Fundada en 1924, la Sonora Matancera cumplió un siglo dando a conocer en todo el mundo la música tropical creada en Cuba y América Latina. ¿Qué hizo posible que sea la orquesta más longeva que conocemos?
El 12 de enero de 1924 surgió en la provincia de Matanzas una agrupación que años después recibiría el nombre de La Sonora Matancera y que sería mundialmente conocida como la Decana de las Orquestas de Cuba. Según Guinness, es la más antigua del planeta, algo que puede ser o no ser cierto, pero lo que no generaría mayor discusión es que es la orquesta más longeva y que marcaría la vida de cientos de miles de melómanos en toda América Latina durante varias generaciones. Su primer nombre fue Tuna Liberal, por el partido político local del mismo nombre que solicitó su formación para amenizar sus reuniones y mítines, y su época dorada se desarrolló con Rogelio Martínez –guitarrista, cantante y empresario– como director entre 1946 y 2001. Su gran capacidad para elegir temas y cantantes es un elemento esencial para explicar por qué la Matancera es un caso único de vigencia musical a lo largo del tiempo.
Recientemente, la Sonora cumplió un siglo dedicada a divulgar por todo el mundo los ritmos tropicales, entre ellos el guaguancó, la guaracha, el bolero, el merecumbé, el mambo y la salsa. Otro hecho especial por destacar es la vinculación de cantantes de diversos países, como Cuba, República Dominicana, Haití, Puerto Rico, Colombia, Argentina, Venezuela, México y Uruguay. Eso le dio la resonancia internacional y trascendencia que ninguna orquesta, hasta ese momento, había conocido. Ahí se evidencia la visión empresarial de Rogelio Martínez y la proyección que tuvo en mente mientras dirigía la orquesta. La gran mayoría de ellos eran cantantes cubanos y puertorriqueños poco conocidos que fueron lanzados internacionalmente a la fama al vincularse durante un tiempo con la Sonora. La excepción fue Daniel Santos, quien contaba con gran reconocimiento antes de firmar una alianza tan afortunada para la música.
Entre sus cantantes están algunos de los más importantes del continente: Bienvenido Granda, Vicentico Valdés, Celio González, Leo Marini, Bobby Capó, Alberto Beltrán o Daniel Santos. El colombiano Nelson Pinedo, conocido como el Almirante del Ritmo, fue uno de ellos y alcanzó a grabar 50 canciones, entre las que se destacan “Me voy pa’ La Habana”, “La esquina del movimiento”, “¿Quién será?” y “Momposina”, esta última compuesta por José Barros. Así mismo, Celia Cruz fue su voz femenina más reconocida con canciones emblemáticas como “Yerbero moderno”, “Burundanga”, “Pa’ la Paloma” o “Tu voz”, entre muchas otras. Se vinculó muy joven y permanecería en la orquesta hasta 1965.
Hoy conocemos múltiples videos de la Decana de las Orquestas latinas gracias a la extensa producción fílmica realizada en Cuba y México y a sus giras internacionales, en especial bajo el liderazgo de Rogelio.
Además de sus cantantes, la orquesta fue muy reconocida por el inconfundible dúo de trompetas integrado por Pedro Knight y Calixto Leicea, uno de los más interesantes y destacados sonoramente en la historia de los conjuntos cubanos. Así mismo, fue especialmente talentoso su pianista Lino Frías, que reemplazaría a Severino Ramos, quien además de pianista fue uno de los más importantes arreglistas del conjunto cubano. Los coros estuvieron a cargo de Rogelio y Caíto. También sobresale Medardo Montero, quien inventó nuevas técnicas de grabación para la orquesta. Esta conjunción del sobresaliente director con arreglistas, cantantes y trompetistas muy destacados, así como con nuevas técnicas de grabación permitieron el sonido único que identifica a la Sonora. De allí que, con unos pocos acordes, una persona con buen oído y conocimiento de música tropical pueda decir: “esta es una canción de la Sonora Matancera”.
La orquesta salió de Cuba el 15 de junio de 1960 para cumplir con un contrato que tenía en México y nunca más volvió a la isla. Los músicos se radicaron en Nueva York y convirtieron a la orquesta latina en una de las más reconocidas en el mundo.
Un hecho muy poco conocido de la Sonora fue el inicial apoyo que brindó a la Revolución cubana. Es así como en la voz de Celia se canta a la reforma agraria en una canción conocida con el nombre de “Guajiro, ya llegó tu día”. Algo similar pasó con “Sierra Maestra” en la voz del Jefe, el puertorriqueño Daniel Santos, y “Fidel ya llegó”, a cargo del Guapo de la Canción, el cubano Rolando Laserie. Esto evidencia la enorme acogida que tuvo inicialmente la Revolución cubana en América Latina. Los latinos valoraron el fin de la dictadura de Batista y el esfuerzo del Movimiento 26 de Julio para garantizar tierra, educación, salud y arte a toda la población. El desencanto se produjo entre artistas e intelectuales unos años después, en especial cuando se adoptaron las formas más autoritarias de gobierno y la limitación al pensamiento libre. Es por eso que la Matancera no sería escuchada ni reconocida en Cuba y que, ante la muerte de la Reina de la Salsa, el diario Granma, del gobernante Partido Comunista, le dedicara tan solo dos párrafos en la página seis. Para completar, dicho diario tildaría a la inolvidable Celia de “ícono contrarrevolucionario”. En oposición, el destacado pianista cubano Chucho Valdés afirmaría respecto a Celia: “Ha sido la sonera más grande que ha dado Cuba. Yo la considero al mismo nivel que Benny Moré, son casos únicos”. Muy seguramente, es una descripción más fiel de su legado a la historia de la humanidad.
Lo que nadie puede discutir es que la Sonora pasará a la historia como una de las orquestas que más ayudó a divulgar por todo el mundo la música tropical y que hizo inmortal la voz elástica de Vicentico Valdés cantando “Los aretes que le faltan a la luna” o “Piel canela” de Bobby Capó, el Gigante de Puerto Rico. También es momento de recordar a Celio González, el Flaco de Oro, en su versión de “Total” y a Alberto Beltrán, el Negrito del Batey, dominicano nacido en La Romana, cantando “Aunque me cueste la vida”. Eso sin mencionar el inmortal bolero “Dos gardenias” en la voz inigualable de Daniel Santos, entre muchas otras. En esta brevísima lista no incluyo canciones como “Mala mujer” porque sin duda hoy en día, afortunadamente, es muy censurable que los jóvenes bailen diciendo que hay que matar a las mujeres que se enamoran de otros hombres. No hay duda de que existe salsa que promueve la violencia contra la mujer.
En diciembre de 2023, el bolero fue declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. La inscripción la hicieron simultáneamente México y Cuba. La Sonora contribuyó con cientos de los más recordados, como “Desesperación”, “El 19″, “Angustia”, “En el balcón aquel”, “Todo me gusta de ti” o “Vendaval sin rumbo”, entre muchos otros. De más de mil grabaciones, cerca del 40 % son boleros.
De lo que no hay ninguna duda es que tenía toda la razón Friedrich Nietzsche cuando decía en carta a un amigo: “La vida sin música es simplemente un error”.
* Director del Instituto Alberto Merani (@juliandezubiria).
Fundada en 1924, la Sonora Matancera cumplió un siglo dando a conocer en todo el mundo la música tropical creada en Cuba y América Latina. ¿Qué hizo posible que sea la orquesta más longeva que conocemos?
El 12 de enero de 1924 surgió en la provincia de Matanzas una agrupación que años después recibiría el nombre de La Sonora Matancera y que sería mundialmente conocida como la Decana de las Orquestas de Cuba. Según Guinness, es la más antigua del planeta, algo que puede ser o no ser cierto, pero lo que no generaría mayor discusión es que es la orquesta más longeva y que marcaría la vida de cientos de miles de melómanos en toda América Latina durante varias generaciones. Su primer nombre fue Tuna Liberal, por el partido político local del mismo nombre que solicitó su formación para amenizar sus reuniones y mítines, y su época dorada se desarrolló con Rogelio Martínez –guitarrista, cantante y empresario– como director entre 1946 y 2001. Su gran capacidad para elegir temas y cantantes es un elemento esencial para explicar por qué la Matancera es un caso único de vigencia musical a lo largo del tiempo.
Recientemente, la Sonora cumplió un siglo dedicada a divulgar por todo el mundo los ritmos tropicales, entre ellos el guaguancó, la guaracha, el bolero, el merecumbé, el mambo y la salsa. Otro hecho especial por destacar es la vinculación de cantantes de diversos países, como Cuba, República Dominicana, Haití, Puerto Rico, Colombia, Argentina, Venezuela, México y Uruguay. Eso le dio la resonancia internacional y trascendencia que ninguna orquesta, hasta ese momento, había conocido. Ahí se evidencia la visión empresarial de Rogelio Martínez y la proyección que tuvo en mente mientras dirigía la orquesta. La gran mayoría de ellos eran cantantes cubanos y puertorriqueños poco conocidos que fueron lanzados internacionalmente a la fama al vincularse durante un tiempo con la Sonora. La excepción fue Daniel Santos, quien contaba con gran reconocimiento antes de firmar una alianza tan afortunada para la música.
