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Sobre conflictos y amores

Juan Carlos Ortiz
26 de septiembre de 2024 - 08:38 p. m.

La vida es como un círculo donde lo que comienza de una manera, puede terminar de otra. Tal vez lo que germina como un conflicto irreconciliable puede finalizar en un amor inseparable.

Esta historia cíclica se remonta a los días del grito de la independencia de Colombia y gira completamente hasta culminar por nuestros días en el pueblo de Congostrina, en España.

El 20 de julio de 1810, a eso de las 11 de la mañana, se dirigieron a la tienda del español don José González Llorente en la calle real de Bogotá, esquina de la plaza de Bolívar, don Francisco Morales Fernández y sus dos hijos Antonio Morales Galavis y Francisco Morales Galavis, con el fin de pedirle prestado un par de hermosos jarrones que continuamente servían de adorno en aquellas funciones donde intervenía la nobleza. En este caso un homenaje para Antonio Villavicencio.

Llorente, bastante indignado con los republicanos, se rehusó de manera brusca a la solicitud de los Morales, e imprudentemente se expresó de manera ofensiva contra los criollos, a quienes trató de hambrientos, ingratos y estúpidos.

Como era natural, los Morales se sintieron ofendidos en su orgullo y Antonio, el más atrevido de los tres, poniéndose al frente del osado español, le dijo en tono amenazador:

- Repita usted lo que acaba de decir.

A lo que Llorente contestó nuevamente con su misma ofensa. Y antes de que hubiera concluido la frase, Antonio levantó la mano y le dio una fuerte bofetada en la cara.

En el acto se formó un gran tumulto en la puerta de la tienda. Cerca de las dos de la tarde, el realista abofeteado trató de ocultarse de la vista del pueblo enardecido, pero al ser descubierto estuvo a punto de ser sacrificado, salvándose de la muerte gracias a José Miguel Pey, alcalde de Santafé, quien lo condujo a la cárcel para su seguridad.

Grande fue el furor de los independentistas en aquel día, que recorrieron las calles de la ciudad gritando vivas a la libertad.

Este es el recuento del momento histórico del conflicto entre un Morales y un Llorente, entre los republicanos y los españoles que ayudó a detonar el grito de Independencia de nuestro país.

214 años después, y al otro lado del océano Atlántico, estuve visitando con ánimo turístico, histórico y curioso el pueblo de Congostrina, situado a una hora y media de Madrid. Los ancestros españoles de los Morales de la independencia de 1810 provienen de esta población y su ascendencia se remonta a varios siglos atrás. Allí se encuentra una iglesia del siglo 13 con la pileta original donde fueron bautizados sus antepasados a partir del siglo 16, también una placa en la plaza que conmemora su conexión con la independencia de Colombia y un pequeño centro social donde sus habitantes se reúnen para charlar y tomar algo.

Allí me senté con ellos para hablar sobre el puente espiritual existente entre Colombia y Congostrina, con la grata y buena fortuna que conocí una pareja nativa del lugar, quienes llevaban más de treinta años casados y se apellidaban Morales Llorente. Los apellidos que hace tiempo se odiaron, hoy se amaban. Yo me sentí como un descubridor de circunstancias sorpresivas y cotidianas.

La historia, que comenzó con el conflicto irreconciliable entre un Morales y un Llorente, en Santafé de Bogotá, hace dos siglos, derivaba en un cuento de amor inseparable y longevo entre un Morales y una Llorente en Congostrina.

La vida siempre da vueltas. Es cuestión de tiempo y de paciencia.

Terminamos la tarde abrazados celebrando la casualidad del arte del círculo de la vida que lograba convertir lo antagónico en simbiótico.

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Melibea(45338)Hace 58 minutos
Actualmente hay dos grupos de criollos los que se creen de descendecia Congrostrina arribistas,y arrogantes y los otros criollos estupidosque se creen descendientes de los arios de origen alemán
Atenas(06773)Hace 1 hora
Sí, JuanC., de la continua noria de la vida, q’ así como unas veces nos pone abajo en otros momentos arriba, el caso es no detenerse. El giro de la tierra sobre su propio eje al tiempo q’ lo hace N veces más rápido entorno del sol es el mejor ejemplo. Y ya lo confirmaste con la pareja q’ encontraste. Atenas.
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