Los textos literarios exigen a) una idea fulgurante, b) detalles pequeños que aporten color y verosimilitud, y c) un estilo sencillo, es decir, complejísimo, unas líneas reescritas varias veces para que fluyan como el agua en el agua.
Ideas fulgurantes:
Para concebir un célebre poema suyo Darío Jaramillo tuvo que descubrir primero un secreto esotérico: «Los estados de la materia son cuatro: sólido, líquido, gaseoso y gato», y completó la tarea con detalles leves y plásticos, como el gato.
Para explicar la decadencia de Roma, Edward Gibbon enumera los pilares de un credo que la socavó, el cristianismo: monoteísmo hebreo,...