Hasta el 6 de octubre estará en el MAMBO la segunda retrospectiva que el museo dedica a Ana Mercedes Hoyos. Artista plástica recordada en la escena nacional sobre todo por el trabajo de las últimas décadas de su vida en torno a las palenqueras. Una serie que recoge los colores de la costa Atlántica y que evoca paseos por la playa en días de vacaciones y nostalgias de la infancia. Trabajo que también guarda consonancia con el arte popular de esta región en sus motivos y en sus colores. Lo popular no había sido ajeno a la obra de Ana Mercedes Hoyos, pues hacia finales de la década del 60 comienza a trabajar una serie de arte pop cuyos motivos centrales fueron las puertas, las chimeneas y las ventanas. Ventanas lleva por título la serie.
Curiosamente esta serie, que viene de lo pop (es decir, de lo popular) en sus motivos y en ocasiones también en su paleta cromática, ayudó a que su trabajo posterior dedicado a la vida cotidiana en los palenques se alejara de las expresiones habituales de los pintores populares de la costa que dedican su trabajo artístico a retratar con realismo su entorno, pues en el caso de Ana Mercedes Hoyos lo más singular de su trabajo sobre Palenque es el punto de vista y la composición en la construcción de la obra, un punto de vista peculiar que ya causaba desconcierto al espectador en las obras tempranas de ese período pop de Hoyos.
Todo ello es resultado de la formación académica de Ana Mercedes Hoyos y de su familiaridad con la historia del arte, lo que se deja ver en la manera en que sus atmósferas están influenciadas por el suprematismo ruso y en obras sutiles como en sus homenajes a Zurbarán, a ese Zurbarán de los bodegones que dialogaba con una tradición rica en España y en toda Europa cuyas cimas plásticas tal vez se encuentren en ciertas realizaciones de las naturalezas muertas de la pintura flamenca y de fray Juan Sánchez Cotán, aquel pintor toledano que al final de su vida se hizo monje en la Cartuja de Granada y que pobló sus lienzos de alegorías sutiles y exquisitas, aunque muchas veces incómodas y casi dolorosas…
Pero volviendo a Ana Mercedes Hoyos, muestra su obra una riqueza conceptual que desborda el imaginario que de su universo artístico nos hemos hecho en Colombia, siempre relacionado con las palenqueras y con lo tropical.
La muestra, curada por Cecilia Fajardo-Hill y por Osbel Suárez, cuenta con una selección de piezas que permite al visitante conocer parte de la trayectoria artística, rica y variada, de Ana Mercedes Hoyos, si bien se echa de menos una presencia mayor de su trabajo escultórico que constituye una de las facetas más interesantes, más ricas y más acabadas de esta artista bogotana.
Hasta el 6 de octubre estará en el MAMBO la segunda retrospectiva que el museo dedica a Ana Mercedes Hoyos. Artista plástica recordada en la escena nacional sobre todo por el trabajo de las últimas décadas de su vida en torno a las palenqueras. Una serie que recoge los colores de la costa Atlántica y que evoca paseos por la playa en días de vacaciones y nostalgias de la infancia. Trabajo que también guarda consonancia con el arte popular de esta región en sus motivos y en sus colores. Lo popular no había sido ajeno a la obra de Ana Mercedes Hoyos, pues hacia finales de la década del 60 comienza a trabajar una serie de arte pop cuyos motivos centrales fueron las puertas, las chimeneas y las ventanas. Ventanas lleva por título la serie.
Curiosamente esta serie, que viene de lo pop (es decir, de lo popular) en sus motivos y en ocasiones también en su paleta cromática, ayudó a que su trabajo posterior dedicado a la vida cotidiana en los palenques se alejara de las expresiones habituales de los pintores populares de la costa que dedican su trabajo artístico a retratar con realismo su entorno, pues en el caso de Ana Mercedes Hoyos lo más singular de su trabajo sobre Palenque es el punto de vista y la composición en la construcción de la obra, un punto de vista peculiar que ya causaba desconcierto al espectador en las obras tempranas de ese período pop de Hoyos.
Todo ello es resultado de la formación académica de Ana Mercedes Hoyos y de su familiaridad con la historia del arte, lo que se deja ver en la manera en que sus atmósferas están influenciadas por el suprematismo ruso y en obras sutiles como en sus homenajes a Zurbarán, a ese Zurbarán de los bodegones que dialogaba con una tradición rica en España y en toda Europa cuyas cimas plásticas tal vez se encuentren en ciertas realizaciones de las naturalezas muertas de la pintura flamenca y de fray Juan Sánchez Cotán, aquel pintor toledano que al final de su vida se hizo monje en la Cartuja de Granada y que pobló sus lienzos de alegorías sutiles y exquisitas, aunque muchas veces incómodas y casi dolorosas…
Pero volviendo a Ana Mercedes Hoyos, muestra su obra una riqueza conceptual que desborda el imaginario que de su universo artístico nos hemos hecho en Colombia, siempre relacionado con las palenqueras y con lo tropical.
La muestra, curada por Cecilia Fajardo-Hill y por Osbel Suárez, cuenta con una selección de piezas que permite al visitante conocer parte de la trayectoria artística, rica y variada, de Ana Mercedes Hoyos, si bien se echa de menos una presencia mayor de su trabajo escultórico que constituye una de las facetas más interesantes, más ricas y más acabadas de esta artista bogotana.