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Desde cuando aparecieron las redes sociales, su medio privilegiado de expresión ha sido la imagen. El nombre mismo de una de la más populares –Facebook– es ya una declaración de intenciones. Paulatinamente fueron incorporándose en esta red social textos; en un principio, comentarios a las fotografías que se publicaban, y poco a poco, enlaces a blogs, ensayos y artículos. En Instagram casi ni hay espacio para los comentarios, es decir para la palabra, y reina la imagen, bien manifestada en video o en fotografía. En Tik-Tok, el rey es el video. La única de las grandes redes sociales que conoció un origen distinto fue Twitter, que apareció como una red de publicación de aforismos y de telegramas, pero que pronto dio cabida a la imagen, primero con las fotografías y luego con el video. Ello hace que, aunque cada red social parezca conservar algo del espíritu que la animó en un comienzo, hoy sean todas un híbrido de imagen y palabra, de fotografía y expresión verbal.
Pues he aquí que todas estas plataformas están siendo utilizadas por Estado del Arte –archivo privado de las artes en el país– y por la galería de arte Salón Comunal para publicar los videos que estas, con la administración digital de Photorent (productora de contenidos audiovisuales), han recibido desde el mes pasado, cuando abrieron la convocatoria a todos los artistas plásticos del país para que enviaran un video de 60 segundos en los que contaran al público la obra que venían trabajando en la cuarentena (véase: “La plástica nacional en 60 segundos”).
Dada la doble conjunción de la extensión de la cuarentena, por una parte, y de la buena acogida que ha tenido la iniciativa, Carlos Henao –director de Photorent– y Bernardo Montoya –director de la galería Salón Comunal– decidieron seguir promocionando el trabajo de los artistas en medio del aislamiento y de la pandemia y, por tanto, ampliar la convocatoria hasta el día 30 de este mes.
Cuando termine el ejercicio habrá que hacer un balance más global de la situación de la plástica nacional; por ahora baste reseñar la heterogeneidad de las participaciones que han llegado y de los artistas que las producen, a la par que debe señalarse la manera casual en la que se va consolidando la exposición del material y la agrupación de los artistas dentro de un mismo proyecto: según el orden de llegada de los videos.
Esto ha permitido congregar artistas de todo género que, llevados por un propósito común, han ido creando una sinfonía a fuerza de contribuir con su propia nota plástica; notas muchas veces discordes entre ellas que, no obstante, crean una armonía en el resultado del conjunto.
De este proyecto habría que señalar, además, la calidad visual y de contenido que se está generando y que contrasta de manera muy viva con las expresiones y con los videos más o menos espontáneos y de calidad muy dudosa –de la cual, valga decir, nadie duda– que hoy por hoy pueblan las redes sociales en el mundo.
atalaya.espectador@gmail.com, @D_Zuloaga
* El autor de esta columna colabora con Estado del Arte, archivo de las artes del país.