¿Qué han hecho los países que mejoraron su educación en las últimas décadas?
El énfasis en competencias transversales, la vinculación de los padres, la evaluación y formación de docentes y el trabajo en equipo son algunas de las claves de las reformas pedagógicas que han sacado adelante la calidad de la educación en un buen número de países del mundo.
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El énfasis en competencias transversales, la vinculación de los padres, la evaluación y formación de docentes y el trabajo en equipo son algunas de las claves de las reformas pedagógicas que han sacado adelante la calidad de la educación en un buen número de países del mundo.
Diversos países del mundo han transformado muy positivamente la educación que brindaban a su población, en tanto otros han permanecido prácticamente estancados en el tiempo y sus sistemas siguen siendo tan tradicionales y rutinarios como lo eran décadas antes. Colombia está en este segundo grupo, mientras países como China, Finlandia, Canadá, Singapur, Polonia o Corea, entre otros, hacen parte del primer grupo. ¿Qué hicieron ellos y qué no hicimos nosotros en las tres décadas anteriores? Además de garantizar las condiciones de infraestructura, en esos países se han llevado a cabo verdaderos procesos de transformación pedagógica. Veamos.
Primero. Enfatizan en habilidades de pensamiento y competencias comunicativas
Los países que más han avanzado en educación abandonaron los listados de diez o 12 asignaturas por curso. Ellos entendieron que no se puede progresar en la escuela si los niños leen y piensan mal. Al fin de cuentas, aprender es fundamentalmente reelaborar ideas previas a partir de nuestros diálogos con los otros, la cultura y la ciencia. Por eso decidieron concentrar sus esfuerzos en fortalecer las habilidades de pensamiento y las competencias comunicativas de todos sus estudiantes. En Finlandia, por ejemplo, los estudiantes de octavo grado trabajan detectando noticias falsas en las redes y analizando películas, noticieros y gráficas. La clave está en fortalecer la conceptualización, el análisis, la argumentación y la comprensión lectora. En Colombia, por el contrario, cada año se crea una nueva asignatura. Hoy es frecuente que un joven de décimo vea cerca de 14 materias. ¡La responsabilidad del MEN es inmensa!
Segunda. Trabajan por competencias transversales
En esos países la comprensión lectora y el desarrollo del pensamiento dejaron de ser propósitos exclusivamente de las áreas de lenguaje y matemáticas. Hoy son responsabilidad de los profesores de todas las áreas y todos los ciclos. Es por eso que son transversales. Y son competencias porque los docentes deben lograr que el aprendizaje sea integral, flexible y que los estudiantes alcancen altos niveles de dominio. Es decir, los profesores se esfuerzan porque sus estudiantes entiendan los conceptos, se interesen por el área y apliquen sus conocimientos en la vida cotidiana. Por el contrario, en Colombia, a medida que ascendemos de grado, tenemos un mayor número de estudiantes en los niveles más bajos de consolidación de las competencias. Es así como al culminar grado 11 menos del 3 % de los estudiantes logran usar los principales conceptos de las ciencias sociales y las ciencias naturales.
Tercera. Tienen buenos procesos de selección, formación y evaluación de docentes
En los países más destacados en educación, la selección, formación y evaluación de docentes son procesos de muy alta calidad. La docencia es valorada y reconocida socialmente. Los seleccionados provienen de un amplio grupo de aspirantes y la formación es de muy alto nivel antes de ingresar a la docencia y durante el ejercicio. En Finlandia, por ejemplo, el 90 % de los aspirantes son rechazados. Por el contrario, en Colombia la carrera docente es poco atractiva para los egresados de los colegios por los bajos salarios de los docentes y por la sistemática campaña de desprestigio que llevó a cabo el partido que gobernó a Colombia la mayor parte del tiempo en las últimas dos décadas. Un sector de la clase política tiene una responsabilidad muy alta en la baja calidad de la educación.
En términos de formación, los futuros maestros son quienes obtienen los puntajes más bajos en las pruebas de lectura y razonamiento numérico al salir del colegio y las universidades. La responsabilidad del MEN en las fallas de selección y formación de docentes es evidente, así como también es clara la que tiene el sindicato al bloquear los procesos de evaluación. La evaluación es clave para retroalimentar un proceso y superar las dificultades.
