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La debacle de la reforma laboral

Julio César Londoño
22 de marzo de 2025 - 05:05 a. m.
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Siguen los festejos de la oposición por la caída de la reforma laboral. La derecha, los gremios económicos, Fenalco, la ANDI, los banqueros, la gran prensa y los pastores están felices. Los empresarios celebran que sus costos laborales seguirán siendo bajos y los demás aplauden la caída porque significa otro traspiés del Gobierno, o de Petro, el espectro que los obsesiona.

En realidad no hay nada que celebrar. En un país donde la informalidad es altísima, donde proliferan la tercerización del empleo, las SAS y los contratos por prestación de servicios, y los derechos laborales básicos han sido desmontados radicalmente durante los últimos 20 años, la reforma laboral era (es) un punto vital.

Y no es un capricho del Gobierno: la reforma hizo parte del programa del Pacto Histórico –avalado por una gran coalición nacional en las elecciones presidenciales del 2022–, fue debatida y socializada durante dos años, aprobada por la plenaria de la Cámara de Representantes… y decapitada por ocho senadores que la archivaron sin siquiera discutirla.

Ninguna voz del establecimiento ha señalado la arbitrariedad de esta operación. En cambio sí consideran arbitraria y desafiante la propuesta del Gobierno de someter la discusión a un referendo. La voz del pueblo es la voz de Dios, repiten todos… hasta que el pueblo reclama derechos básicos, momento en que deciden que el pueblo y Dios son comunistas. (Nota. En realidad el pueblo es multicolor. Jehová sí es de un rojo mamerto subido).

La Comisión Séptima del Senado archivó la reforma con un argumento «fuerte»: el aumento de los costos laborales afecta a la empresa privada, especialmente a la microempresa, y eleva el desempleo. La deducción parece lógica, pero carece de evidencia estadística, como lo han demostrado ampliamente Thomas Piketty y David Card (Nobel de economía 2021), citados por el senador Wilson Arias en su brillante y conmovedora intervención del martes.

En cambio sí está demostrado que la disminución de los costos laborales no genera empleo, solo aumenta las ganancias del empresario, pauperiza la vida del obrero y del empleado, afecta su poder adquisitivo y ralentiza la economía. La ampliación del horario diurno hasta las diez de la noche y el pago de los días festivos como si fueran días hábiles (maniobras del 2002) no aumentaron el empleo. Si puedo explotar a mis empleados hasta en las noches y los domingos, ¿para qué voy a contratar más empleados?

Entre las pocas voces disidentes del empresariado se destaca la de Mauricie Armitage, presidente de la Siderúrgica Sidoc, que no se cansa de predicar las ventajas de pagar buenos salarios. ¡Y los paga!

Entre diciembre de 2022 y diciembre del 2024 la tasa de desempleo cayó del 11,2 % a 9,1 % a pesar de que el salario mínimo tuvo incrementos históricos. Sí, estos números no dan para erigirle una estatua al presidente, pero demuestran que ni siquiera un gran aumento del salario mínimo incide de manera significativa en la tasa de desempleo, factor que obedece más a la demanda de bienes y servicios que al influjo de Saturno y las encuestas de los pastores del Mira.

Alega la oposición, con una ternura conmovedora, que le preocupa el costo que tendrán para la microempresa (menos de 10 trabajadores) los contratos de aprendices (CA). Es mentira. La inmensa mayoría de los CA, 85 % del total, son suscritos por empresas grandes y medianas. Las microempresas están exentas de la obligación de contratar aprendices; y si lo hacen de manera voluntaria el Estado les subsidia el 25 % del costo de los CA.

Los mismos sectores que peluquearon la reforma tributaria y hundieron la ley de financiamiento alegan ahora que la reforma laboral no era viable fiscalmente. Es lo de siempre: la paz, la salud, la educación y el salario justo no han sido viables nunca. Los únicos rubros que siempre tienen presupuestos generosos son la guerra, el chanchullo y el cabildeo de los intereses del gran capital.

La oposición y el establecimiento en general harían muy bien en repensar sus estrategias políticas. Trabajan con mucho entusiasmo en torpedear al Gobierno sin advertir que, de paso, socavan de manera criminal los cimientos sociales del Estado.

Les preocupa mucho que el Gobierno «choque con las instituciones», pero olvidan que el Gobierno también es una institución, y queda en el aire la sospecha de que les preocupan más los intereses particulares que el bienestar público.

P.S. El desprecio del pueblo por parte de las fuerzas políticas tradicionales es suicida. Corren el riesgo de que se repita la situación de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2022, cuando dos outsiders, un exguerrillero y un sujeto pintoresco, triplicaron la votación Federico Gutiérrez, el candidato de los partidos tradicionales.

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usucapion1000 .(15667)24 de marzo de 2025 - 04:30 a. m.
Una verdad comprobada sobre las miserias de este país en el que una gran masa de iletrados, dirigidos por unos pocos pero muy bien situados hampones que se oponen a cualquier medida que no desangre al pueblo y no nutra al vampirismo neoliberal oligárquico y fétido. YA QUEDAN MUY POCOS PERIODISTAS QUE LO PONGAN SOBRE EL PAPEL porque para eso se necesita coraje y el gremio est´<a repleto de pusilánimes. GRACIAS SEÑOR PERIODISTA.
Alejandro Cruz(20536)23 de marzo de 2025 - 02:38 p. m.
Apreciado señor, la reforma laboral va más allá de los puntos justos y válidos que usted menciona. El riesgo es no mencionar puntos como la formalización de los contratistas del estado, un estado que urgentemente debemos racionalizar y que se vería contrariamente afectando por medidas cómo estas .
Martin Chueco(23380)23 de marzo de 2025 - 01:14 p. m.
Gracias Julio!
jaime vallejo tobon(07245)23 de marzo de 2025 - 02:28 a. m.
EXCELENTE COLUMNA DON JULIO CESAR.LA COMPARTO EN UN TODO, Y ME IDENTIFICO CON LO EXPRESADO POR USTED.LO BUSCO EN PRIMER LUGAR, PARA LEERLO LOS SABADOS PORQUE ES DE LOS POCOS QUE VALEN LA PENA, EN EL DECADENTE Y OTRORA GLORIOSO PERIODICO EL ESPECTADOR. HAGO LA TAREA,REENVIANDOLA A MUCHOS DE MI CONTACTOS QUE NO TIENEN LA OPORTUNIDAD DE LEERLO Y NUTRIRSE DE SUS BUENAS Y SABIAS COLUMNAS.
Rod(24557)23 de marzo de 2025 - 02:09 a. m.
Excelente, incontrovertibles argumentos, gracias por su clarifican columna
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