Poco eco hizo en el país la noticia de la muerte de Juan José Sebreli el primero de noviembre. Acaso se deba al hecho de que su obra, tan juiciosa como reveladora, ha sido poco estudiada y poco divulgada en nuestro medio. Fue un ensayista lúcido y cultísimo que dejó obras fundamentales sobre el sentido y el horizonte de la Modernidad. Tal vez su libro más importante sea El asedio a la Modernidad: Crítica del relativismo cultural. El libro es una defensa clara y apasionada del desarrollo de la Modernidad y de los valores que encarna: la razón, el humanismo, la libertad, el universalismo. También constituye una diatriba firme en contra de las ideas que pretenden minar y aterrar esos cimientos del mundo moderno: el irracionalismo, el relativismo, el particularismo, y en contra de las corrientes que, siguiendo esa estela, ya antigua de contrailustración, fueron surgiendo desde muy temprano, diríase que en contrapunto con las escuelas y los valores que ayudaron a gestar el mundo moderno: el postmodernismo, el estructuralismo, la antropología culturista, ciertas corrientes del psicoanálisis, el orientalismo, el deconstructivismo…
Sociólogo de formación, este libro de Sebreli establece un diálogo ponderado y erudito con la filosofía, la ciencia política, la antropología, la psicología y otras ramas de las ciencias humanas. El ensayo toma también partido en la que sigo considerando la discusión más importante y más decisiva de la ciencia política contemporánea: el debate entre liberales y comunitaristas. Mostrando la manera en que el comunitarismo guarda relación con muchos de los discursos de la contrailustración y en qué modo ese rechazo del individuo y del humanismo clásico va en detrimento de la igualdad y de la libertad de las personas. El olvido de la razón, publicado en el año dos mil uno, pudiera decirse continuación de El asedio a la Modernidad (1991). En él —siguiendo un hilo que va del romanticismo a Foucault— continúa su crítica al irracionalismo y a los escudos y a los arietes de la contramodernidad.
Es autor también de ensayos sobre personajes populares (Carlos Gardel, Eva Perón, el Che Guevara y Diego Maradona) en Comediantes y mártires y de una crítica incisiva contra el populismo americano y contra los autoritarismos, que se despliega en varias de sus obras: Crítica de las ideas políticas argentinas, El malestar en la política, Tercer mundo, mito burgués. Reflexionó también sobre el fenómeno de las masas en La era del fútbol.
Como testimonio de su vida y de su tiempo dejó una autobiografía, El tiempo de una vida, y páginas y reflexiones autobiográficas en Las señales de la memoria. Autor de una veintena de libros, su obra constituye una defensa apasionada y comprometida de los valores sobre los que se ha ido construyendo, en un camino no desprovisto de sobresaltos y de contratiempos, el paisaje del mundo moderno: la filosofía, la razón, la justicia, la tolerancia, la libertad. Y con los tiempos que corren, intentar esa defensa no me parece poco.
Poco eco hizo en el país la noticia de la muerte de Juan José Sebreli el primero de noviembre. Acaso se deba al hecho de que su obra, tan juiciosa como reveladora, ha sido poco estudiada y poco divulgada en nuestro medio. Fue un ensayista lúcido y cultísimo que dejó obras fundamentales sobre el sentido y el horizonte de la Modernidad. Tal vez su libro más importante sea El asedio a la Modernidad: Crítica del relativismo cultural. El libro es una defensa clara y apasionada del desarrollo de la Modernidad y de los valores que encarna: la razón, el humanismo, la libertad, el universalismo. También constituye una diatriba firme en contra de las ideas que pretenden minar y aterrar esos cimientos del mundo moderno: el irracionalismo, el relativismo, el particularismo, y en contra de las corrientes que, siguiendo esa estela, ya antigua de contrailustración, fueron surgiendo desde muy temprano, diríase que en contrapunto con las escuelas y los valores que ayudaron a gestar el mundo moderno: el postmodernismo, el estructuralismo, la antropología culturista, ciertas corrientes del psicoanálisis, el orientalismo, el deconstructivismo…
Sociólogo de formación, este libro de Sebreli establece un diálogo ponderado y erudito con la filosofía, la ciencia política, la antropología, la psicología y otras ramas de las ciencias humanas. El ensayo toma también partido en la que sigo considerando la discusión más importante y más decisiva de la ciencia política contemporánea: el debate entre liberales y comunitaristas. Mostrando la manera en que el comunitarismo guarda relación con muchos de los discursos de la contrailustración y en qué modo ese rechazo del individuo y del humanismo clásico va en detrimento de la igualdad y de la libertad de las personas. El olvido de la razón, publicado en el año dos mil uno, pudiera decirse continuación de El asedio a la Modernidad (1991). En él —siguiendo un hilo que va del romanticismo a Foucault— continúa su crítica al irracionalismo y a los escudos y a los arietes de la contramodernidad.
Es autor también de ensayos sobre personajes populares (Carlos Gardel, Eva Perón, el Che Guevara y Diego Maradona) en Comediantes y mártires y de una crítica incisiva contra el populismo americano y contra los autoritarismos, que se despliega en varias de sus obras: Crítica de las ideas políticas argentinas, El malestar en la política, Tercer mundo, mito burgués. Reflexionó también sobre el fenómeno de las masas en La era del fútbol.
Como testimonio de su vida y de su tiempo dejó una autobiografía, El tiempo de una vida, y páginas y reflexiones autobiográficas en Las señales de la memoria. Autor de una veintena de libros, su obra constituye una defensa apasionada y comprometida de los valores sobre los que se ha ido construyendo, en un camino no desprovisto de sobresaltos y de contratiempos, el paisaje del mundo moderno: la filosofía, la razón, la justicia, la tolerancia, la libertad. Y con los tiempos que corren, intentar esa defensa no me parece poco.