Entre sus cantantes están algunos de los más importantes del continente: Bienvenido Granda, Vicentico Valdés, Celio González, Leo Marini, Bobby Capó, Alberto Beltrán o Daniel Santos. El colombiano Nelson Pinedo, conocido como el Almirante del Ritmo, fue uno de ellos y alcanzó a grabar 50 canciones, entre las que se destacan “Me voy pa’ La Habana”, “La esquina del movimiento”, “¿Quién será?” y “Momposina”, esta última compuesta por José Barros. Así mismo, Celia Cruz fue su voz femenina más reconocida con canciones emblemáticas como “Yerbero moderno”, “Burundanga”, “Pa’ la Paloma” o “Tu voz”, entre muchas otras. Se vinculó muy joven y permanecería en la orquesta hasta 1965.
Hoy conocemos múltiples videos de la Decana de las Orquestas latinas gracias a la extensa producción fílmica realizada en Cuba y México y a sus giras internacionales, en especial bajo el liderazgo de Rogelio.
Además de sus cantantes, la orquesta fue muy reconocida por el inconfundible dúo de trompetas integrado por Pedro Knight y Calixto Leicea, uno de los más interesantes y destacados sonoramente en la historia de los conjuntos cubanos. Así mismo, fue especialmente talentoso su pianista Lino Frías, que reemplazaría a Severino Ramos, quien además de pianista fue uno de los más importantes arreglistas del conjunto cubano. Los coros estuvieron a cargo de Rogelio y Caíto. También sobresale Medardo Montero, quien inventó nuevas técnicas de grabación para la orquesta. Esta conjunción del sobresaliente director con arreglistas, cantantes y trompetistas muy destacados, así como con nuevas técnicas de grabación permitieron el sonido único que identifica a la Sonora. De allí que, con unos pocos acordes, una persona con buen oído y conocimiento de música tropical pueda decir: “esta es una canción de la Sonora Matancera”.
La orquesta salió de Cuba el 15 de junio de 1960 para cumplir con un contrato que tenía en México y nunca más volvió a la isla. Los músicos se radicaron en Nueva York y convirtieron a la orquesta latina en una de las más reconocidas en el mundo.
Un hecho muy poco conocido de la Sonora fue el inicial apoyo que brindó a la Revolución cubana. Es así como en la voz de Celia se canta a la reforma agraria en una canción conocida con el nombre de “Guajiro, ya llegó tu día”. Algo similar pasó con “Sierra Maestra” en la voz del Jefe, el puertorriqueño Daniel Santos, y “Fidel ya llegó”, a cargo del Guapo de la Canción, el cubano Rolando Laserie. Esto evidencia la enorme acogida que tuvo inicialmente la Revolución cubana en América Latina. Los latinos valoraron el fin de la dictadura de Batista y el esfuerzo del Movimiento 26 de Julio para garantizar tierra, educación, salud y arte a toda la población. El desencanto se produjo entre artistas e intelectuales unos años después, en especial cuando se adoptaron las formas más autoritarias de gobierno y la limitación al pensamiento libre. Es por eso que la Matancera no sería escuchada ni reconocida en Cuba y que, ante la muerte de la Reina de la Salsa, el diario Granma, del gobernante Partido Comunista, le dedicara tan solo dos párrafos en la página seis. Para completar, dicho diario tildaría a la inolvidable Celia de “ícono contrarrevolucionario”. En oposición, el destacado pianista cubano Chucho Valdés afirmaría respecto a Celia: “Ha sido la sonera más grande que ha dado Cuba. Yo la considero al mismo nivel que Benny Moré, son casos únicos”. Muy seguramente, es una descripción más fiel de su legado a la historia de la humanidad.
Lo que nadie puede discutir es que la Sonora pasará a la historia como una de las orquestas que más ayudó a divulgar por todo el mundo la música tropical y que hizo inmortal la voz elástica de Vicentico Valdés cantando “Los aretes que le faltan a la luna” o “Piel canela” de Bobby Capó, el Gigante de Puerto Rico. También es momento de recordar a Celio González, el Flaco de Oro, en su versión de “Total” y a Alberto Beltrán, el Negrito del Batey, dominicano nacido en La Romana, cantando “Aunque me cueste la vida”. Eso sin mencionar el inmortal bolero “Dos gardenias” en la voz inigualable de Daniel Santos, entre muchas otras. En esta brevísima lista no incluyo canciones como “Mala mujer” porque sin duda hoy en día, afortunadamente, es muy censurable que los jóvenes bailen diciendo que hay que matar a las mujeres que se enamoran de otros hombres. No hay duda de que existe salsa que promueve la violencia contra la mujer.
En diciembre de 2023, el bolero fue declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. La inscripción la hicieron simultáneamente México y Cuba. La Sonora contribuyó con cientos de los más recordados, como “Desesperación”, “El 19″, “Angustia”, “En el balcón aquel”, “Todo me gusta de ti” o “Vendaval sin rumbo”, entre muchos otros. De más de mil grabaciones, cerca del 40 % son boleros.
De lo que no hay ninguna duda es que tenía toda la razón Friedrich Nietzsche cuando decía en carta a un amigo: “La vida sin música es simplemente un error”.
* Director del Instituto Alberto Merani (@juliandezubiria).