
“A pesar del desprecio que viene de sectores antagónicos, la imagen de Transmilenio ha empezado a mejorar”: Lariza Pizano.
Foto: Blu Radio
Transmilenio, el sistema que alguna vez situó a Bogotá en el mapa de la movilidad urbana y que está a punto de cumplir 25 años, se mueve en un equilibrio muy frágil. Sus buses ruedan entre el desprecio de sectores radicales que precariamente lo han posicionado como un símbolo del establecimiento y el de opinadores que lo consideran la competencia de sus carros. Toda una tensión que le ha quitado legitimidad al valor de la infraestructura pública y ha reducido el sistema de transporte público a ser peón en el tablero de la polarización. Prueba de ello es que continuar o no con la proyección del sistema, milimétricamente concebido...

Por Lariza Pizano
Politóloga de la Universidad de los Andes, académica y especialista en política colombiana.
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