… para la derecha.
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… para la derecha.
Por eso no entiendo a la oposición. ¿Acaso no ven que Gustavo Petro, desde el punto de vista electoral, es el mejor presidente que han podido tener después del fiasco de Iván Duque? No hacen más que pedir que Petro cambie. Que sea serio, eficaz, moderado y que actúe como un estadista. ¿Pero qué tal que lo fuera? Si hiciera todo eso, la oposición estaría en pánico.
¿Qué tal que el presidente fuera cumplido, por ejemplo? ¿Que en vez de impuntual fuera respetuoso con el tiempo de otros, llegando en punto a reuniones acordadas con toda clase de personas, desde líderes extranjeros hasta la gente más humilde que lo ha tenido que esperar, a veces durante horas, bajo un sol abrasante?
¿Qué tal que el presidente hubiera diseñado una política responsable de transición energética, reduciendo nuestra dependencia de combustibles fósiles y aumentando la producción de energías limpias y renovables, pero sin proponer llevarnos al suicidio económico, ya que el 20 % de nuestros ingresos fiscales dependen de los hidrocarburos?
¿Qué tal que el presidente hubiera cortejado a los empresarios, reconociendo que son el motor de la economía y de la inversión, y no calificarlos de corruptos y esclavistas? ¿Que hubiera creado alianzas con el sector privado en vez de graduarlo de enemigo?
¿Qué tal que el presidente no fuera confrontacional, empeñado en atacar a todos los gobiernos anteriores? ¿Que en vez de insultar a sus rivales buscara convertirlos en aliados, como hizo Nelson Mandela quien, pudiendo fustigar a los blancos para cobrarles décadas de infamias, tendió puentes en aras de la reconciliación nacional?
¿Qué tal que el presidente hubiera propuesto reformas pragmáticas, cambiando lo necesario pero sin acabar con lo bueno que ya existía? ¿O que el Gobierno tuviera grandes resultados al año y medio de su período, incluyendo leyes nuevas e importantes?
La inversión ha sido casi nula por falta de claridad reglamentaria, incertidumbre y desconfianza del sector privado. ¿Pero qué tal que el Gobierno fuera un ejemplo de inversión y ejecución?
¿Qué tal que el presidente hubiera diseñado un política de seguridad realista y eficaz, que llevara a reducir los índices de violencia en vez de elevarlos? ¿Que hubieran caído las masacres y el secuestro en vez de aumentar de manera dramática?
Siendo honestos, a la derecha le preocupan los logros del Gobierno (la compra de tierras, por decir, y la caída de la inflación) y le tranquiliza lo negativo. Por eso, si Gustavo Petro fuera un líder ejemplar, la oposición estaría en crisis, viendo a los candidatos de la izquierda haciendo fila para el 2026.
La derecha tuvo décadas para sacar el país adelante, pero lo entregó con tanta pobreza y corrupción que por eso Petro ganó la pasada contienda electoral. Sin embargo, la derrota del Pacto Histórico en las elecciones regionales, donde perdieron todos sus candidatos en las grandes ciudades, representó un severo juicio al presidente y un alivio para la derecha. Y ahora el Gobierno de Petro ha sido tan cuestionado y ha tenido tan pocos resultados, que seguro la derecha retomará el poder y la izquierda quedará desacreditada durante años.
Mientras tanto, de bandazo en bandazo y de fracaso en fracaso, el que pierde, como siempre, es el país.
Es hora de romper este círculo vicioso.