Según PISA, los estudiantes que leen preferencialmente en papel alcanzan mayor nivel de consolidación en sus competencias comunicativas que los que utilizan pantallas. ¿Cómo podemos explicar los beneficios de la lectura en papel para los niños, las niñas y los jóvenes?
Vivimos un auge sin precedentes de la comunicación digital. En 2023, 4.760 millones de personas están conectadas a las redes sociales y el 60 % de la población mundial utiliza internet. El tiempo promedio que pasan los usuarios de todo el mundo en redes sociales es de dos horas y media al día. Según Statista, Colombia es el segundo país del mundo en el que permanecemos más tiempo en la nube: cerca de cuatro horas diarias.
No hay duda, los medios digitales ofrecen excelentes oportunidades por la accesibilidad, flexibilidad y disponibilidad para conseguir informaciones, mensajes, artículos, videos y música. Además, las redes nos permiten combinar audio, sonido y video. La pregunta pedagógica que se deriva es si es más fácil comprender y aprender con textos en papel o con virtuales. El análisis fue abordado por PISA en 2012 y 2018 y los resultados son contundentes: la lectura en papel beneficia significativamente la comprensión, profundidad y el aprendizaje de los estudiantes frente a la lectura en medios digitales, en especial, si son textos extensos y complejos. PISA también encuentra que los estudiantes que utilizan dispositivos digitales en las aulas de forma frecuente alcanzan menor nivel en pensamiento matemático.
PISA establece una asociación positiva entre la lectura en papel y la consolidación de las competencias comunicativas. Sin embargo, no interpreta ni establece casualidad en los resultados. Una cosa es una correlación y otra un estudio causal. Daré cuatro posibles explicaciones, no sin antes advertir que se trata de conclusiones referidas a jóvenes que tienen 15 años de edad y que están iniciando el largo proceso para consolidar la lectura profunda, contextual y crítica.
Primera. Leer en papel favorece la atención
Stanislas Dehaene es presidente del Comité Científico de Educación en Francia (a diferencia de Colombia, en Francia tienen en cuenta a los científicos para elaborar las políticas públicas). Según Dehaene, la atención es uno de los cuatro pilares básicos del aprendizaje. Focaliza nuestro interés sobre unos aspectos y nos lleva a desatender otros. Amplifica, orienta y dirige las señales que recibimos. Por eso un niño que preste más atención tiene más posibilidades de aprender.
El problema de la lectura en pantallas es que expone al estudiante a múltiples posibilidades de distracción con juegos, correos, propagandas, canciones y mensajes emergentes. Es más fácil distraerse en las redes que frente al papel. El papel favorece la inmersión y ayuda a la concentración y, al hacerlo, beneficia la comprensión y el aprendizaje.
Segundo. La lectura en papel favorece la revisión de los textos
La revisión del docente y la propia son esenciales en el aprendizaje, ya que aprender es principalmente reelaborar ideas, es decir, modificar las proposiciones o conceptos que teníamos previamente. De allí que un buen maestro debe permanentemente retroalimentar el nivel de desarrollo de sus estudiantes y tener en cuenta las ideas previas que expresen al respecto. Esta es una tesis fundamental para garantizar el aprendizaje significativo del que nos hablara David Ausubel. De allí que podemos afirmar que lo esencial en la educación no es la lectura, sino la relectura, la reflexión sobre el texto y la reelaboración a la que conduce, esto es el nexo entre lectura, pensamiento y aprendizaje. La ventaja del papel es que ayuda a volver atrás para revisar y reelaborar las ideas que estamos construyendo sobre este. Por eso es tan importante la lectura lenta y reflexiva. Como al cocinar, también debemos leer a fuego lento
El medio digital, por el contrario, favorece la lectura rápida, la inmediatez y la superficialidad. En redes, la gente lee de manera ágil, fragmentada e inmediata. Eso impide la contextualización y la comprensión. Por eso para lecturas extensas y complejas es más adecuado el papel que la nube. Esto ha sido ampliamente investigado y sustentado por la UNESCO y CERLALC. No hay duda, tenía toda la razón McLuhan cuando decía que el medio es el mensaje.
Tercero. La lectura en papel favorece el uso de estrategias metacognitivas
Al leer debemos hacer comentarios y organizar jerárquicamente las ideas que vamos construyendo. De esa manera, dialogamos e interactuamos con el texto. La lectura es un proceso interestructurante. De eso se trata: de convertir frases en estructuras organizadas de ideas. Van Dijk hablará de convertir textos en macroestructuras y Luria nos dirá que la lectura nos permitirá encontrar el sentido, las relaciones que subyacen y el subtexto. La lectura en papel favorece el subrayado, los resaltados, las marcas, los comentarios y la organización de los pensamientos en estructuras ideativas. También ayuda a la memoria por su efecto positivo sobre los mapas mentales y la organización espacio-temporal de nuestros aprendizajes. Hacer eso en un texto virtual es mucho más complejo y en muchos casos no es posible.
