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Algunas frases de Hugo Chávez sobre el poder popular en la calle, democracia y capitalismo, similares a las que utiliza el presidente Petro.
“¡Ni que llueva, ni qué truene, ni que relampaguee, aquí estamos en la calle, porque las calles son del pueblo!”.
“Nosotros somos representantes, pero hemos jurado darle vida a una democracia, no representativa sino participativa, y más allá: protagónica”.
“Nunca será realmente una democracia un sistema capitalista”.
“Nunca tendrá el pueblo poder económico hasta que no sea el dueño de los factores de la producción: tierra, maquinaria, tecnología, conocimiento, capital, trabajo”.
“El poder popular es la respuesta al modelo neoliberal que relega al pueblo a un papel pasivo, es la afirmación de que el pueblo es el sujeto histórico de la transformación”.
Los gobernantes populistas emplean la expresión “pueblo” en lugar de “ciudadano”, la connotación de ciudadano evoca a una persona consciente de sus derechos y deberes; la del pueblo, se interpreta como un grupo masivo de personas que siguen a un líder y renuncian parcialmente a la crítica. La frase de Chávez, en la cual afirma que la democracia debe ser participativa, protagónica y no representativa le permite justificar el cierre de los órganos legislativos que son representativos. Algo similar a lo que propone el presidente, pero cuando afirma que el Ejecutivo y el pueblo en las calles obliga al Congreso a aprobar los proyectos que presenta el Ejecutivo. A pesar de que la votación por el Congreso no le otorgó la mayoría absoluta.
Las movilizaciones populares (o de ciudadanos) son un derecho indiscutible. En general, se realizan para presionar a los órganos cancha, pues el Ejecutivo dispone del Ejército, de la burocracia y del presupuesto, por lo que no debe requerir adicionalmente el poder de la calle, pero tienen todo el derecho de ser convocadas. El expresidente Duque será recordado por la manera sanguinaria como reprimió las movilizaciones en su contra.
El presidente Petro llamó hace unas semanas a la calle a sus seguidores para presionar al Congreso para la aprobación de sus reformas, asistieron menos que la marcha convocada por la oposición, y días después el movimiento LGTBQ+ logró una movilización que superó con creces la asistencia de las marchas del Gobierno y la oposición unidas. Esta multitudinaria presencia en las calles muestra que el país avanza hacia una sociedad más incluyente y respetuosa de diferentes opciones de vida. Si el poder que se manifiesta en la calle es mandatorio, como propone el presidente, ¿qué camino debe tomar el Legislativo?
Llevando el argumento al extremo del poder de la calle, puede pensarse en los hechos en Washington el 6 de enero de 2021. Los seguidores de Trump tenían el casi total control de la calle, asaltaron el Congreso y, si hubieran logrado detener la votación, con la lógica del poder de la calle, Trump sería un presidente con el aval del pueblo en la calle, ¡absurdo! En las democracias el poder popular se define en las elecciones.
Nota. Lectores comentan que la crisis venezolana se debe a las sanciones de EE. UU. y no a las políticas del gobierno, políticas que fueron aprobadas el 18 de diciembre de 2014. En 2016, por primera vez, se aplican sanciones económicas. En 2011, el PIB por habitante en Venezuela era de US$12.688; en 2013, tres años antes de las sanciones, había descendido a US$4.086, y hoy ronda en US$3.460.