Julio Carrizosa, profesor extremo

Juan Pablo Ruiz Soto
26 de septiembre de 2018 - 05:00 a. m.

El pasado 19 de septiembre, ESRI Colombia presentó el libro de Julio Carrizosa titulado El ambiente en la discusión de la paz, cuya publicación fue gestionada por Alegría Fonseca, compañera de Carrizosa en luchas ambientales desde la década de los 70. Ambos participaron en la gestión y aprobación de la ley que dio origen al Código de Recursos Naturales Renovables y de Protección del Medio Ambiente, pieza fundamental de nuestra legislación ambiental. Dicho código fue escrito por un equipo liderado por Carrizosa.

Con el excelente trabajo de edición de Susana Rudas, el libro hace una presentación temática de los artículos publicados en los últimos diez años por Carrizosa en El Espectador. Mediante un rico análisis ambiental, la obra nos permite entender lo acaecido en Colombia en los últimos 50 años, finalizando con un análisis del proceso de paz y su relación con el ambiente.

Comienza tratando aspectos relacionados con poblamiento, asentamientos y ecosistemas naturales. Analiza la dinámica de la urbanización y cómo las cuatro ciudades principales están acercándose a sus límites. Luego trata el tema de desarrollo, sostenibilidad y buen vivir, y cómo estos conceptos han sido retomados de muy diversas maneras tanto a nivel global como en la historia reciente de Colombia, habiendo sido incluidos en el Acuerdo de Paz.

En la tercera parte habla de educación, gobernanza ambiental y consolidación de la paz, señalando los retos educativos para la gestión ambiental en Colombia, dado que un ambiente sano y la construcción de la paz deben ser compromisos de todos. La siguiente sección trata de los ecosistemas naturales, resaltando su importancia para la provisión de los servicios ecosistémicos requeridos por las ciudades. También hace referencia a las áreas protegidas y su función en la conservación de la biodiversidad.

Habla de ruralidad, de la función ecológica de la propiedad y de los impactos del enfoque de desarrollo rural sobre los ecosistemas y los suelos. Luego se refiere a la minería, sus impactos y las posibilidades de construir la paz sin minería ni petróleo. Hace referencia a la urgente necesidad de avanzar en la evaluación integral costo-beneficio en la minería, para tomar determinaciones ilustradas respecto a la conveniencia, en cada caso y según los resultados de la evaluación, de adelantar o no dicha actividad.

Incluye una sección sobre las ciudades, donde relaciona paz, democracia y nuevas ciudades. Habla de la planeación urbana asociada a la dinámica ambiental y cierra analizando la relación de Bogotá con su entorno y sus perspectivas.

Dedica una parte extensa del documento al tema planteado desde el título: la paz. Escribe sobre ambientalismo, paz y posconflicto. Se refiere al campo colombiano y la crisis ambiental y económica en el posconflicto. Analiza las relaciones entre construcción de paz, coca y petróleo, sus dificultades, logros, fracasos y perspectivas. Cierra la publicación hablando de la cultura del encuentro entre diversos grupos de interés y la necesidad de trabajar conjuntamente para restaurar la ecología integral.

Sería útil que algunos columnistas que se han referido a Carrizosa como ambientalista extremo recorrieran las páginas de este libro para entender la complejidad del país que habitamos y queremos hacer sostenible. ¡Al profesor Julio Carrizosa, muchas gracias!

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