EL SIGLO XX HA SIDO LLAMADO EL de la física. Se inicia con la publicación en 1900 del trabajo de Planck sobre la radiación de un cuerpo negro, en el cual introduce el concepto de “cuanto”, que da origen a la teoría cuántica, cuyas aplicaciones se extienden a la medicina, a las comunicaciones, al rayo láser, a la energía nuclear.
En 1905 Einstein publica La teoría de la relatividad especial y en 1916 La relatividad general. Las implicaciones filosóficas, cosmológicas y aun teológicas de estas teorías están todavía en desarrollo. El descubrimiento del alejamiento de las galaxias echó por tierra la teoría de un universo estático. Explota la bomba atómica y la de hidrógeno, el hombre llega a la Luna, los satélites, y en particular los geoestacionarios, reducen en varios órdenes de magnitud el costo de las comunicaciones. La física ha podido explicar el desarrollo del Universo un instante después de su creación. Se ha podido comprender que el electromagnetismo y las fuerzas que determinan la estructura del núcleo del átomo y de su desintegración espontánea son manifestaciones de una fuerza común. Se avanza en la construcción de una teoría que unifique las anteriores energías con la gravedad, y así culminar con la “Teoría del Todo”, conocida por su acrónimo ingles TOE, que no es el dedo gordo del pie.
La civilización hoy no sería concebible sin los circuitos integrados, el láser, los satélites, la radiación con fines terapéuticos, las técnicas de diagnóstico no destructivas como los escáneres o las resonancias magnéticas.
Los físicos siguen avanzando en sus experimentos y teorías, el colisionador de hadrones, se espera, permitirá comprobar la teoría de la simetría que unifique las partículas elementales. Sin embargo, será difícil superar o igualar el éxito del siglo XX y el siglo XXI será dominado por la biología. Una biología totalmente diferente a la que desarrollaron Linneo y los científicos de la Expedición Botánica. Es una biología que emplea técnicas sofisticadas tomadas de la física, la química y las matemáticas. Emplea complejos métodos que permiten secuenciar el ADN; que recurre a técnicas como la bioinformática para determinar la estructura de las proteínas. Sus objetivos no se limitan a la clasificación de los seres vivos por sus características macroscópicas. Para su comprensión recurre a la bioquímica, el electromagnetismo y los procesos cuánticos de los fenómenos de transmisión de información neurológica. Emplea los sistemas dinámicos para analizar los ecosistemas, las epidemias, las políticas de explotación de recursos naturales.
Esta ciencia se enfrenta a un limitante: la escasez de recursos humanos. En Estados Unidos se publicó un estudio de los requerimientos de científicos para 2020 en esta “nueva biología” y con preocupación constatan que los jóvenes con mente analítico-matemática no se sienten atraídos para estudiar una biología “clásica” y que a quienes les atrae la biología no necesariamente sienten la pasión por estudiarla con las herramientas físico-químico-matemáticas.
Al reconocer el problema, están trabajando en su solución con el concurso de las mejores universidades. En Colombia no se ha tomado aún conciencia de esta realidad y de no hacerlo pronto, podremos perder el siglo de la biología, en un país que destaca como una de sus riquezas la biodiversidad.
* Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano
EL SIGLO XX HA SIDO LLAMADO EL de la física. Se inicia con la publicación en 1900 del trabajo de Planck sobre la radiación de un cuerpo negro, en el cual introduce el concepto de “cuanto”, que da origen a la teoría cuántica, cuyas aplicaciones se extienden a la medicina, a las comunicaciones, al rayo láser, a la energía nuclear.
En 1905 Einstein publica La teoría de la relatividad especial y en 1916 La relatividad general. Las implicaciones filosóficas, cosmológicas y aun teológicas de estas teorías están todavía en desarrollo. El descubrimiento del alejamiento de las galaxias echó por tierra la teoría de un universo estático. Explota la bomba atómica y la de hidrógeno, el hombre llega a la Luna, los satélites, y en particular los geoestacionarios, reducen en varios órdenes de magnitud el costo de las comunicaciones. La física ha podido explicar el desarrollo del Universo un instante después de su creación. Se ha podido comprender que el electromagnetismo y las fuerzas que determinan la estructura del núcleo del átomo y de su desintegración espontánea son manifestaciones de una fuerza común. Se avanza en la construcción de una teoría que unifique las anteriores energías con la gravedad, y así culminar con la “Teoría del Todo”, conocida por su acrónimo ingles TOE, que no es el dedo gordo del pie.
La civilización hoy no sería concebible sin los circuitos integrados, el láser, los satélites, la radiación con fines terapéuticos, las técnicas de diagnóstico no destructivas como los escáneres o las resonancias magnéticas.
Los físicos siguen avanzando en sus experimentos y teorías, el colisionador de hadrones, se espera, permitirá comprobar la teoría de la simetría que unifique las partículas elementales. Sin embargo, será difícil superar o igualar el éxito del siglo XX y el siglo XXI será dominado por la biología. Una biología totalmente diferente a la que desarrollaron Linneo y los científicos de la Expedición Botánica. Es una biología que emplea técnicas sofisticadas tomadas de la física, la química y las matemáticas. Emplea complejos métodos que permiten secuenciar el ADN; que recurre a técnicas como la bioinformática para determinar la estructura de las proteínas. Sus objetivos no se limitan a la clasificación de los seres vivos por sus características macroscópicas. Para su comprensión recurre a la bioquímica, el electromagnetismo y los procesos cuánticos de los fenómenos de transmisión de información neurológica. Emplea los sistemas dinámicos para analizar los ecosistemas, las epidemias, las políticas de explotación de recursos naturales.
Esta ciencia se enfrenta a un limitante: la escasez de recursos humanos. En Estados Unidos se publicó un estudio de los requerimientos de científicos para 2020 en esta “nueva biología” y con preocupación constatan que los jóvenes con mente analítico-matemática no se sienten atraídos para estudiar una biología “clásica” y que a quienes les atrae la biología no necesariamente sienten la pasión por estudiarla con las herramientas físico-químico-matemáticas.
Al reconocer el problema, están trabajando en su solución con el concurso de las mejores universidades. En Colombia no se ha tomado aún conciencia de esta realidad y de no hacerlo pronto, podremos perder el siglo de la biología, en un país que destaca como una de sus riquezas la biodiversidad.
* Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano