LOS GOBIERNOS Y LAS INSTITUCIOnes autoritarios recurren al miedo como una forma de aumentar su poder y así disminuir los derechos de los ciudadanos o de sus afiliados.
La histeria desatada en Estados Unidos por un supuesto ataque masivo de ántrax, se utilizó para mantener el terror después del 11 de septiembre. Para justificar la guerra de Irak, que ya ha causado más de 800.000 víctimas, la mayoría civiles, se recurrió al miedo que causan las armas de destrucción masiva, aún sabiendo que era una mentira su existencia.
El “miedo” de Venezuela a un ataque a su país desde las bases norteamericanas localizadas en Colombia, y el “miedo” de Colombia ante al armamentismo venezolano, les ofrecen argumentos que permiten a sus respectivos presidentes buscar las reelecciones indefinidas. Las Farc que se acabarían en los primeros seis meses del primer gobierno de Uribe, parece que ya no generan tantos beneficios electorales.
Del miedo se benefician los gobiernos, y las empresas. En particular en Estados Unidos, también lo logran algunos grupos de investigación. Patricia Fara, de la Universidad de Oxford, dice que la mejor forma para obtener recursos es hacer pronunciamientos sobre la inminencia de una catástrofe, los fondos fluyen con los escenarios asustadores. Hoy no es inusual proclamar la extinción de la humanidad por un choque de un aerolito. En 1970, el temor era la próxima llegada de una nueva “edad del hielo”, 20 años más tarde la preocupación con mejores bases estadísticas y científicas es por lo opuesto.
Circula un video realizado por Julián Alterini, en el que recuerda la epidemia de la gripa aviar. La OMS pronosticó 7´400.000 muertos, el presidente de los Estados Unidos anunció que en su país podían morir 2 millones y le asignó un subsidio de US$7.000 millones a un laboratorio farmacéutico. Pasada la epidemia los resultados fueron 232 muertos en todo el mundo, un promedio de 39 anuales; y en el período 2003-2009 en EE.UU. no hubo un solo muerto. Estas cifras se comparan con más de un millón de muertes anuales por malaria y cerca de 10 millones por enfermedades como el sarampión y la diarrea. Hoy se habla poco de la gripa aviar, la atención se concentra en la causada por el virus AH1N1. Al 25 de septiembre de 2009 la OMS ha reportado 3.917 muertes, cifra que aunque muy alta es inferior a las 400.000 muertes anuales que causan las complicaciones de la gripa común. Un resultado positivo de las campañas de prevención es enfatizar sobre los métodos de higiene para reducir el contagio, lavarse las manos y usar tapabocas. Estas medidas son similares a las que permitieron combatir la peste.
Exagerar los riesgos al nivel de falsear la realidad hace perder la confianza en quien da el mensaje. Decir que la hoja de coca mata, y no los narcotraficantes, lleva a una mentira oficial.
Las relaciones madre-hijos no son necesariamente democráticas. Un ejemplo de la exageración del riesgo es la advertencia a Calvin de su mamá. “Si sales lloviendo, cogerás una neumonía, irás al hospital y en medio de horribles dolores morirás”. Calvin piensa “no sabía que la lluvia era tan peligrosa”.
* Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano
LOS GOBIERNOS Y LAS INSTITUCIOnes autoritarios recurren al miedo como una forma de aumentar su poder y así disminuir los derechos de los ciudadanos o de sus afiliados.
La histeria desatada en Estados Unidos por un supuesto ataque masivo de ántrax, se utilizó para mantener el terror después del 11 de septiembre. Para justificar la guerra de Irak, que ya ha causado más de 800.000 víctimas, la mayoría civiles, se recurrió al miedo que causan las armas de destrucción masiva, aún sabiendo que era una mentira su existencia.
El “miedo” de Venezuela a un ataque a su país desde las bases norteamericanas localizadas en Colombia, y el “miedo” de Colombia ante al armamentismo venezolano, les ofrecen argumentos que permiten a sus respectivos presidentes buscar las reelecciones indefinidas. Las Farc que se acabarían en los primeros seis meses del primer gobierno de Uribe, parece que ya no generan tantos beneficios electorales.
Del miedo se benefician los gobiernos, y las empresas. En particular en Estados Unidos, también lo logran algunos grupos de investigación. Patricia Fara, de la Universidad de Oxford, dice que la mejor forma para obtener recursos es hacer pronunciamientos sobre la inminencia de una catástrofe, los fondos fluyen con los escenarios asustadores. Hoy no es inusual proclamar la extinción de la humanidad por un choque de un aerolito. En 1970, el temor era la próxima llegada de una nueva “edad del hielo”, 20 años más tarde la preocupación con mejores bases estadísticas y científicas es por lo opuesto.
Circula un video realizado por Julián Alterini, en el que recuerda la epidemia de la gripa aviar. La OMS pronosticó 7´400.000 muertos, el presidente de los Estados Unidos anunció que en su país podían morir 2 millones y le asignó un subsidio de US$7.000 millones a un laboratorio farmacéutico. Pasada la epidemia los resultados fueron 232 muertos en todo el mundo, un promedio de 39 anuales; y en el período 2003-2009 en EE.UU. no hubo un solo muerto. Estas cifras se comparan con más de un millón de muertes anuales por malaria y cerca de 10 millones por enfermedades como el sarampión y la diarrea. Hoy se habla poco de la gripa aviar, la atención se concentra en la causada por el virus AH1N1. Al 25 de septiembre de 2009 la OMS ha reportado 3.917 muertes, cifra que aunque muy alta es inferior a las 400.000 muertes anuales que causan las complicaciones de la gripa común. Un resultado positivo de las campañas de prevención es enfatizar sobre los métodos de higiene para reducir el contagio, lavarse las manos y usar tapabocas. Estas medidas son similares a las que permitieron combatir la peste.
Exagerar los riesgos al nivel de falsear la realidad hace perder la confianza en quien da el mensaje. Decir que la hoja de coca mata, y no los narcotraficantes, lleva a una mentira oficial.
Las relaciones madre-hijos no son necesariamente democráticas. Un ejemplo de la exageración del riesgo es la advertencia a Calvin de su mamá. “Si sales lloviendo, cogerás una neumonía, irás al hospital y en medio de horribles dolores morirás”. Calvin piensa “no sabía que la lluvia era tan peligrosa”.
* Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano