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                                                                                                                                Adiós, Alba Lucía

                                                                                                                                EN NOVIEMBRE FALLECIÓ ALBA LUcía Ruiz, la primera top model que tuvimos. Después de ella muchas colombianas han hecho buena pasarela pero ninguna, si exceptuamos a Adriana Arboleda, ha vuelto a plantarse delante de una cámara como Alba Lucía. No lo digo yo, lo dice Hernán Díaz, quien la retrató hasta el cansancio; lo decía Enrique Grau, quien soñaba ser como ella, y lo repetía Alejandro Obregón, que la pintó dormida.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El general Torrijos se la presentó a Gabo, de quien fue amante hasta que lo dejó por tacaño. La gota que rebosó la taza ocurrió una noche en la Quinta Avenida. Ella se detuvo a curiosear las deslumbrantes vidrieras de Tiffany & Co. Mira qué preciosa diadema, le dijo, pero él no contestó. Cuando volteó a buscarlo, el hombre estaba a diez metros, en el borde del andén, buscando estrellas en un cielo azul Manhattan. Alba Lucía no soportaba tipos así.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Con Serrat tuvo un corto e intenso romance. Él canceló una presentación en Caracas para pasar un fin de semana en la casa de Alba Lucía en San Andrés. Luego canceló seis presentaciones más en Argentina, Brasil y Perú. Al final lo salvó un error de apreciación poética: una noche cenaron en la playa y escanciaron varios odres. Demasiados, quizá. Él cantó Elegía a Ramón Sijé, “a quien tanto quería”. “Con quien tanto quería”, le corrigió ella, que se sabía de memoria el poema de Miguel Hernández y no toleraba ningún cambio, en especial los torpes. Serrat le dijo que ella sabía, sobre todo, de toreros y de modas. Ella le restregó que él era sobre todo un intérprete. Entonces él la llamó “puta sudaca”, ella lo miró con compasión y se fue a dormir. Cuando se levantó, Serrat ya no estaba pero le había dejado en la grabadora una canción nuevecita: Vuela esta canción/ para ti, Lucía/ la más bella historia de amor/ que tuve y tendré…

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El general Torrijos se la presentó a Gabo, de quien fue amante hasta que lo dejó por tacaño. La gota que rebosó la taza ocurrió una noche en la Quinta Avenida. Ella se detuvo a curiosear las deslumbrantes vidrieras de Tiffany & Co. Mira qué preciosa diadema, le dijo, pero él no contestó. Cuando volteó a buscarlo, el hombre estaba a diez metros, en el borde del andén, buscando estrellas en un cielo azul Manhattan. Alba Lucía no soportaba tipos así.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Con Serrat tuvo un corto e intenso romance. Él canceló una presentación en Caracas para pasar un fin de semana en la casa de Alba Lucía en San Andrés. Luego canceló seis presentaciones más en Argentina, Brasil y Perú. Al final lo salvó un error de apreciación poética: una noche cenaron en la playa y escanciaron varios odres. Demasiados, quizá. Él cantó Elegía a Ramón Sijé, “a quien tanto quería”. “Con quien tanto quería”, le corrigió ella, que se sabía de memoria el poema de Miguel Hernández y no toleraba ningún cambio, en especial los torpes. Serrat le dijo que ella sabía, sobre todo, de toreros y de modas. Ella le restregó que él era sobre todo un intérprete. Entonces él la llamó “puta sudaca”, ella lo miró con compasión y se fue a dormir. Cuando se levantó, Serrat ya no estaba pero le había dejado en la grabadora una canción nuevecita: Vuela esta canción/ para ti, Lucía/ la más bella historia de amor/ que tuve y tendré…

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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