Un misterioso banco de Ecopetrol en Suiza y el trasteo de funcionarios desde la Procuraduría, para satisfacer al corrupto Alejandro Ordóñez por engavetar expedientes de los billonarios desfalcos en Reficar y Bioenergy, no son los últimos desaciertos de la empresa mas importante del país.
La intempestiva salida de Juan Carlos Echeverry se da en medio de una agresiva campaña a favor de la exploración de yacimientos no convencionales, o fracking, cuyos perversos efectos ambientales están fuera de toda duda.
Consultoras internacionales como Arthur De Little estiman el potencial de este método de explotación en al menos 5.000 millones de barriles de crudo, triplicando las reservas probadas de crudo del país y quintuplicando las de gas. Expectativas o promesas que pueden ser igual de falsas a las que resultaron del cacareado hallazgo en el Caribe en mayo pasado y que, después de que Echeverry lo hubiera promocionado como el más grande descubrimiento de los últimos 28 años, resultó ser una farsa.
Según Ecopetrol, “el interés de la empresa es desarrollar este tipo de yacimientos cumpliendo las más estrictas normas técnicas y ambientales, sin afectar las fuentes hídricas y en armonía con las comunidades”. Ahí la mentira, pues la Contraloría General ha confirmado recientemente que la encargada de que esto se cumpla es una entidad negligente: la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).
Además, Echeverry y la junta directiva de Ecopetrol saben y conocen que la actual directora de la ANLA, Clara Victoria González Hernández, fue empleada de Ecopetrol y de una empresa actualmente consultora de Ecopetrol, llamada SNC Lavalin Itansuca, cuya matriz, la canadiense SNC Lavalin, fue vetada por el Banco Mundial por un caso de sobornos. Pero ella no es la única funcionaria de la cuestionada ANLA con conflictos de intereses con Ecopetrol: el subdirector de evaluación de seguimiento, Guillermo Alberto Acevedo Mantilla, y la subdirectora de instrumentos, permisos y trámites ambientales, Margit Ivette Solarte Liévano, también fueron empleados de SNC Lavalin Itansuca. El ratón cuidando el queso.
Se va Echeverry, pero la junta directiva de Ecopetrol también sabe que el esposo de la directora de la ANLA es empleado de Conoco Phillips, empresa que actualmente adelanta gestiones para implementar la dañina técnica del fracking en el municipio de San Martín (Cesar). ¿Se traen otro embuchado que sólo traerá un irreversible desastre ambiental?
@jrobertoacosta1jrobertoacostaopinion@gmail.com
Un misterioso banco de Ecopetrol en Suiza y el trasteo de funcionarios desde la Procuraduría, para satisfacer al corrupto Alejandro Ordóñez por engavetar expedientes de los billonarios desfalcos en Reficar y Bioenergy, no son los últimos desaciertos de la empresa mas importante del país.
La intempestiva salida de Juan Carlos Echeverry se da en medio de una agresiva campaña a favor de la exploración de yacimientos no convencionales, o fracking, cuyos perversos efectos ambientales están fuera de toda duda.
Consultoras internacionales como Arthur De Little estiman el potencial de este método de explotación en al menos 5.000 millones de barriles de crudo, triplicando las reservas probadas de crudo del país y quintuplicando las de gas. Expectativas o promesas que pueden ser igual de falsas a las que resultaron del cacareado hallazgo en el Caribe en mayo pasado y que, después de que Echeverry lo hubiera promocionado como el más grande descubrimiento de los últimos 28 años, resultó ser una farsa.
Según Ecopetrol, “el interés de la empresa es desarrollar este tipo de yacimientos cumpliendo las más estrictas normas técnicas y ambientales, sin afectar las fuentes hídricas y en armonía con las comunidades”. Ahí la mentira, pues la Contraloría General ha confirmado recientemente que la encargada de que esto se cumpla es una entidad negligente: la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).
Además, Echeverry y la junta directiva de Ecopetrol saben y conocen que la actual directora de la ANLA, Clara Victoria González Hernández, fue empleada de Ecopetrol y de una empresa actualmente consultora de Ecopetrol, llamada SNC Lavalin Itansuca, cuya matriz, la canadiense SNC Lavalin, fue vetada por el Banco Mundial por un caso de sobornos. Pero ella no es la única funcionaria de la cuestionada ANLA con conflictos de intereses con Ecopetrol: el subdirector de evaluación de seguimiento, Guillermo Alberto Acevedo Mantilla, y la subdirectora de instrumentos, permisos y trámites ambientales, Margit Ivette Solarte Liévano, también fueron empleados de SNC Lavalin Itansuca. El ratón cuidando el queso.
Se va Echeverry, pero la junta directiva de Ecopetrol también sabe que el esposo de la directora de la ANLA es empleado de Conoco Phillips, empresa que actualmente adelanta gestiones para implementar la dañina técnica del fracking en el municipio de San Martín (Cesar). ¿Se traen otro embuchado que sólo traerá un irreversible desastre ambiental?
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