En julio la inflación mensual se ubicó en -0,13 % m/m, por debajo de las expectativas del mercado. Con este resultado la inflación anual alcanzó un crecimiento de 3,12 %, descendiendo 8 puntos básicos respecto a la lectura del mes anterior.
La sorpresa a la baja se explica por la caída en la inflación de alimentos, tasa que fue significativamente inferior a las expectativas del mercado. La mayoría de los productos de esta canasta registró comportamientos favorables: el precio de los productores perecederos descendió 2,2 % m/m, el de los cereales y otros productos procesados cayó 0,35 % y el costo de las carnes y sus sustitutos descendió 0,29 %. Este comportamiento es algo atípico en un momento en el que el precio de los alimentos debería repuntar por factores de oferta (menores cosechas), luego de una temporada tan larga de precios bajos.
El comportamiento del resto de la canasta no tuvo mayores sorpresas. La inflación de los productos transables se sigue desacelerando, gracias la estabilidad de la tasa de cambio; la inflación de los no transables se mantuvo relativamente estable (aunque con noticias positivas, porque el componente inercial de algunos servicios de esta canasta se sigue debilitando) y finalmente con el alza en la inflación de regulados, que alcanzó una tasa de 6,6 % a/a, que se explica principalmente por un efecto base negativo relacionado con una caída importante en las tarifas de servicios públicos en julio del año pasado.
Si no repuntan el precios de los alimentos en los próximos meses, tendremos una inflación para el cierre del año que estaría cerca al 3,0 %. Se vienen meses con correcciones importantes en la inflación de regulados (por efectos base de servicios públicos y precios de combustibles) que sumados a la desaceleración de algunos componentes inerciales de la inflación podrían empujar a la baja un poco más el crecimiento de los precios.
@juanatellez; BBVA Research
En julio la inflación mensual se ubicó en -0,13 % m/m, por debajo de las expectativas del mercado. Con este resultado la inflación anual alcanzó un crecimiento de 3,12 %, descendiendo 8 puntos básicos respecto a la lectura del mes anterior.
La sorpresa a la baja se explica por la caída en la inflación de alimentos, tasa que fue significativamente inferior a las expectativas del mercado. La mayoría de los productos de esta canasta registró comportamientos favorables: el precio de los productores perecederos descendió 2,2 % m/m, el de los cereales y otros productos procesados cayó 0,35 % y el costo de las carnes y sus sustitutos descendió 0,29 %. Este comportamiento es algo atípico en un momento en el que el precio de los alimentos debería repuntar por factores de oferta (menores cosechas), luego de una temporada tan larga de precios bajos.
El comportamiento del resto de la canasta no tuvo mayores sorpresas. La inflación de los productos transables se sigue desacelerando, gracias la estabilidad de la tasa de cambio; la inflación de los no transables se mantuvo relativamente estable (aunque con noticias positivas, porque el componente inercial de algunos servicios de esta canasta se sigue debilitando) y finalmente con el alza en la inflación de regulados, que alcanzó una tasa de 6,6 % a/a, que se explica principalmente por un efecto base negativo relacionado con una caída importante en las tarifas de servicios públicos en julio del año pasado.
Si no repuntan el precios de los alimentos en los próximos meses, tendremos una inflación para el cierre del año que estaría cerca al 3,0 %. Se vienen meses con correcciones importantes en la inflación de regulados (por efectos base de servicios públicos y precios de combustibles) que sumados a la desaceleración de algunos componentes inerciales de la inflación podrían empujar a la baja un poco más el crecimiento de los precios.
@juanatellez; BBVA Research