Cuarto. Vinculan a los padres de familia al proceso
Los países que alcanzan los mejores resultados en las pruebas mundiales tienen programas intensos de trabajo con los padres de familia. Realizan encuentros, actividades conjuntas y escuelas de padres de familia para garantizar un trabajo en equipo con ellos. Los padres frecuentan la escuela. Gracias a esa cooperación logran que la mayoría de los niños salgan adelante. En Colombia solo los colegios privados y los colegios en concesión llevan a cabo algunas escuelas de padres. Sin trabajar en equipo con los padres es casi imposible que los estudiantes pequeños superen las dificultades diagnosticadas en la escuela. En esta limitación no hay avances en las últimas décadas en el país. El MEN no ha tomado ninguna medida al respecto.
Quinto. Poseen centros de estudio extracurriculares
Estudiar es mucho más que participar en unas clases durante un tiempo determinado. Se trata, en el fondo, de descubrir el talento, las posibilidades y los intereses de cada estudiante. De allí que la escuela tiene que ampliar la mente y las alternativas de los niños y jóvenes. Para lograrlo, es esencial aumentar las asignaturas electivas, los clubes y las aulas de excelencia de ciencias, artes, oficios, deportes y tecnología. De esta manera, cada uno puede desarrollar sus talentos. Parcialmente, en los colegios privados del país los niños tienen la posibilidad de elegir y explorar, pero en los colegios públicos se reducen las aulas electivas y la exploración de intereses. Aun así, un buen ejemplo en sentido contrario es lo que ha hecho Bogotá para consolidar la jornada única y para que las horas adicionales no sean para estudiar más de lo mismo, sino para explorar intereses.
Sexto. Los docentes trabajan en equipo
En su bello texto “Reimaginar juntos nuestros futuros: Un nuevo contrato social para la educación”, la UNESCO concluye que uno de los cambios más importantes que se realizará en las próximas décadas será que los docentes comenzaremos a trabajar en equipo con nuestros compañeros. Sin embargo, este proceso ya está muy consolidado en los países que más avanzaron en las últimas décadas. En equipo los maestros reelaboran el currículo, definen proyectos de trabajo con otras áreas y acuerdan sistemas de mediación y evaluación con otros docentes. En Singapur, por ejemplo, los docentes son relativamente autónomos para ajustar los currículos y, de esta manera, son ellos quienes impulsan los cambios pedagógicos. En Colombia, desafortunadamente, en la educación pública cada docente sigue trabajando de manera aislada. Entra al salón y cierra la puerta. Así es imposible avanzar porque no remamos todos para el mismo lado.
Lo que nos enseñan estos países es que se puede cambiar la escuela. La condición es trabajar en equipos de área, proyectos y ciclo, en conjunto con los padres y orientados por unas competencias esenciales que todos consolidemos de manera conjunta. En Europa hoy hablan de “volver a lo básico” y en Estados Unidos lo llaman “menos es más”. En Colombia, por el contrario, nos siguen faltando propósitos comunes, repensar los programas de formación, trabajar en equipo y enfatizar en las competencias transversales. Por eso la transformación pedagógica avanza a pasos de tortuga, con pequeñas excepciones, como las realizadas en algunos momentos en Bogotá, Medellín, Tunja y algunas regiones de Boyacá y Santander.
Como decía el maestro Abel Rodríguez (QEPD), “los cambios en la calidad ocurren por lo que se haga en las instituciones educativas”, por eso “los grandes realizadores de la política de calidad serán los maestros, los rectores y los colegios”. En consecuencia, las grandes transformaciones pedagógicas se harán cuando los maestros entendamos que somos nosotros quienes podemos impulsarlas. Por eso fue tan revolucionario el papel del Movimiento Pedagógico de los años 80 y 90 en Colombia. Desafortunadamente, dejó de existir desde 1994. El sindicato se adueñó de él y, al hacerlo, puso a los docentes a pensar casi exclusivamente en sus reivindicaciones gremiales. El Movimiento les pertenece a los maestros. Ojalá trabajemos para garantizar que renazca.
* Director del Instituto Alberto Merani (@juliandezubiria).