Cuarto. La lectura en papel involucra todo el cuerpo
Este es un argumento más complejo de explicar. Se origina en el nuevo concepto de las cogniciones distribuidas. Los enfoques histórico-culturales dejan a un lado la visión dicotómica cuerpo-mente y concluyen que las personas pensamos no de manera individual, sino en conjunción o en asociación con otros y con la ayuda de herramientas y medios que la cultura nos proporciona.
En este orden de ideas, Emilia Ferreiro sugería que al leer un texto en papel comprendemos con todo el cuerpo. Cuando subrayamos, cuando hacemos anotaciones sobre el papel con nuestro puño y letra, cuando nos devolvemos para corroborar información, establecemos relaciones entre la mano, el esfero, el brazo y el cerebro que de otra manera serían imposibles de alcanzar.
Dado lo anterior, es más probable que un estudiante acostumbrado a leer en papel se desempeñe más adecuadamente en la comprensión de discursos, establezca relaciones intertextuales más complejas y diversas, relacione el contexto del autor y el contexto social del discurso por medio de diversos elementos.
Lo grave es que mientras en EE. UU., en 1970, el 70 % de los estudiantes de grado 12 leía cada día en promedio apartes de un libro o una revista impresa, en 2016 ese porcentaje había bajado al 16 %. ¿Cuántos jóvenes colombianos leerán libros o revistas todos los días?
De todas maneras, es clave comprender que los medios digitales ofrecen múltiples oportunidades y son muy pertinentes en edades mayores por la enorme ventaja que ofrecen en accesibilidad y en aprendizajes asincrónicos. Sin embargo, si el análisis previo es correcto, necesitamos asegurarles textos de matemáticas y lectura a todos los niños y niñas del país, por lo menos durante su primaria. Somos de los pocos países de América Latina que todavía no les garantiza textos escolares a todos los niños como condición para asegurar el derecho a una educación de calidad.
* Director del Instituto Alberto Merani (@juliandezubiria)
Según PISA, los estudiantes que leen preferencialmente en papel alcanzan mayor nivel de consolidación en sus competencias comunicativas que los que utilizan pantallas. ¿Cómo podemos explicar los beneficios de la lectura en papel para los niños, las niñas y los jóvenes?
Vivimos un auge sin precedentes de la comunicación digital. En 2023, 4.760 millones de personas están conectadas a las redes sociales y el 60 % de la población mundial utiliza internet. El tiempo promedio que pasan los usuarios de todo el mundo en redes sociales es de dos horas y media al día. Según Statista, Colombia es el segundo país del mundo en el que permanecemos más tiempo en la nube: cerca de cuatro horas diarias.
No hay duda, los medios digitales ofrecen excelentes oportunidades por la accesibilidad, flexibilidad y disponibilidad para conseguir informaciones, mensajes, artículos, videos y música. Además, las redes nos permiten combinar audio, sonido y video. La pregunta pedagógica que se deriva es si es más fácil comprender y aprender con textos en papel o con virtuales. El análisis fue abordado por PISA en 2012 y 2018 y los resultados son contundentes: la lectura en papel beneficia significativamente la comprensión, profundidad y el aprendizaje de los estudiantes frente a la lectura en medios digitales, en especial, si son textos extensos y complejos. PISA también encuentra que los estudiantes que utilizan dispositivos digitales en las aulas de forma frecuente alcanzan menor nivel en pensamiento matemático.
PISA establece una asociación positiva entre la lectura en papel y la consolidación de las competencias comunicativas. Sin embargo, no interpreta ni establece casualidad en los resultados. Una cosa es una correlación y otra un estudio causal. Daré cuatro posibles explicaciones, no sin antes advertir que se trata de conclusiones referidas a jóvenes que tienen 15 años de edad y que están iniciando el largo proceso para consolidar la lectura profunda, contextual y crítica.
Primera. Leer en papel favorece la atención
Stanislas Dehaene es presidente del Comité Científico de Educación en Francia (a diferencia de Colombia, en Francia tienen en cuenta a los científicos para elaborar las políticas públicas). Según Dehaene, la atención es uno de los cuatro pilares básicos del aprendizaje. Focaliza nuestro interés sobre unos aspectos y nos lleva a desatender otros. Amplifica, orienta y dirige las señales que recibimos. Por eso un niño que preste más atención tiene más posibilidades de aprender.
