Publicidad

En tablas

Juan Carlos Bayona Vargas
14 de septiembre de 2024 - 06:52 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Me pasa que cuando escribo de la importancia de lo público, en particular de lo público en educación, algún sector del sector privado en donde he trabajado la mayor parte de mi vida se desconcierta, e incluso me tilda de incoherente o desalineado. Y el sector público radical, por su parte, me tilda de instrumento camuflado al servicio del capitalismo. Palabras más, palabras menos, o soy un mamerto o soy un vendido.

Recuerdo cuando era estudiante de bachillerato que quienes teníamos una preocupación por los problemas sociales (la conservo intacta) y nos atrevimos a pegar, con más miedo que convicción, algunas calcomanías para promover el paro nacional del 14 de septiembre de 1977, teníamos que vivir en el sur de la ciudad o no podíamos escuchar música clásica porque así era imposible tener conciencia social. Recuerdo también que engrosar las filas del proletariado era casi la única manera de tenerla. Erik Satie era música burguesa tanto como Beethoven o Samuel Barber.

El destino quiso que estuviera en Berlín el 9 de diciembre de 1989, cuando el muro que separaba al mundo se cayó. Vi cómo un helicóptero se llevaba bamboleante un pedazo inmenso de la pared de la infamia a un museo de Estados Unidos, mientras apretaba en mi bolsillo un pedacito de esa piedra de colores que yo mismo, con la ayuda de un cincel y un martillo, había conseguido. Después fue la fiesta. En la puerta de Brandemburgo todo el mundo se abrazaba con todo el mundo, familias enteras se volvían a encontrar después de décadas sin verse, mientras un hombre subido al coche de caballos que tiene en lo más alto jugaba con sus malabares de fuego ante el paroxismo generalizado.

A los pocos días fui testigo de las largas colas de alemanes orientales recibiendo veinte marcos para ir de compras por la Berlín occidental y después volver a la oriental por la bellísima avenida Under der Linden. Con la reunificación de Alemania el mundo cambió. Pero claro, tenemos que reconocer también que fuimos quedando, poco a poco y solamente, en las sacrosantas leyes del mercado y en el obsesivo destino de obtener los mayores beneficios de todo cuanto hacemos a ser posible con los menores riesgos. Y no. No siempre.

Si bien una excesiva ideologización de las miradas con que entendemos el mundo reduce y simplifica la complejidad que le es propia, no creo, sin embargo, que exista algo así como una asepsia ideológica. Siempre hay un sesgo. Incluso no tenerlo es ya uno. Se nos han pasado cuarenta años discutiendo cuánto de Estado debe tener el Estado y cuánto de privado lo privado, sin reparar en que sin ser lo mismo se necesitan y se complementan.

Yo desearía con fervor que muchas de las cosas que ha construido la educación privada en lo que tiene que ver con formación de maestros y maestras, con sistemas de cualificación docente e institucional, con modelos pedagógicos, con metodologías alternativas de aprendizaje, conversara con el sector oficial y las enormes fortalezas que también tiene. Pero no. No lo logramos verdaderamente.

Ha pasado mucha agua debajo del puente. Y a veces tiene uno la impresión que estamos en los setenta todavía, y que hay unos quistes que se resisten a desaparecer. En ese sentido, le haría mucho bien al gobierno del cambio reconocer que tiene uno que otro. De golpe más de los que el mismo cree.

Juan Carlos Bayona Vargas

Por Juan Carlos Bayona Vargas

Educador. Rector del Colegio Bilingüe Internacional Gimnasio Campestre Reino Británico.

 

Gines de Pasamonte(86371)14 de septiembre de 2024 - 07:25 p. m.
Juan Carlos, deseo hacerle claridad en algo que usted conoce de sobra. En Colombia, existe la formación de profesores, de maestros, entendiendo que están incluidas las mujeres, muy poco, por una sencilla razón: ¡El MAESTERO se hace! Lo lleva consigo, lleva esa impronta de calidad que comunica a sus alumnos, una impronta indeleble. ¡Ni más ni menos!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar