El Campín estuvo cerca de una tragedia similar.

La narración sobre los hechos era confusa. Los ultras de la Juve salían a la pista atlética (en el fondo opuesto a los hechos) con una pancarta gigante que decía “Reds Animals”. Nunca nadie, ni ellos, se imaginaría la trascendencia de esas palabras. Como tantas veces, la tragedia se sembró días atrás.

La UEFA había repartido las entradas para que los 25.000 hinchas de la Juve estuvieran a un lado del estadio y los 25.000 del Liverpool al otro. En los fondos, como siempre, los ultras de cada equipo (barra brava le dicen los argentinos). Una de las secciones contigua a los ultras del Liverpool estaba reservada para hinchas belgas, neutrales. Pero en su afán por ver a la Vecchia Signora, no pocos belgas facilitaron las entradas a hinchas italianos. En esa sección había familias, hinchas del fútbol, italianos y de otras nacionalidades, que querían disfrutar el maravilloso espectáculo que es el fútbol.

Los ultras rojos, muchos borrachos, comenzaron a lanzar objetos a los vecinos, mayoritariamente seguidores de la Juve. Estos comenzaron a desplazarse en masa hacia el lado opuesto al tiempo que los rojos saltaban la valla que los separaba. En el desespero por huir, la masa humana se encontró con un muro que eventualmente cedió. Muerte en el estadio.

Mientras tanto, los ultras de la Juve, en el otro fondo, saltaron al campo, más que a defender a los suyos, a atacar a los rojos. La policía pudo frenarlos y evitó más sangre. Treinta y nueve muertos y seiscientos heridos ya eran suficientes.

La historia, afortunadamente sin muertos, es casi un calco de lo que sucedió en El Campín en el partido entre Santa Fe y Nacional. Algún burócrata que desconoce la historia no tuvo más ocurrencia que situar a las familias de Santa Fe en una tribuna aledaña a las barras bravas del Nacional. Afortunadamente no hubo muro y la mayoría pudo escapar. Al tiempo, las barras bravas de Santa Fe, al extremo opuesto, cruzaron en aras de defender a los suyos. Lo hicieron como lo hacen estos grupos, agrediendo, no ayudando.

Afortunadamente El Campín se salvó de un desastre de magnitudes históricas. Heysel tuvo muchas consecuencias, entre otras, reconocer la inutilidad de los ultras. En Colombia, tras una semana de debate y medidas a medias, nadie plantea la obvio. Hay que acabar con las barras bravas. Sobran en el fútbol. El cómo ya está inventado. Lo sé yo, lo sabemos muchos. Quien las quiere acabar solo debe tomar el manual. Hay es que querer. De momento, no quieren.

@JorgeATovar

 

german(80171)11 de agosto de 2021 - 05:44 p. m.
Empecemos con algo...no dejar entrar al estadio las barras de Nacional o del América, que siempre causan desmanes donde quiera que van...y castigo duro para tales desadaptados que van al estadio no a divertirse sino a gritar sus frustraciones...
Duncan Darn(84992)10 de agosto de 2021 - 11:38 a. m.
Jorge: la imbecilidad no se acaba. Ni en la política.
Nautilus(os9iw)10 de agosto de 2021 - 06:02 a. m.
Es mucho más fácil de lo que proponen aquí, solo hay que convertir todo el aforo de los estadios de Colombia en un aforo familiar, se le quita las "parcelas" exclusivas a los barras bravas y se acaba con la violencia en el fútbol y se recupera el fútbol para los niños y los hinchas de verdad.
Mario(16018)09 de agosto de 2021 - 07:04 p. m.
Los que saben y pueden no lo hacen, caterva de ineptos.
henry(19280)09 de agosto de 2021 - 03:31 p. m.
Se debe hacer lo mismo que hicieron en Inglaterra con estos desadaptados, los fueron discriminando, primero prohibiéndoles entrar a los estadios, después no dejarlos usar el transporte masivo, no dejarlos entrar a los lugares públicos no atendiéndolos en bares discotecas y colocando sus fotografías en las entradas de esta manera se fueron extinguiendo de esa manera se acaba con esas lacras.
  • Pablo(88449)09 de agosto de 2021 - 11:30 p. m.
    De acuerdo esa es una excelente formula. Aquí los equipos se hacen los guevones les gusta que los antisociales por medio de pancartas o panfletos saquen un jugador u otro dirigente que les incomodan.
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