El problema de la lectura en pantallas es que expone al estudiante a múltiples posibilidades de distracción con juegos, correos, propagandas, canciones y mensajes emergentes. Es más fácil distraerse en las redes que frente al papel. El papel favorece la inmersión y ayuda a la concentración y, al hacerlo, beneficia la comprensión y el aprendizaje.
Segundo. La lectura en papel favorece la revisión de los textos
La revisión del docente y la propia son esenciales en el aprendizaje, ya que aprender es principalmente reelaborar ideas, es decir, modificar las proposiciones o conceptos que teníamos previamente. De allí que un buen maestro debe permanentemente retroalimentar el nivel de desarrollo de sus estudiantes y tener en cuenta las ideas previas que expresen al respecto. Esta es una tesis fundamental para garantizar el aprendizaje significativo del que nos hablara David Ausubel. De allí que podemos afirmar que lo esencial en la educación no es la lectura, sino la relectura, la reflexión sobre el texto y la reelaboración a la que conduce, esto es el nexo entre lectura, pensamiento y aprendizaje. La ventaja del papel es que ayuda a volver atrás para revisar y reelaborar las ideas que estamos construyendo sobre este. Por eso es tan importante la lectura lenta y reflexiva. Como al cocinar, también debemos leer a fuego lento
El medio digital, por el contrario, favorece la lectura rápida, la inmediatez y la superficialidad. En redes, la gente lee de manera ágil, fragmentada e inmediata. Eso impide la contextualización y la comprensión. Por eso para lecturas extensas y complejas es más adecuado el papel que la nube. Esto ha sido ampliamente investigado y sustentado por la UNESCO y CERLALC. No hay duda, tenía toda la razón McLuhan cuando decía que el medio es el mensaje.
Tercero. La lectura en papel favorece el uso de estrategias metacognitivas
Al leer debemos hacer comentarios y organizar jerárquicamente las ideas que vamos construyendo. De esa manera, dialogamos e interactuamos con el texto. La lectura es un proceso interestructurante. De eso se trata: de convertir frases en estructuras organizadas de ideas. Van Dijk hablará de convertir textos en macroestructuras y Luria nos dirá que la lectura nos permitirá encontrar el sentido, las relaciones que subyacen y el subtexto. La lectura en papel favorece el subrayado, los resaltados, las marcas, los comentarios y la organización de los pensamientos en estructuras ideativas. También ayuda a la memoria por su efecto positivo sobre los mapas mentales y la organización espacio-temporal de nuestros aprendizajes. Hacer eso en un texto virtual es mucho más complejo y en muchos casos no es posible.
Cuarto. La lectura en papel involucra todo el cuerpo
Este es un argumento más complejo de explicar. Se origina en el nuevo concepto de las cogniciones distribuidas. Los enfoques histórico-culturales dejan a un lado la visión dicotómica cuerpo-mente y concluyen que las personas pensamos no de manera individual, sino en conjunción o en asociación con otros y con la ayuda de herramientas y medios que la cultura nos proporciona.
En este orden de ideas, Emilia Ferreiro sugería que al leer un texto en papel comprendemos con todo el cuerpo. Cuando subrayamos, cuando hacemos anotaciones sobre el papel con nuestro puño y letra, cuando nos devolvemos para corroborar información, establecemos relaciones entre la mano, el esfero, el brazo y el cerebro que de otra manera serían imposibles de alcanzar.
Dado lo anterior, es más probable que un estudiante acostumbrado a leer en papel se desempeñe más adecuadamente en la comprensión de discursos, establezca relaciones intertextuales más complejas y diversas, relacione el contexto del autor y el contexto social del discurso por medio de diversos elementos.
Lo grave es que mientras en EE. UU., en 1970, el 70 % de los estudiantes de grado 12 leía cada día en promedio apartes de un libro o una revista impresa, en 2016 ese porcentaje había bajado al 16 %. ¿Cuántos jóvenes colombianos leerán libros o revistas todos los días?
De todas maneras, es clave comprender que los medios digitales ofrecen múltiples oportunidades y son muy pertinentes en edades mayores por la enorme ventaja que ofrecen en accesibilidad y en aprendizajes asincrónicos. Sin embargo, si el análisis previo es correcto, necesitamos asegurarles textos de matemáticas y lectura a todos los niños y niñas del país, por lo menos durante su primaria. Somos de los pocos países de América Latina que todavía no les garantiza textos escolares a todos los niños como condición para asegurar el derecho a una educación de calidad.
* Director del Instituto Alberto Merani (@juliandezubiria)