La elección presidencial de noviembre en los Estados Unidos es crucial, por muchas razones. No solo está en juego la supervivencia de la democracia estadounidense, sino también un manejo económico responsable, con amplias repercusiones para el resto del mundo.
La elección que tienen ante sí los votantes estadounidenses no es solo entre políticas diferentes, sino también entre objetivos diferentes. Aunque la vicepresidenta Kamala Harris, candidata demócrata, no ha expuesto en detalle su agenda económica, es probable que mantenga los lineamientos centrales del programa del presidente