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En agosto pasado un juez federal en EE. UU. declaró que Google abusó de su poder dominante en el mercado de los motores de búsqueda. De acuerdo con su sentencia, esa compañía paga miles de millones de dólares para que navegadores como Safari y Firefox utilicen automáticamente Google en los teléfonos o computadores de los usuarios Precisamente. Gracias a su poder de dominio en los motores de búsqueda, Google tiene también una posición privilegiada en el mercado de publicidad, lo cual le permite cobrar a los anunciantes tarifas exorbitantes que no existirían en un libre mercado. Esta posición es aún más relevante si se consideran las ventanas en YouTube y Google Maps. Precisamente la semana pasada se conoció una nueva demanda contra esa empresa por una posible práctica monopólica a través de la tecnología que utiliza para la difusión de publicidad digital.
Google y otros gigantes tecnológicos han sido acusados en varias jurisdicciones de aprovecharse indebidamente de los contenidos de los medios de comunicación y de drenar a su favor la inversión publicitaria, gracias a sus prácticas monopolísticas.
Para evitar regulaciones y decisiones judiciales en contra, Google ha alcanzado acuerdos con empresa periodísticas en algunos países y también ha ejercicio una especie de mecenazgo para promover iniciativas de periodismo local, como el proyecto al cual se unió recientemente para incentivar a medios locales en el estado de California. Desde 2018, a través de Google News Initiative, ha apoyado con dinero y recursos tecnológicos a más de 200 proyectos periodísticos en cerca de 50 países.
Sin embargo, el mecenazgo de Google no parece ser una solución frente a la disrupción digital. En primer lugar, porque tal vez ya es demasiado tarde para revertir las consecuencias de sus prácticas comerciales que pudieron afectar a muchas empresas periodísticas y, en segundo lugar, su patrocinio puede generar dependencia tecnológica y comprometer la independencia editorial.
Ante la incertidumbre de cuál será el destino del periodismo y de los medios establecidos, lo que parece más probable es que los gigantes tecnológicos, gracias a la inteligencia artificial, tendrán una capacidad infinita de generar información.